Querida Adeline.
Te estoy escribiendo esta carta con lágrimas cayendo cada segundo, en mi garganta siento un nudo, mis dedos apenas y pueden sostener el lápiz, mi pecho duele cuando te recuerdo.
Te fuiste.
Cada día te visito y te llevo girasoles, tu madre me dijo que eran tus favoritas.
Visite el callejón, y encontré algo:
<<¿Alguna vez te sentiste la persona mas sola del mundo?>>
<<Si, siempre>>
<<Yo también lo he sentido, pero ahora soy feliz. A>>
Se que fuiste tu.
También te soñé.
Estábamos en el mismo bosque, como la primera vez, nos divertíamos.
Después te pusiste frente a mi y me tomaste las manos, eran cálidas. Sonreí al verte feliz, te acercaste y me rodeaste con tus delgados brazos. Correspondí a este rodeando tu cintura. Cerré mis ojos y los apreté conteniendo las lágrimas.
Al abrirlos ya no te encontrabas ahí.
Te habías ido.
Comenzaron a caer mas lágrimas y después yo caí al suelo de rodillas.