Capitulo 6.

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Narra Brad

Me desperté temprano por la mañana con un agudo dolor de cabeza gracias a todo el alcohol ingerido ayer y un terrible dolor de espalda por el incómodo sofá que comparto con Alan en el cuarto de limpieza, odiaba de verdad dormir con el, tuve que soportar toda la noche sus ronquidos de ogro y sus asquerosos gases. No puedo ni imaginar tener que dormir 2 semanas mas junto a el, no se como paso esto... O cierto... Ya lo recordé, una sexy rubia me ha hecho esto, pero ya verá, con Brad nadie sale ileso.

Me levante sonando mi espalda adolorida y salí del pequeño cuarto para tomar una ducha refrescante que me quitara la resaca y me dirigí hacia el baño que se encontraba mas cerca.

-¡Santa mierda!. -exclame en voz alta al entrar.

Este baño era mas grande que la habitación de mis padres y la mia juntas

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Este baño era mas grande que la habitación de mis padres y la mia juntas.

Tenia un piso de madera lisa y bien pulida, las paredes eran de un color crema, al frente de la puerta habían dos grandes lavabos con espejos en frente, hacia la derecha un poco alejado estaba el inodoro que a su lado tenia algunas revistas, luego hacia la izquierda había una gran bañera y una ventana en...

¡ESPERA QUE!

¡UNA BAÑERA! Dios, aquí podría entrar yo como con 5 mujeres a la vez, esa mierda era enorme, tenía pequeños detalles en dorado y estaba tan limpia que podía ver mi reflejo en ella. Creo que dejare el cuarto de limpieza para Alan y vendré a dormir aquí en esta preciosura.

Rápidamente y sin pensarlo me quite la ropa quedando totalmente desnudo y empeze a llenar la bañera con agua tibia, y enseguida busque algún tipo de jabón de espumas para echarle, luego de tener todo listo entre en aquella delicia.

Dios.Mio.

Esto era estar en las nubes de verdad que si, me sentía casi en el cielo. Creo que tendré que reunir dinero solo para comprarme una bañera, no se en donde la pondré ya que algo así no cabria en un baño de mi casa, tal vez la coloque en el jardín para torturar un poco a la vieja de Betty, mi odiosa y anciana vecina, aunque yo no le llamaría tortura ver mi escultural cuerpo.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que a penas me di cuenta cuando la puerta del baño se abrió y entro por ella una chica de cabellera rubia algo despeinada.

Vestía su pijama que era un conjunto de un pequeño short color negro junto con una camisa de tirantes blanca. Se le veía un gran trasero con ese short y unas lindas y largas piernas, esta chica si que tenia un cuerpo muy agradable de admirar.

Me di cuenta que se dirigía al lavabo y aun no notaba mi presencia por lo que decidí hablar y hacerme notar.

-Buenos días nena. -dije con voz ronca sonriendo ligeramente y lanzándole una mirada pícara.

-¡Por dios! ¿Que haces ahi? Casi me matas de un susto gran imbécil. -me contestó exaltada mirando hacia mi dirección.

 -me contestó exaltada mirando hacia mi dirección

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