Facebook

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Facebook.

Este es el caso de Diego Gómez Claus. Según los antecedentes sucedió en el recién pasado mes de diciembre (año 2011). Durante una tarde de aquel mes este muchacho sorpresivamente le envió un mensaje a través del chat de facebook a uno de sus mejores amigos de la escuela de nombre Sebastian (digo sorpresivamente porque aquel día Diego no había ido a la escuela y Sebastián no esperaba encontrarlo conectado a Internet en la tarde), el mensaje decía "ven a verme". Sebastían le saludó a través del chat y le preguntó que le pasaba, pasaron 5 minutos, luego 10, luego veinte y no hubo respuesta. Finalmente el muchacho movido por la curiosidad y por la extrañeza de que Diego no contestara, salió de su casa y fue en bicicleta a casa de Diego para ver que sucedía, ambos no vivian a más de 15 cuadras de distancia el uno del otro. Sebastián llegó a casa de su amigo, la reja del antejardín estaba sin llave como era de costumbre, entró y quiso llamar a la puerta y ahí se dio cuenta de que esta permanecía solo entreabierta. El chico entró con cautela, y la imagen que vio jamás creo la podrá sacar de su mente, allí en la sala se encontraban 3 cuerpos colgados (el de Diego y sus dos padres) los tres muertos ahorcados.

La policía cuando llegó comprobó que alguien había salido anteriormente por la puerta de la cocina, presuntamente el asesino. La teoría del suicidio grupal fue desechada solo por el testimonio de los testigos cercanos a la familia quienes no aceptaban que se les atribuyera semejante acto, pues eran una familia muy feliz sin ninguna clase de problemas. Si fue un asesino... ¿como logró someter a las 3 víctimas?, ¿porque las ahorcó?, ¿porque no robo nada de la casa? Todas esas interrogantes continúan hoy siendo parte de la investigación.

Sebastián en cambio, no se explica cuando o en que momento fue que su amigo le escribió por facebook el mensaje "ven a verme". Pasaron alrededor de 40 minutos entre el mensaje y la llegada de Sebastián a la casa de Diego, tiempo suficiente quizás para ahorcarse, pero ¿porqué motivo?, el notebook que utilizaba la familia se encontraba apagado según los peritajes hechos por la policía. ¿escribió el mensaje y luego fue a ahorcarse?, ¿estaba conectado a Internet justo en el momento en que un asesino entró a la casa, y luego el criminal apagó el notebook y no se lo robó?, ¿porqué justo Diego había faltado a clases aquel día? Son muchas las interrogantes y quizás esta historia no sería mas que un singular suceso policial si no fuera porque a los tres días después de esto, Sofía (una amiga en común de ambos chicos) vio a Diego Gomez Claus conectado en Facebook, ya saben, con el circulito verde junto al nombre. Fue una visión fugaz y se lo comentó a todos los compañeros de clases en la escuela al cuarto día, luego sin explicación aparente, Sofía falleció en el quinto día en su casa producto de un ataque al corazón.

A partir de aquel trágico incidente la historia se convirtió en una suerte de Creepypasta.... si ves al usuario Diego Gomez Claus conectado al facebook, en tan solo 24 horas te acontecerá la desgracia.

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Maniquí.

  En junio de 1972, una mujer apareció en el hospital Cedar Senai vestida solamente con una bata blanca cubierta de sangre. Esto por sí solo no era nada extraño, pues la gente solía tener accidentes cerca y venía al hospital más cercano para recibir asistencia médica. Pero había una cosa que hacía que las personas que veían a esta mujer huyeran aterrorizadas: ella no era precisamente humana. Se parecía a algo así como un maniquí, pero tenía la destreza y la fluidez de un ser humano normal. Su rostro era tan impecable como el de un maniquí, desprovisto de cejas y lleno de maquillaje. 

Desde el momento en que entró al hospital hasta que fue llevada a un cuarto para proceder con la sedación, permaneció completamente tranquila, inexpresiva e inmóvil. Los doctores habían decidido sujetarla hasta que las autoridades llegaran y ella no protestó. No pudieron sacarle ningún tipo de respuesta, y la mayor parte de los empleados se sentían bastante incómodos al mirarla por más de unos segundos.

Pero al momento en que el personal trató de sedarla, opuso resistencia con una fuerza extrema. Dos empleados la sujetaban mientras se levantaba de la cama inexpresiva. Luego giró sus ojos impasibles hacia el doctor e hizo algo inusual. Sonrió. En cuanto lo hizo, la enfermera gritó y la soltó por la impresión; ya que en la boca de la mujer no habían dientes humanos, sino unos más largos y afilados. Muy largos como para que su boca no se pudiera cerrar sin causarle alguna herida...

El doctor la miró fijamente por un momento, antes de preguntarle, «¿Qué mierda es usted?».

Ella recostó su cabeza sobre su hombre para observarlo, aún sonriendo. Hubo un largo silencio, el personal de seguridad ya había sido alertado y se le podía escuchar corriendo por el pasillo.

En tanto él se volvió hacia el sonido de las pisadas, ella se le abalanzó, hundiendo sus dientes en la parte anterior del cuello del doctor, arrancando su yugular y dejándolo caer al piso. Luego se inclinó hacia él, mientras jadeaba y se ahogaba en su propia sangre, y le susurró al oído:

—Yo... soy... Dios.

Los ojos del doctor se llenaron de terror mientras la miraba voltearse tranquilamente y caminar hacia los guardias. Lo último que vio fue cómo se daba un festín con ellos, uno por uno.

El doctor que sobrevivió al incidente la nombró «La Inexpresiva».

Nadie nunca la volvió a ver.

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El DVD

La próxima vez que vayas por una película, asegúrate de buscar una que te recomendaré y que te traerá recuerdos increíbles. No hay otro video como éste, y es imposible duplicarlo. Puede aparecer en cualquier parte del videoclub. Puede estar en cualquier estante, en cualquier género, en manos de cualquier persona. Su cubierta es totalmente negra, y se titula .

Una vez que encuentres el video, no lo abras. Ve a la recepción a pagar por la renta. El encargado seguramente te mirará extrañado, y tal vez dirá, «Oh... ése...».

Lleva el video a casa. Puedes tener la tentación de ver el DVD, pero procura no hacerlo.

A media noche, coloca el sofá frente a tu televisor y asegúrate de que nadie más esté contigo. Asegúrate de que todo lo que se vea sea oscuridad, y que el único ruido que se oiga sea el latido de tu corazón.

Reproduce el DVD. El video contiene todo el conocimiento de tu pasado, presente y futuro. Al pasar las escenas, irás viendo eventos pasados hasta llegar a los acontecimientos actuales. Detenlo una vez que llegues al final de los eventos actuales; sabrás en qué parte detenerte cuando te veas a ti frente al televisor, mirando el video.

Antes de pasar a ver los acontecimientos futuros, piensa si realmente quieres saber sobre el futuro.

Si decides no ver más, quita el DVD, déjalo en el suelo de tu armario y vete. Asegúrate de guardar el DVD en el armario. Por la mañana te darás cuenta de que se ha ido.

Pero si decides ver los acontecimientos futuros, deja correr el siguiente episodio. Es extremadamente importante que no grites cuando veas la escena de tu muerte. No quites la vista del televisor cuando te veas siendo arrastrado a las oscuras profundidades de lo que una vez fue tu armario. No parpadees cuando te veas siendo desgarrado por una bestia infernal, y el DVD maldito tirado en el suelo, junto a tus miembros amputados. En ese momento el video terminará.

Ah, y no te asustes cuando sientas el aliento de la bestia acariciar tu cuello...

 

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