Lugares Oscuros

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12 de Agosto de 2012

    Fuimos a la enfermería, y el cuarto era pequeño. Tenía marcos de la anatomía del cuerpo humano. Había una camilla, y las paredes eran de color pastel. Desde pequeña me encantaba la salud y la medicina. Estaba muy decidida en estudiar enfermería.

      La enfermera me ve, y dice: "¿Qué te pasó? ¿Te golpeaste en la cabeza? Empieza a tocar mi cabeza, y ve que tengo un pequeño golpe en la parte superior de la cabeza. Me desinfecta el área, y me pone una curita. La enfermera era muy joven. Tenía ojos marrones, su cabello era rubio. Hasta pensé que era ricitos de oro por un momento. Me dió unas pastillas para el dolor.

   "¿Cómo pasó? Dijo la enfermera.
"Estaba caminando, y me tropecé con él. Nada grave, ¿verdad? Dije con sarcasmo, y vi la mirada del chico que me estaba mirando, y me sonríe. No es por nada, pero el chico era hermoso. Tenía una sonrisa muy hermosa.

"Bueno, te tienes que tomar las pastillas dos veces al día, ¿está bien? Dijo la enfermera con firmeza, y me percato en el escritorio, y veo su apellido, pero no su nombre.  Dra. Sloan
 
    "Bueno, está bien. Gracias, doctora Sloan." Dije con una sonrisa. La enfermera sonríe, y me dice "No hay de qué, para eso estoy."

     Salimos de la enfermería, y el chico murmura "No sabía que te había golpeado, en serio. ¿Qué tal te lo recompenso con comida? Me mira con entusiasmo, y me sonríe con delicadeza. Había algo del chico que me llamaba la atención no sé qué es, pero me llamaba la atención. Empiezo a caminar, y le digo "Ya me convenciste con comida. ¿Cómo a qué hora? Dije con una gran sonrisa, y me río. Blaír empieza a reírse también, y murmura "Bueno, pensaba a las 18:00 en The Lunchbox."

The Lunchbox es un restaurante de comida rápida. Todos los adolescentes van, y cada vez que entras hay un olor riquísimo de comida. Siempre hay música en el restaurante. Que por lo cierto, es muy buena. Juro que si no me como una hamburguesa de ahí, no soy feliz.

     Eran las 17:00 de la tarde, y empiezo a bañarme. Salgo del baño, y me pongo unos jeans, una camisa color vino con una chaqueta color negra. Me puse unos VANS color vino, también. Bajo las escaleras de mí casa, y tomo las llaves que estaban en un frasquito con algunas llaves dentro. Mi madre ya había llegado del trabajo, y estaba en la sala, y me ve que me voy, y me dice: "¿A dónde vas? Escucho la voz de mí madre, y le digo: "Voy a ir al Lunchbox. ¿Quieres algo de comer? Le pregunto mirándola. Mi madre cocina, pero cuando no quiere cocinar, no cocina.

" Tráigame una hamburguesa con papas fritas, y un refresco, por favor." Me dijo mi madre con entusiasmo. Me río y muevo mi cabeza hacia abajo, y hacia arriba. Y me grita: "¡No vengas tarde! Te quiero antes de las 10! Muevo mi mano hacia arriba y subo el dedo gordo, y abro la puerta, y la cierro cuando salgo.

      Voy hacia mi auto, abro la puerta la enciendo, y me voy en reversa, y giro a la derecha. Guío con cuidado. Llego al Lunchbox, y me estaciono. Salgo del auto, y entro al restaurante. Había un olor a grasa, y a comida que por lo cierto, me encanta. Uno de los meseros me ve, y me pregunta: "¿Qué quieres pedir? Le ordeno lo que mi mamá quiere va hacia el cocinero y lo dice. Eran las 17:25, me daba tiempo de ir a casa, y darle la comida a mí mamá, y podía regresar de nuevo.

      Esperé unos minutos, y me dieron todo. Le di el dinero, y regresé al auto, y guío hacia mí casa. En unos minutos llego a mí casa, y le doy la comida a mí mamá, y regreso a The Lunchbox. Eran ya las mismas 18:00 exacta. Voy hacia una mesa, y escucho a alguien decir: "Verónika, que puntual eres." Me giro, y veo a Blaír con una chaqueta de color verde olivo, una camisa color blanca, unos jeans color crema. Sonrío y le digo: "No me gusta llegar tarde. Después me siento mal." Me río y lo sigo mirando con una sonrisa. Había unas mesas vacías, y me siento al frente de Blaír. El lugar era muy curioso. Las paredes eran de color turquesa, naranja, y crema con muchas frases. Las mesas eran de color grises, y había dos televisores en un extremo, y en el otro extremo. Llegó otro mesero, y pedimos nuestra comida.

    
            La tarde en el restaurante era pacífica. Había chicos charlando, y había parejas. Blaír estaba comiendo, y me murmura: "¿Desde cuándo vives aquí?" Lo miro, y trago la comida, y le respondo: "Llevo viviendo aquí desde que nací. ¿Desde cuándo estás aquí? Pregunto bebiendo mi refresco. Blaír termina de comer, y me responde con la boca llena: "Bueno, llevo viviendo aquí desde hace una semana, cuando me percato que éste restaurante es de comida rápida, he sido fiel a The Lunchbox". Me río diciendo: "Comes como un niño, y hablas como uno. Pareces que tienes algo en la boca." Me empiezo a reír, y Blaír tira algunas papitas fritas hacia mí, y no me aguanto las ganas de reírme.

        Ya eran las 19:32 de la noche, Blaír, y yo nos fuimos a caminar hacia el parque. Nos sentamos en uno de los columpios, y me empiezo a mecer con cuidado. "¿Qué vas a estudiar, Verónika? Me pregunta Blaír con su voz gruesa. "Voy a estudiar enfermería, y si me da la oportunidad, también estudiaré cirugía." Dije con seguridad, y con entusiasmo mirando hacia la luna. "Qué vas a estudiar, Blaír?" Pregunto con curiosidad mirándolo a los ojos. El chico se empieza a mecer en el columpio, y me mira con entusiasmo, y me murmura: "Voy a estudiar cirugía especializada en neurología." Me sorprendí mucho con la palabra neurología. Para ser un cirujano de neurología es muy difícil. Haces un error, y el paciente no podrá hablar, no podrá caminar, recordar, etc... Los neurocirujanos tienen mucha presión, pero es un estudio tan complejo, y tan interesante. "¿En serio? Espero que lo logres." Lo miro con entusiasmo, y le sonrío. "Gracias, también espero que lo logres, Verónika." Dijo con una sonrisa.

     
             A las 20:30 empieza a llover, y Blaír me moja saltando de un charco. Parecía un niño disfrutando de la noche. La noche era oscura, pero con las luces, era todo más claro. La lluvia era fría, con esa razón, me crucé los brazos fuertemente. Empecé a mojar a Blaír de la misma forma, una de esas veces los dos nos tropezamos. Blaír estaba encima de mí. Nos miramos el uno, y al otro, y siento sus labios contra los míos.