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Antes de salir el se miraba en el espejo.

Cualquiera pensaría que es por arrogancia o porque quería verse bien para los demás.

Pero no... es que el quería practicar su sonrisa para el mundo.

Porque las sonrisas eran contagiosas.

Había que jugar el juego de las sonrisas, y alegrarle la vida a otra persona.

Bajo aun más la manga se suéter hasta que sus palmas la podían tocar y se fue.

Por que las personas que mas sonríen, son tal vez las que más heridas tenían.


NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora