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"La campana suena todos los días
Por favor se considerado conmigo desde ahora
No quiero desperdiciar mi batería
Sigo mirando mi teléfono y mensajes siguen viniendo
Siento que mi teléfono va a explotar."

Jimin era indiscutiblemente popular; era amable, era guapísimo, era social en todo el sentido de la palabra. Pero eso también tenían consecuencias irritantes, como el hecho de que su celular era un tono tras tono. Llamadas perdidas y mensajes que se perdían y no iban a ser contestados jamás, incluso si algún día de mala suerte en el que se le olvidaba colocar el celular en modo silencio (ya que el de vibración todavía le resultaba molesto), sin duda lo reprendería el profesor. Ya se aseguraría de cambiar el número y, obviamente, no dar el número a todas las personas que se le lo pidieran.

Pero eso no importa nada, ni siquiera le importaba el hecho de que le invitaran a otra fiesta más, que era lo que menos quería ahora.

Revisa su teléfono por décima vez, o más, no sabía y tampoco importaba. No había ningún mensaje de él. Y es que no podía pensar o recordar que le hubiese hecho enojar. Desde aquella fiesta Yoongi se había dedicado a ignorarle completamente por cualquier medio, incluso si en estos días se lo había encontrado cara a cara por fin, él siempre encontraba una excusa para escaparse de él. Cansado del tono, pone en silencio el teléfono y lo paga finalmente aunque sabía que otra vez no le contestaría ninguno de sus mensajes ese día, lo deja en el escritorio antes de que lo termine estrellando porque la situación ya lo tiene frustrado.

Se recuesta en su cama, respira hondo y cierra los ojos. Todavía piensa en qué pudo enojarle, incluso si su peor error es tener que confiar en un rumor sin base que se corre por toda la escuela, pero era su última opción cuando lo único que quería respuestas y él no se las daba. Y en ese caso, entonces estaba jodido.

¡ CHEER UP ♡ YOONMIN !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora