Los Hechiceros Y La Isla De Los Sueños #LIBRO 1

Capitulo 7

Los días siguientes fueron normales para Daniel y Marina, pero notan normales para Henry, Adán, Claudia y Leo quedaba solamente dos días antes de que se fueran y no lo volvieran a ver. La fiesta que estaban planeando Daniel y Marina ya estaba lista pero sus amigos no sabían nada de esa fiesta y menos su padres porque querían darle la sorpresa el viernes en la noche ya que el sábado se iban.
Jake era una buena ayuda con referente a la fiesta porque podía orbita cuando se necesitaba algo y aparecía después de diez minutos la señora Dolphe siempre le preguntaba como lo hacía.
-Eso, es algo que herede de mis padres-le dijo Jake la tarde del jueves-la rapidez de buscar algo sin necesidad de detenerme.
-Pues, eso es muy sorprendente-le dijo la señora Dolphe mientras que colgaba las guirnaldas.
Se habían pasado toda la noche arreglando la casa de Marina porque era la más grandes y ella y sus padres se ofrecieron para poner lo que necesitaban o le asía falta. Terminaron tarde y Daniel estaba muy agotado pero triste por que después de la fiesta se irían sus amigos.
-Es hora que les digan que lo que tienen que hacer mañana-les dijo el señor Dolphe-Daniel, tú tienes que hacer todo lo posible por que tus amigos no se aparezcan en la casa o en su casa entendido.
-Si, ¿pero por que no quieres que se aparezcan en la casa? -pregunta Daniel después de un bostezo.
-Por que en la casa hay unas cosas que se traerán mañana para acá-le dice el señor Dolphe cuando se montaron en el carro-Jake, necesito que me ayudes a traer las cosas si no tienes nada que hacer.
-No te preocupes tío-le dijo cuando se subió al carro y este había arrancado.
-¿Pero, las inscripciones de la universidad? -le pregunta el señor Dolphe.
-No son sino hasta la próxima semana, -le dijo cuando llegaron a la casa-si no me equivoco son para el miércoles.
Jake a pesar de que era un ángel blanco tenía que estar fuera de la casa para que sus "tíos" no lo vieran como un vago consentido, tubo que decirles que se iba a inscribir en la universidad, pero antes tuvo que preguntarle a los ancianos si le daban permiso y estos aceptaron, pero que no orbitara hasta la universidad o hasta la casa a menos que nadie lo vieran. Sus amigos también le habían preguntado por lo mismo y los ancianos le dieron el permiso pero con las misma reglas.
Al día siguiente Marina se apareció en la casa de Daniel para entregarle unas cosas que se le habían quedado a sus padres en su casa esta se las entrego y se fue rápidamente como Daniel fue el que había atendido este la llamo.
-¡Ey!...Marina-la llama Daniel con la mano-¿por qué te vas tan rápido? ¿por qué no me esperas para que nos vallamos juntos a la escuela?.
-No, gracias no quiero causarte molestias-le dijo Marina un poco apenada.
-Molestias, por favor Marina-le dice Daniel agorándola por una mano para que entrara a la casa-somos amigos, vamos pasa mi mamá no te va a morder.
-Pero si apenas nos conocemos-le dice Marina cuando entro por fin a la casa.
-Se que apenas nos conocemos-le dijo Daniel cuando se sentó en el sofá-pero me imagino que cuando tenías amigos en tu otra casa tu entrabas a sus casa sin tanta protesta ¿no?.
-En realidad, yo nunca he tenido amigos como los tuyos-le dice Marina un poco triste-siempre habían estado conmigo para que los ayudara y después se olvidaban de mi.
Daniel se sentía incomodo no sabia que Marina nunca había tenido amigos y nunca se le ocurrió preguntarle como era su vida antes de llegar al país. Marina interpreto su silencio y luego dijo.
-No te preocupes por eso se que tu aun no sabes nada de mi-le dijo Marina con una sonrisas en la cara.
-Pero tenía que haberte pregunta..... -pero Daniel no termino de decir lo que iba a decir porque su madre había aparecido y miro primero a su hijo que aun estaba vestido en pijamas y luego miro a Marina que ya cargaba el uniforme.
-Hola señora Dolphe-le dice Marina un poco tímida-¿como amaneció hoy?
-Hola, Marina yo amanecí muy bien y espero que tu también-le dijo la señora Dolphe cuando volvió a mirar a su hijo-¡Daniel por que no te has cambiado!¡ya ve la hora que es! -le dijo después que hizo sobresalta a todos.
Daniel salió a toda prisa escaleras arriba para cambiarse cuando llego al cuarto se dio cuenta de que Jake ya se había levantado por que su cama estaba ya arreglada. Daniel se puso el uniforme y recogió los cuadernos y se llevo una camisa del colegio para que sus amigos la rayara, ya que el profesor les había dado permiso por que era su último curso en la escuela.
Cuando bajo la escalera Marina los estaba esperando y su madre estaba hablando con ella.
-Bueno, cuando Daniel tenía seis se había olvidado ponerse el pantalón, y todo por la emoción de ir al parque temático-le dijo la señora Dolphe a Marina que por la cara que vio estaba aguantándose las ganas de reír.
-¡Mamá!, por que cuentas esas cosas delante de mis amigos-le dijo Daniel cuando bajos las escaleras, su madre siempre se empeñaba en contarle a sus amigos cosas muy vergonzantes-sabes que no me gusta.
-Bueno hijo, ellos no se lo van a contar a nadie-le dice la señora Dolphe cuando los llevo hasta la puerta para que se fueran por que se les hacía tarde.
-No le hagas caso-le dijo Daniel cuando estaba lo mas lejos de la casa.
-No te preocupes por eso-le afirma Marina. Cuando llegaron a la escuela Claudia y Henry los estaban esperando pero no estaban solo Rose estaba con ellos.
-¿Qué hace Rose aquí? -le pregunta Daniel cuando llegaron antes ellos.
-Nos trajo orbitando-le dice Henry-les digo es algo raro vez las orbitas alrededor de tu cuerpo ¿verdad Claudia?.
-Si, y si vez hacía cualquier lado puedes ver lo que hay aunque lo que tuvieras esas cosas a tu alrededor-le dice Claudia-además quedas con una extraña sensación en el estomago, como si fueras a vomitar.
-Pero no lo vuelvo hacer ¿por qué ustedes aun no están actos para ese trayecto?-le dijo Rose un poco molesta-ustedes aun se marean y no se los reprocho.
Rose volvió a orbitar y se fue, Claudia y Henry les contaron como se las arreglaron para convencer a Rose para que los llevara a la escuela.
-Hasta que por fin la convencimos y nos trajo-le dijo Henry cuando se sentaron en los pupitres-se trajeron las camisas para rayarse yo quiero que me escriban un buen recuerdo.
Marina no dijo nada solo se quedo en silencio y Daniel interpreto su silencio así que les dijo a sus amigos lo que Marina le había contado esto aceptaron la propuesta que le había dicho Daniel que era escribirle algo para que supiera que ellos aunque se fueran el día anterior la consideraban como una de sus amigas. El profesor y el director se aparecieron para darles una buena noticia.
-Los alumnos del sexto grado tienen el día libre solo para rayarse las camisa-les dijo el director-solamente lo del sexto grado, pero no pueden molestara los demás profesores para que sus alumnos les rayen la franela pero si se lo pueden decir a los profesores porque yo le he dado el permiso.
Aquélla noticia puso alegre a todos los alumnos, el resto del día se veían a los alumnos del sexto grado hiendo y viniendo con las camisa del colegio totalmente rayadas a la hora del recreo los alumnos de quinto para abajo también rayaron algunas camisas pero cuando llego la hora de la salida a Daniel se las arreglo para que sus amigos lo acompañara pero no antes de que le rayaran la camisa a Marina, ella les había dejado un recuerdo a todos sus compañeros incluyendo al peor grupo del colegio pero ella no se esperaba la sorpresa de Daniel, Henry, Leo, Adán y Claudia. Le habían hecho un testamento en la parte de atrás de su franela con todos los mejores deseo y los mejores recuerdos que ella los agradeció y a partir de ese día ella se considero como una amiga mas.
Cuando eran las seis Daniel les dijo algo que les quito las caras larga que tenían Leo y Claudia.
-Ya es hora de que nos vallamos-le dijo Daniel.
-Por fin, por que no fue nada gracioso que nos quedáramos seis horas sentados aquí, como los propios traga moscas-le dice Adán frotándose el trasero.
-Lo siento pero tenemos-le dice Marina-que hacer una parada en mi casa para..buscar unas cosas que...les quiero dar antes de que se vallan.
-¿No puede esperar para mañana?-le pregunta Henry mientras que se estiraba de la flojera que cargaba.
-¡No! -gritaron a la vez Daniel y Marina
-¿Qué les pasa a ustedes dos? -le pregunta Claudia
-Nada, ¿por qué lo preguntas? -le dijo Daniel cuando se dirigían a la parada de autobús.
-Es que han estado muy raro en estos días-le dice Henry.
-No te preocupes por eso quieres-le termina la conversación Marina antes de que este le empezara a decir algo. Cuando llegaron a la casa de Marina se encontraron justo con los padres de Adán, Claudia, Henry y Leo y para sorpresa de todos Ernni y Rose estaba con ellos cuando entraron a la casa de Marina la sorpresa que les dieron fue enorme ya que todos los invitados los estaba esperando.
Toda la fiesta se prolongo hasta muy llegada la noche pero tuvieron que termínala antes de las dos de la mañana ya que el vuelo de Adán, Claudia, Henry y Leo salía a las tres de la tarde y tenían que arreglar lo que les quedaba y meter sus regalos que le habían hecho.
Al día siguiente Daniel, Marina y Jake se fueron temprano para el parque a dar una vuelta para poder despejar sus mentes antes de que sus amigos se fueran.
-Jake, ¿crees que estarán bien? -le pregunta Daniel un poco triste
-¿Quiénes? -le pregunta Jake mientras que tira unas piedras al lago
-Pues, Adán, Claudia, Henry y Leo-le dice Marina sentándose en la orilla de la fuente que había allí, aunque no lanzaba agua, era una de las fuentes mas secas del lugar
-Si, ellos estarán muy bien-le dice Jake-a demás tienen unos grandes ángeles que los cuidan.
-Pero, ¿crees que no les pasara nada?-le pregunta Daniel que se sentaba al lado de Marina-. Me refiero a....
-Las criaturas peligrosas de nuestro mundo-le completa Jake-escucha esto Daniel y tu también Marina, -le dice Jake para llamar la atención de Marina que estaba viendo los patos de porcelanas que habían allí-, ustedes a pesar que aun son niños ya tienen una responsabilidad muy grande, no se crean que las criaturas mágicas no los van atacar, pero no ahora, míreme a mi yo apenas tengo diecinueve años y miren la responsabilidad tan grande que tengo soy un guía blanco y tengo que protegerlos a ustedes dos.
-Tienes diecinueve años ¿por qué eres tan joven?-le pregunta Marina muy sorprendida por la noticia de Jake sobre su edad aunque Daniel la le sospechaba la edad.
-Lo que pasa es que yo... -le dice Jake que parecía muy triste-mi historia es un poco triste además no tengo permiso de decirle algo.
-Dinos anda -le insiste Daniel esperando que desistiera.
-No y esa es mi ultima palabra-le dijo Jake un poco molesto-hablemos de otra cosa.
Así que se pasaron el reto del día hablando de cómo sería el libro de las Artes Ocultas y con que clase de criaturas se tendrían que enfrentar hasta que se hizo la hora de ir al aeropuerto.
-Será mejor que nos vallamos ya es la hora-le dice Daniel cuando se pone de pie para sacudirse la tierra del pantalón.
-Oye Jake, ¿nos puedes orbitar? -pregunta Marina con mucha curiosidad.
-No lo se, tendrían que esperar por lo menos uno días mas-le dice Jake cerrando un poco los ojos y colocando cara de duda.
-Anda, por fa-le dijo Daniel mientras que salían los tres del parque-a demás, nos podríamos ir acostumbrando.
-Déjenme pensarlo-Jake suspiro, luego se quedo pensativo y luego de diez minuto dijo-esta bien los llevare hasta el aeropuerto.
-Genial-le dice Marina y Daniel al mismo tiempo
-Marina, por favor dame tu mano-le dice Jake mientras que agarraba el hombro de Daniel y tomaba la mano de Marina-listos-y los dos asistieron en forma afirmativa-entonces aquí vamos.
Fue como había dicho Henry las orbitas aparecieron por todo su cuerpo y se podía ver en cualquier dirección para observar que había aunque las orbitas los cubriera con un azul floreciente que segaba sintió que su pies dejaran la tierra y volvían al piso.
Cuando desaparecieron las orbitas. Daniel sintió que algo grande de su estomago iba a salir estaba completamente mareado, se tambaleaba de un lado a otro y tubo que sostenerse contra la pared para no caerse, Marina también estaba igual que Daniel y al igual que el se sostuvo de la pared.
-Ya llegamos ¿qué les pareció? -le pregunta Jake como si nada
-Tu, por que no nos dijiste-le dice Daniel aun mareado.
-¿qué no les dije que? -le pregunta Jake muy desconcertado.
-Que cuando uno orbita-le dijo Marina sentándose en el piso-se marea y pereciera que uno fuera morirse.
-Les dije que tenían que esperar unos días mas-le dice Jake-aun no estaban listo, todavía les falta entrenarse y mas para aprender a aparecerse.
-¿Aprenderemos a aparecernos? -pregunta Marina retomando una postura normal como si no hubiera pasado nada.
-Si, pero aun les falta mucho para eso-le dijo Jake.
El aeropuerto estaba lleno de gente que esperaban la salida de los aviones o la llegada de ellos Daniel vislumbro que estaban en la parte mas oculta seguramente era el mejor sitio para aparecerse sin que nadie los viera. El ruido de los aviones era fuerte pero no tanto como para quedarse sin oír al que les esta hablando tenía una tabla de anunció que decía cual era el siguiente vuelo, el de sus amigos salía a las tres.
Daniel, Jake y Marina empezaron a caminar para ver si podían encontrar a los demás.
-¡Daniel, Marina por aquí! -los llama la voz de Claudia sobre el ruido que hacían las personas.
-Claudia, hola y Henry-le pregunta Daniel con mucha curiosidad
-Fue a llevar las maletas con mi papá-le responde Claudia.
Después de un rato apareció Leo, Henry, Adán y cada uno con sus respectivos padres después llegaron los padres de Marina y Daniel. Ernni y Rose no llegaron si no justo cuando el avión de cada uno de ellos estaba apunto de partir los chicos sabían que no querían involucrarse con la familia de sus protegidos, no tanto como lo había hecho Jake.
Cuando estaba despidiéndose de sus amigos Daniel sintió que había perdido algo que a lo mejor nunca recuperaría Claudia le dio un abrazo tan fuerte e hizo algo que nunca hizo le dio un beso en el cachete para que nunca se olvidara de ella.
Mientras que cada uno abordaba su avión y verlo partir Daniel no si sabía algún día los volvería a ver, aunque ese día estuviera lejos de cumplirse.