Lo Que Sea

Capítulo 4

La pesada puerta de roble estaba abierta y entró. El interior estaba frío, húmedo y oscuro, y las altas paredes de piedra le infundían una sensación de calma y reverencia. Tenía que pensar sobre esto, tenía que considerar que hacer. Tendría que llamar a su padre, recobrar el dominio de si mismo y pedirle que le enviara dinero. Tendría que explicarle que su hijo menor había fallado otra vez en algo, que ni siquiera podía salir de vacaciones sin meterse en problemas. Se le llenó los ojos de lágrimas al pensar lo que le diría Terra su prima/hermana mayor 'adoptada': 'Y ahora que ha hecho nuestro pequeño y atolondrado Sasuke'

Haruno había sido su intento para que su falmilia se sintiera orgullosa de el. Él no era como los otros hombres descarriados con los que había salido; era tan respetable, tan conveniente, pero lo había perdido. Quizá si hubiera controlado su temperamento con Sarada...

Los ojos se le llenaron de lágrimas cuando miró el final de la iglesia. El sol penetraba por las antiguas ventanas que se encontraban en lo alto sobre su cabeza, y sus rayos iluminaban la tumba de mármol blanco que se encontraba en la nave de la izquierda. Camino hacia allí. En la parte superior de la tumba había una escultura de mármol blanco, del cuerpo de un hombre, que llevaba la parte de arriba de una armadura y unos pantalones cortos antiguos, tenía los tobillos cruzados y el casco debajo del brazo.

-Naruto Uzumaki- leyó en voz alta- conde de Thornwyck.

Estaba felicitándose así mismo por la forma en que estaba manejando la situación a pesar de las circunstancias, cuando de repente la realidad lo golpeó y se le doblaron las rodillas. Se desplomó sobre el piso con las manos sobre la tumba y la frente en el frío mármol.

Comenzó a llorar en cerio desde lo mas profundo de su ser. Se sentía un fracasado, una total y completo fracasado. Parecía que todo lo que tocaba en su vida fracasaba. Su padre lo había sacado de cientos de problemas, el 'muchacho' del que se enamoró cuando tenia 15 años resultó tener veinticinco y estar fichado por la policia. Rompieron cuando lo detuvieron por un gran robo.
El pastor del que se enamoró a los 19 utilizaba los fondos de la iglesia para jugar en las Vegas. La lista daba la impresión de ser interminable. Haruno había sido tan diferente, tan respetable, pero no había sido capaz de conservarlo.

-¿Que sucede con migo?-Gritó.

A través de sus lágrimas miró la cara del hombre que estaba en la tumba. En la edad media los matrimonios se arreglaban. Cuando tenía 20 años y había encontrado a su último amor, un corredor de bolsa, este fue detenido por utilizar información reservada en sus negocios; entonces corrió al regazo de su padre y le pidió que le eligiera un hombre.

Sasuke Uchiha se rió.
-Tu problema querido es que buscas hombres que te necesitan demasiado. Debes buscar un hombre que no te necesite, uno que solo te desee.

-Seguro, un caballero de brillante armadura que baje de su caballo blanco que me desee tanto que me lleve a su castillo y vivamos felices para siempre.

-Algo parecido. Sasuke la armadura esta bien pero si lleva chaqueta de cuero negro y va en moto, o si recibe misteriosas llamadas de noche, Aléjate ¿de acuerdo?. Lloraba con mas fuerza, cuando recordó los tiempos en los que tuvo que recurrir a su familia. Ahora debería pedirle ayuda una vez más, una vez más tendría que admitir que se había comportado como un idiota con un hombre inapropiado.

-Ayúdame- murmuró, poniendo la mano sobre la mano de mármol la escultura- Ayúdame a encontrar mi caballero de brillante armadura. Ayúdame a encontrar a un hombre que me desee. Se sentó sobre los talones, con las manos en el rostro y comenzó a llorar mas fuerte. Después de un buen rato se dio cuenta que alguien se encontraba cerca de el. Volvió la cabeza y el metal brillante la cegó de tal manera que cayó sentado en el suelo de piedra. Levantó la mano para protegerse los ojos.
Un hombre se encontraba de pie frente a el. Un hombre que parecía llevar una... armadura. Permaneció quieto, mirándo al azabache airadamente. El azabache lo miró sorprendido y con la boca abierta.