El Regreso

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(POV MANU)

Habían pasado ya seis años de mi separación. Mis amigos pensaban que a los meses ya lo tenía superado, pero lo cierto es que me había tenido que esconder de ellos para ocultarles que era ahora cuando de verdad comenzaba a recuperarme. Me seguía doliendo no ver casi a mi hija, pero lo que más seguía jodiéndome es ver a Sabrina cerca de otro hombre. Hombre que estaba criando a mi hija.

Mi relación con la de Sabrina no había mejorado en lo más mínimo. No la había visto en persona desde el día que se fue de nuestra casa. Justo en ese momento que estábamos tan bien tuvo que ver salir ese puto video. Aunque he decidir que al menos hablábamos. Por carta o mejor dicho por nota.

La última decía esto.

"Estoy preocupada por la niña. A mi no me quiere contar nada. Pregúntale tú para ver si te dice algo."

Bueno era todo un reto. Tres frases, normalmente estas notas se habían resumido a una frase. La vez que más ponía en las cartas era cuando me mandaba una copia de las notas de mi hija.

Hoy vendría nuevamente mi hija ya que era viernes. Tenía que ir a recogerla al colegio. Me incomodaba ir a buscarla porque Sonia se ponía nerviosa cuando sus compañeros se me quedaban mirando.

Aparqué el coche cerca de la puerta y entré esperando a que salieran mientras miraba mi móvil. La niña salió peinada con dos coletas rubias y una mochila morada colgada a su espalda salió corriendo hacia mí. La cogí en brazos y la llevé al coche. Me estaba contando todo lo que había hecho desde la última vez que nos habíamos visto. También que se había peleado con su amiga por un chico que les gustaba, pero que no había merecido la pena ya que él era mayor y le gustaba una chica de su clase.

Aparqué en el garaje eran cerca de las seis por lo que tenía que hacerle la merienda. Encima de la mesa estaba la nota de Sabrina. Bueno tendría que hablar con Sonia.

Dejé frente a ella un plato con su bocadillo de nutella, me quedé observándola y mi ex mujer tenía razón. Estaba como deprimida.

-Peque, te pasa algo. Cuéntame que te pasa. -Ella dejo de comer y se me quedó mirando.

-No me pasa nada papá.

-Hey, que soy tu amigo también, ¿no?

-Sí, pero es que no quiero que te pongas triste. -Alcé una deja y la inste a que siguiese contándome. -Bueno... es que los padres de mis amigas viven todos juntos. Vosotros nos.

-Ya bueno, pero eso no significa que no te queramos. Lo sabes ¿verdad?

-Sí, pero es raro. Y...

- ¿Y...?

-Natalia va a tener una hermanita y yo también quiero.

Me quedé mirándola sin saber que decirle. Por primera vez tendría que ponerme en contacto con Sabrina después de seis años. Volver a escuchar su voz para explicarle que era lo que le pasaba a nuestra hija.

Cuando fue el momento de que Sonia se fuese el domingo por la tarde la dejé en la puerta de su casa, pero le dije que llamase a su madre y le dijese que quería hablar con ella. Estuve esperando más de diez minutos por lo que arranqué el coche pensando que ya no bajaría, pero entonces tocaron la ventanilla.

Giré mi cara y no estaba preparado para el impacto de ver a Sabrina. Ya no era rubia, ahora estaba teñida de morena. Era guapísima siempre lo había sido, pero ahora que había estado tanto tiempo sin verla me parecía un ángel de esos de Victoria's Secret. Tragué saliva y me bajé del coche para poder hablar con ella.

Saga Familia Gotti 4.5: El regreso (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora