Capítulo 1.

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Narra Sophie

No podía creer lo que acababa de escuchar. Mis lágrimas lentamente se iban asomando, pero no iba a permitir que el me viera llorar.

Me di vuelta y avancé rápidamente a mi auto y lo dejé solo. El chofer me estaba esperando, subí al auto sin duda alguna y sin mirar para atrás.

-Llévame para la casa de Amy. -dije tratando de controlar las lágrimas.

Robert, mi chofer, solo asintió con la cabeza, se subió al asiento del conductor y puso en marcha el auto.

En el camino muchas cosas pasaban por mi cabeza... ¿De verdad todo se acabó? Estábamos tan cerca de ser felices...

Cuando llegamos me bajé y caminé hasta la entrada de la casa de Amy, mi mejor amiga. Toqué el timbre un par de veces hasta que me abrió la puerta. Cuando la ví sentí una necesidad de abrazarla, de verdad necesitaba un abrazo y unos consejos de ella... Sentía que mi corazón ni existía.

-¿Oye que sucede? ¿que te pasó? -preguntó ella.

-Erick y yo terminamos. -dije separándome de ella mientras secaba las lágrimas que corrían por mis mejillas.

La cara de ella no tenía expresión alguna, solo estaba ahí parada sin decir ni hacer nada. Yo tampoco le decía nada, solo nos estábamos mirando una a la otra.

-¿Cómo?- habló ella sin poder creerlo.

-Como acabas de escuchar.

Ahora era ella quien se abalanzó hacia mi para abrazarme, le correspondí el abrazo.

-¿Estás bien? -me dijo mientras se separaba.

-Si, estoy perfecto, quiero irme de fiesta para celebrar -dije claramente en sarcasmo.

-Lo siento, está muy claro que no estás bien. ¿Qué te parece si vamos a tomar algo y me cuentas con más tranquilidad?

-Está bien.

-Me voy a cambiar y vamos. Espérame por acá, vuelvo en un segundo.

-Un segundo para ti es como una hora -reí con poco ánimo.

Ella subió las escaleras básicamente corriendo mientras yo fuí a la cocina por un vaso de agua, al llegar hasta ahí me encontré con la señora que limpia, cocina y ese tipo de cosas.

-Buenas tardes señorita Sophie, ¿desea algo? -dijo ella con amabilidad y con una sonrisa amigable en el rostro.

-Hola, ¿me das un vaso con agua a temperatura ambiente, por favor?

-Enseguida.

Me senté en una de las sillas giratorias que estaba frente al mesón para comer. La señora, la cual todavía desconozco el nombre, me dió el agua.

-Gracias -dije agarrando el vaso para tomar el agua.

-Estoy para lo que necesite. -respondió ella para luego darse la vuelta y seguir limpiando.

Después de varios minutos Amy apareció con un jeans ajustado, un sweater color verde pastel y unos vans blancos.

-Vamos.

-Vamos.

Cuando salimos de la casa encontré a Robert apoyado del auto mientras leía el periódico, cuando me vio rápidamente se puso firme y acomodó su uniforme.

-Tienes el rato libre, voy a tomar algo con Amy y nos vamos en su auto. Cuando yo te llame me vas a buscar, por favor.

-Claro señorita, así será.

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