1. Sentido del humor, idioteces y un amigo nuevo

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Las 8:00. Mi madre me acompaña en coche hasta el instituto, que, en verdad, no está muy lejos de casa.

- Ten un buen día, cariño. - dice mientras me da un beso y pone el warning para que pudiera bajarme tranquilamente del coche. - Cualquier cosa me avisas.

- Sí, mamá. - me bajo del coche lo más rápido posible. No me gusta que me traten como si fuera una niña pequeña, y aunque se lo haya dicho mil veces a mi madre, sigue haciéndolo.

[...]

Entré al instituto, como muchísima gente más, y fui directa al edificio principal, donde se suponía que estaba la dirección. Subí las escaleras, y al coger el siguiente tramo, me choqué con un rubio despistado, y por su culpa caímos los dos.

- Perdona, ¿estás bien?- preguntó levantándose y dándome la mano.

- Sí, disculpa, iba distraída. - acepto su mano, y me levanto con su ayuda. - Soy Gaia, por cierto, ¿sabes dónde está dirección? Creo que tengo que acabar de completar algo de mi traslado.

- Ah, así que eres la alumna nueva. - me sonríe, y yo asiento. - Yo soy Nathaniel, el delegado principal.

- Encantada, Nathaniel. - le digo con mi sonrisa característica.

- Puedes llamarme Nath. - me sonrió. - Bueno, Gaia, la directora me encargó ocuparme de acabar tu traslado, así que sígueme a la sala de delegados y míramos lo que falta, ¿vale? - no había dejado de sonreír, y yo, sin darme cuenta, también sonreí.

Al ver que mi "respuesta" era positiva, me indicó con la mano el camino, y esperó a que pasara yo delante suyo, aunque después se pusiera a mi lado.

[...]

- Gaia, ¿y por qué este cambio de instituto en mitad de curso?

- Culpa del trabajo de mis padres, no es que haya tenido que huir de mi antigua ciudad porque hubiera matado a alguien. - me reí, pero ví que no había causado el mismo efecto en Nathaniel. Bravo, Gaia, ahora pensará que eres una asesina que huye para no ser encarcelada. - Oye, era coña eh. - ahora sí se rió.

- Vaya, ya pensaba que tendría que lidiar con una enferma mental. - me reí.

[...]

En eso llegamos a la sala de delegados. Nathaniel saca un manojo de llaves, bastante grande he de añadir, de su bolsillo y abre la puerta.

- Las damas primero. - me sujeta la puerta para que pueda pasar. Qué caballeroso y formal para nuestra edad. Le contesto un simple gracias y entro a la sala.

- Vaya, esto está muy ordenado. ¿Lo haces tú todo? - le pregunté atónita, y él asintío. - Vaya, ¿no te importaría ordenar también mi habitación? - se empezó a reír a carcajadas. - Hablaba en serio. - paró de reírse, y yo empecé. - No te asustes, era broma.

- Hay veces que no pillo tu sentido del humor.

- Ni lo jures. - nos empezamos a reír.

[...]

Nos pusimos con el papeleo, mientras seguíamos riéndonos y hablando de todo en general. La verdad es que este chico era muy majo. No llevo ni una hora aquí y ya parece que he hecho un amigo. Nuevo record.

- Entonces, Gaia, te faltan una foto de carné y 25€, consíguelos cuanto antes y ven a verme.

- La verdad. - dije rebuscando entre mi mochila. - Es que creo que tengo todo aquí. ¡Ajá! - por fín saqué mi cartera. La abrí y saqué una de las fotos de carné que siempre llevaba en mi cartera por sí acaso, los 25€ y se lo dí a Nath. - ¿Entones? ¿Damos por finalizada mi inscripción o qué? - le sonreí pícaramente, y el me devolvió la sonrisa.

- Bienvenida a tu nuevo instituto, Gaia.


Me dió la mano, y yo, cansada de tantas formalidades, cuando parecía que la iba a coger, tiré de la suya, y le abracé.

Sí, acabo de abrazar a un chico que no conocía de nada, y la verdad es que no sé por qué.

Fue un impuslo.

Algo que me transmitía confianza en él.

Y me da igual, me gustó

[*****]

¡Hola hola!

Gracias por leer el primer capítulo de esta novela. Espero que os haya gustado, y ya sabéis, ¡votad y comentad!

Cualquier duda que hayáis tenido, contadme en los comentarios y yo os contestaré lo más rápido posible.

Bueno, hasta pronto, esperemos

deltoya

It Was Always YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora