Un comienzo

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Aquí me encuentro de nuevo, al rededor de las 3:00a.m, en el balcón junto a una taza de café. Pensaba en si llegaría la persona indicada o si tendría que ir a por ella; si todo es cuestión del destino o por cuenta propia, no lo sé, yo solo sigo pensando.

Se acerca el primer día de clases, con ansias de cursar mi ultimo año sin imaginarme con que me toparía. Tenia tiempo que no veía a mis amigos y no tan amigos, no sé si me entienden.

Llegó una chica nueva al salón, en realidad eran dos pero, a la otra no le di importancia alguna. Estaba junto a mis compañeros, poniéndonos al día contándonos que tal estuvo las vacaciones y de pronto ella llegó, morena de ojos hermosos, al menos para mí lo eran. Cabello negro y de sonrisa peculiar, note su seguridad al caminar y algo inexplicable cuando nuestras miradas chocaron, este año no ha empezado mal.

Su nombre es Daniela. Admito que no tuvimos nada que ver al principio, cada quien en lo suyo y sus amigas con sus benditos prejuicios pretendían encasillarme, tuve que arreglarmelas para sacarla de la jugada.

Admito que no podía dejar de mirarla.

En clases interfería con la guachafa y notaba que siempre se reía de mis chistes cortantes, son muy malos y aun así lograba hacerla reír, mucha estupidez o mucho interés. Cada vez las miradas eran más intensas, quería conocerla, saber como era pero, no podía mostrarme interesado, según mis tácticas de ligue. Aun así muy poco cruzamos palabra.

Nos mirábamos de manera constante y un día en el departamento de Educación Física, me dijo:

-¿Vas a la fiesta de Barbara? creo que con mucho interés. 

-Pues no sabia que habia algo en casa de Victoria, ¿por qué tendria que ir? 

-Todos van a ir.

-A mi nadie me ha invitado, ademas le caigo mal a tu amiga y no me ha invitado.

-Ella no te invito pero, yo te estoy invitando.

Supe inmediatamente que esto no era cuestión de "amigos", aun así quise ser odioso y hacerla esperar un poco, quería que su interés por mi creciera, al igual que sus ganas de saber más de mi.

-Bueno, debo preguntarle a mi mamá. Anota mi número y cualquier cosa me llamas para decirte que me dijeron.  Respondí mostrando un falso entusiasmo

Con un tono sarcástico y arrogante dije antes de salir. -Eso sí, borras mi numero después de llamarme, no quiero que luego me estés fastidiando.

Como eran mis intenciones faltar, falte y no creí haber hecho falta. Al día siguiente todos tenían algo que comentar respecto lo sucedido en la fiesta, no preste atención ya que me parecía estúpido el hecho de hablar sobre algo o momento en especifico en el que no participo el resto; creían que el resto mostraríamos interés por saber lo ocurrido y realmente, no nos interesaban sus chistes "internos".

Olvide comentar que a los días de vernos me mando la solicitud al Facebook, ¡interesante!

Días después tuvimos una conversación por mensajes de texto, donde hablamos muy poco y respondí de manera cortante. Luego de unos minutos me pregunto si quería hablar más y entablamos conversación.

En el salón muchos estuvieron en contra de lo nuestro, todos le hablaban cosas de mi tales como buenas o malas, aunque en su mayoría eran malas. Valoro mucho el hecho de que haya dejado eso a un lado, haciendo caso omiso y atreviéndose a conocer realmente quien era, con el riesgo de ser o no ser lo que ella esperaba.

Hubo buen feeling desde el principio, todos mis amigos bromeaban con que era mi novia, incluso los profesores; siempre estábamos juntos, sin caer en la rutina. Cada día fuimos descubriendo cosas uno del otro y nos fuimos encariñando cada vez más.

Recuerdo el día que conocí a su mamá, estaba muy nervioso, sudaba mucho y no sabia que decir ante aquella situación. Los idiotas que estaban con nosotros empezaron a burlarse, incluso confesando que estábamos saliendo. Pienso que la primera impresión es lo que cuenta y pues, no estaba tan mal, aunque el uniforme no ayuda tanto; fui educado y di los buenos días, pedí permiso y realmente no hable en el corto tiempo que estuvimos junto a su mamá.

Me sentía como el niño nuevo del salón, ¿que habrá pensado la señora al verme?

También recuerdo cuando conoció a mi mamá. Fue un encuentro muy gracioso aunque ella tenia mucha pena. Mi mamá como siempre amigable, ofreciéndole comida o algo de tomar. Ella negándose como toda chica en casa ajena. Lo mas traumante fue cuando le pregunto si eramos novios, se sonrojo y no encontraba que responder.  Ya quisiera que fuera mi novia - pensé.

Nos vemos a diario, a pesar de los comentarios del resto, decidimos emprender una relación. De la cual estoy seguro, me siento bien y disfruto. Tuve unos fallos al principio pero poco a poco, me convencí de que era la indicada. Con sus gestos me atrapo, sus mensajes, sus besos, su interés hacia mi, algo que hace mucho tiempo no me demostraban. 

Gracias a Dios pude coincidir con un ángelito, mi ángelito. 

Mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora