Como escritor uno nunca sabe de donde vienen las historias. Sin embargo este pequeño cuento fue inspirado por "Una Camisa" del cuentista español, ya fallecido, Medardo Fraile.
En este cuento Medardo dió un total de trece descripciones a la camisa, entre movimientos y adjetivos.
Aquí demuestro:
1-la camisa comenzó a moverse
2-se agitaba con la angustia de su vacio
3-queriendo romper las ligaduras que le apretaban a los hombros
4-las mangas vacias subían y bajaban
5-se juntaban a los puños
6-se abrian en cruz
7-el cuerpo prendido a los hombres giraba convulso
8-se dobabla una y
9-otra vez
10-luego quedó rígida,
11-extenuada
12-como palo
13-con mangas señalando al piso
Recomiendo que lean este cuento. Lo importante es que desde ese momento comencé a jugar con el número trece. ¿Cuántos treces puedes encontrar en este cuento?
Luz Manicomial
Compréndanlo, que todo esto ya está narrado en los Anales de Cuentos Cortos del futuro. Todos los personajes, sin duda, y sus comportamientos son producto planeado del escritor. Nombres ficticios siguen orden alfabético según aparecen en esta obra literaria del Número Trece.
Es 20 de Junio de 2014, en la Coruña, una ciudad de España. Cada invitado ha recibido un boleto de entrada con las palabras “Luz Manicomial”.
Las reglas de la fiesta están delineadas en un cartelón con trece renglones.
1- Cada invitado tiene que prestar cuidadosa atención a las palabras de la grabadora.
2- Importante que pase lo que pase, la fiesta continuará después de la grabación.
3- El participante que responda la última pregunta ganará la suma de trece dólares.
Los otros renglores del cuatro al trece han quedado en blanco a propósito, en caso de aquellos que quieran cambiar o añadir reglas en el futuro.
El 7 de Junio de ese mismo año, los invitados firmaron estas reglas rígidas. Todos los nombres aparecieron en un contrato legal escritos solo para este evento.
En el medio de una sala enorme, tipo discoteca, se veía una grabadora. En el techo, una pelota giratoria que con luces emitía la palabra “Literatura”.Participan Abel, Beltrán, Camilo, Dora, Enrique, Fausto, Gabriela, Hedda, Irma, Josefa, Karla, Locacio, Marta, Nancy y voz de grabadora, para completar este grupo literario.
En el lado zquierdo de la grabadora arriba de la mesa hay una insignia de metal con número que brillan pero difícil de distinguir en la distancia. Suenan cinco campanadas musicales que se repiten una segunda vez, más tres golpes. Segundos más tarde de oir los tres golpes se escucha la voz de la grabadora.
—Según escuchan el tono de mi voz se sentirán todos extremadamente relajados.
Abel: No me jodan, lo que quiero es aprender todas las “Técnicas de Iluminación”.
—La vida es un intercambio de ideas.
Beltrán: (Busca el relato de Abel de “La Mujer de Piernas Largas” en un volúmen previo de Cuentos Cortos.) Que se calle esta grabadora - - no me puedo concentrar ni encontrar nada aquí.
—Y toda la tensión del cuerpo se escapará como humo ténue a través de los poros. Y te relajarás según lo haces.
Camilo: Creo el pobre Beltrán sufre de menopausia con el sonido de la grabadora. Esto se pone interesante, lo pondré en mi nuevo ebook, "La Ruleta Rusa".
Dora: Por favor cállense, que yo sí quiero escuchar las instrucciones de la grabadora.
Y vemos a Dora apretando el obturador de la cámara y rodeando la grabadora mientras toma una dozena de fotos desde diferentes ángulos y una última foto de Enrique y Fausto que juegan ajedrez en una mesa al lado opuesto de la sala.
Enrique: Vistes como Dora tomó trece fotos. Te voy a dar jaque y te aseguro que yo no voy a entrar en eso de trece. El tablero de ajedrez consiste en 64 cuadrados y 13 x 5 por mucho que quieras da 65, el cuadrado extra, soy YO, diferente.
Fausto: Hombre, no te llames "cuadrado", no dejes que la voz de grabadora influya. La fórmula química del estilo literario es que expresemos todo con trece palabras.
Gabriela se acerca a Camilo y le dice: ¨Quiero y me enseñes como escribes con tanta fluidez y eres tan ágil.”
Hedda saca varios papeles y sobres de su cartera y comienza a escribir cartas a cada uno de los trece participantes. Y escribió en sus cartas que todos los participantes se expresan con un total de trece palabras.
—Y te darás cuenta de que cada uno de nosotros tenemos algo en común, que es que somos seres humanos. Y cada uno . . . es un milagro único.
Irma: Josefa todo esto de los trece, es todo una torta, ¿lo puedes explicar?
Josefa: Yo no quiero hablar de nada terapéutico pues solo hablo de aspectos literarios.
—Y al dejar que otros sean, encontraremos nuestra felicidad.
Karla: Desde el punto psicológico lo explicaré todo más tarde y con mucho sentido.
Locacio y Marta toman el mate y observan.
Locacio: Quiero escribir simple, directo sin pretender y escribiré acerca de un ojo morado.
Marta se escribió una nota para ella misma que contenía la siguiente información:
Curioso, las letras del boleto de entrada añaden a un total de trece.
—Y te darás cuenta Nancy que todos los miedos e inseguridades son pasajeros al igual que todo en esta vida.
Quedó narrado, en los Anales del Volumen XIII de "Cuentos Cortos" que el grupo de participantes con mandarria en mano hicieron tiesto a la grabadora, menos Josefa, y se sintieron felices. Más tarde, se lee en los mismos cuentos que llegó Voz en persona y todos se abrazaron y estaban calmados. Nunca se habló de la pregunta final, que fue:
—Y quien es Nancy? porque Nancy contestó:
Nancy: Soy Nancy y no quiero los trece dólares. He decidido que ese treinta por ciento del relato que no puede solventar la voz lo voy a callar y comenzaré a usar el setenta por ciento por el cual sí la puedo solventar. Es más que me esforzaré al 130 porciento y como el zero no vale nada, me quedo con los dos primeros dígitos, el trece. Este trece será mi mantra.
Y años después en los Volúmenes XIV y XV de los Anales de Cursos Cortos, relució lo de las trece prácticas dhutangas y lo del Génesis 13:8-9. Y continúan los críticos analizando nuevos hallazgos del número trece en este evento: ¿Que si la grabación duró trece minutos?;¿Que si este número trece estaba incrustado en la grabadora?; ¿Que si las campanitas y los golpes añadían a trece?; Que la fiesta terminó ese dìa a las 21:37. Y que esta fué la misma hora cuando murió el Papa Juan Pablo II a las 21:37, 2+1+3+7=13. Y continúan hoy en día con un número de preguntas no resueltas.
Lo cierto es que la historia asegura que la felicidad permaneció en este grupo literario y que con el tiempo cada participante publicó sus obras y se enriqueció.
Autor: Monserrat