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Después de un rato de caminar de vuelta a la aldea Inuyasha la cargo en su espalda, como ya no se veía tan enojado Kagome se sintió mas tranquila, cuando comenzó a amanecer llegaron a una aldea, Inuyasha le bajo de su espalda y caminaron despacio a través de esta, Kagome reviso en la manga de su Kosode, sonrió al encontrar un par de monedas, recordó que Kaede se las había dado antes de que salieran, sonrío mirando a Inuyasha...

"Quieres tomar una taza de te?"

Inuyasha le miro como si estuviera completamente demente, finalmente suspiro y evito mirarla con un keh!

"Compra algo para ti si quieres..."

Kagome sonrío y decidió que lo mejor seria comprar un par de bolas de arroz y seguir con su camino, se acercaron a una tienda e Inuyasha se quedo bastante atrás con sus manos dentro de su Haori luciendo incomodo, noto el tic en su oreja derecha y suspiro, Inuyasha siempre se ponía tan tenso al entrar en las aldeas, jamás lo había comprendido, tal vez ahora se lo diría.

"Me da cuatro bolitas de arroz?"

La señora de la tienda la miro, y luego miro a Inuyasha, luego tomo las bolitas y se las ofreció.

"Miko-sama ¿Por qué viaja con un Youkai?"

Kagome le sonrío a la señora.

"Porque el es mi guardián."

La mujer le miro sorprendida, Kagome le pago por las bolitas de arroz y camino hacia Inuyasha sonriéndole...

"Inuyasha porque no..."

Un sujeto que venia corriendo la tiro al suelo de golpe, cayendo sobre ella, luego parándose sobre ella la levantarse y salir corriendo, casi tan rápido como cuando la golpeo, gimió al mover la pierna derecha sabiendo que se la había lastimado, escucho a Inuyasha gruñir y levanto su mirada hacia donde el Hanyou la tenia, cuatro hombres estaban parados mirándola en el suelo, la mirada del hombre al frente con Hakama negra y Kosode azul, sus ojos era demasiado oscuros, su mirada... no el gustaba para nada.

"Miko-sama, sentimos mucho que haya sido lastimada, permítame ayudarle."

Inuyasha le gruño con mayor fuerza al hombre y dio un paso hacia ellos dejándole mirándolos al lado de su pierna.

"Ni se te ocurra tocarla."

Kagome noto en ese momento que la gente en los alrededores dejo de hacer lo que hacia, caminar, cocinar o barrer, y dirigió su mirada hacia el Hanyou, no hacia el hombre de mirada fría, no, estaban mirando a Inuyasha, cuando vio a un hombre que venia con una pala dar un paso hacia ellos se puso de pie, gimió al sentir un punzante dolor en su pie derecho, definitivamente se había lastimado.

Inuyasha no se dio la vuelta hacia ella, pero en lugar de que ella solamente buscara apoyarse en su Haori, el extendió su mano hacia ella sujetándola por el brazo, Kagome se sorprendió, Inuyasha seguía viendo a los sujetos y les seguía gruñendo, pero esta vez... la sujeto, su corazón latió mas rápidamente, y miro a sus alrededores, los aldeanos parecían mas molestos aun.

"No se preocupe señor, ya nos vamos."

Kagome miro las bolitas de arroz tiradas en el suelo y luego miro al hombre que ahora sonreía, parpadeo varias veces volteo a ver a Inuyasha, quien seguía gruñendo y mirando al hombre como si se lo quería comer.

"Ne Inuyasha? Ya nos vamos cierto?"

Tiro suavemente de su manga y el Hanyou suspiro, relajo su postura y dejo de gruñir volteando a verla.

"ne?"

Inuyasha suspiro y asintió, Inuyasha iba a decir algo, pero las palabras del hombre de mirada fría le interrumpieron.

Mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora