La mejor idea de mi vida.

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Mi nombre es Evan, tengo 17 años y vivo en una pequeña casa ya que pronto seré mayor y necesito acostumbrarme  a esto. Mi cabello es negro, un poco largo, y tapa mis ojos avellana. Mido 1,70 y soy algo delgado.
En los últimos días he estado viviendo con mi mejor amigo y ahora maestro Tay, él ha hecho un curso de maestro para ganarse la vida con algo fácil ... Aunque conmigo no lo sea. Él me ayuda con biología, su materia favorita.

Debo admitir que desde que lo conocí, descubrí mi homosexualidad. Su cabello rubio, sus ojos celestes, su voz gruesa me derriten por dentro, no puedo olvidar la vez que solo lo ví en calzoncillos...
Mide 1,84 y siempre bromea con mi altura. ¿por que justamente a , Barba?

✿ฺ Viernes, 3pm.

Terminé de tomar una larga ducha. Y sólo me encontraba con una toalla ‹Seguro Tay està en la cocina... Meh, no importa› pensé, así que sin más me tiré a mi cama a leer un poco. Luego de 5 minutos no pude concentrar mi mente en la teoría que enseguida pensé en Tay...
Flashback
Dejame hacerlo para que esas chicas dejen de mirar.– suplicaba Tay en mi oreja, no podía decir que no a este caso – es sólo un besito y ya.
— Sólo uno, pero después no pidas nada pero nada más. – dije como regaño, aunque era tierno. Tomó mi mentón y lentamente vi cómo se acercaba y sus labios rozaron los mios, depositando un beso y pasando la punta de su lengua por encima, sintiendo su respiración profunda.
— ¿ves? Ya nadie nos molestará, vamos a divertirnos a nuestra manera.

Fin flashback

Su respiración y él simple hecho de que me besó, hacen que me ponga tan cachondo... Comienzo a pasar mi mano por encima de la toalla que cubre mi intimidad, pellizco mis pezones y relamo mis labios. A la mierda la teoría, al menos esta noche.
Froto mi erección y muevo mis caderas, toco la punta de ésta y luego me doy vuelta para quitarme la toalla y buscar un pequeño vibrador de debajo de mi almohada.
—Dios mío... Lo que me provocas Tay.
Lamo el juguete  y comienzo a rozarlo en mi entrada mientras me masturbo, comienzo a meterlo y gimo.
— Ah... A-ahh.. Más, Tay dame más... – imaginaba a mi amigo tirándome él cabello mientras besa mi cuello desde atrás y me penetra tan intensamente que yo soy capaz de perder la cordura por él.
Enciendo él vibrador y mis gemidos aumentan, necesito tenerlo dentro de mí y gemir encima suyo...

Tay
Ya es hora de cenar, así que debería llamar a Evan, quien supuestamente debía estudiar. Al subir las escaleras noto que no hay silencio, si no... pequeños grititos. Camino hacia la puerta de Evan y no me animo a llamarlo, lo contrario, apoyo mi oreja en la puerta y escucho sus gemidos. «¿Debería entrar o simplemente ignorar ésto? ... pero deseo tanto verlo, sus expresiones y sus movimientos deben ser tan excitantes...» No puedo negar que estoy completamente enamorado de Evan, por él, terminé mi carrera y vine a vivir a su lado. Al menos como amigos, pero... Algo entra en mi mente y me hace soltar un suspiro.
—Tay... Tay por favor penétrame más– «Evan estaba gimiendo mi nombre...e-está pensando en .» no dudé y abrí la puerta, por la estruendosa aparicion, Evan se arrodilló por sobre la cama y mirándome nervioso.
—Ésto...e-ehh... Tay, puedo explicarlo – hablaba con esa temblorosa voz. Yo no dije nada y me lancé a besarlo, mordí su labio inferior y tomé su trasero para acostarlo encima mío.
—A-ahh...Te...te necesito – dijo sobre mis labios y yo dí un grave gemido. Su trasero rozaba mi erección y movía sus caderas en círculos, haciéndolo peor pero a la vez me hacia entrar una lujuria increíblemente grande.
—Y yo necesito penetrarte y hacerte mío. – besé su cuello y rodeé su trasero gordito con mis manos para poder apoyarle más aun su trasero contra mi pelvis.
— Oh... Tay, por favor, házlo, fóllame...– susurró en mi oído y fue la gota que rebalsó él vaso. Me paré de la cama, lo tomé por los brazos e hice que mirara la pared, para poder atar sus manos con una corbata.
— Te has portado muy mal... No has estudiado y sólo estuviste masturbandote por mí... A escondidas. Mereces un grave castigo, ¿lo sabes, pequeño?– me saqué la ropa y comencé a besar su espalda mientras me arrodillaba para llegar a su trasero.
—Oh... Dios, Tay, ¿qué... Qué haces?– preguntó tirando su cabeza hacia atrás y encorvando su espalda, lo que hacia que su trasero se viera mas expuesto aún.
— Te voy a dar la mejor tarde de tu vida entera...– Lamí su entrada mientras masturbaba su erección, escuchaba sus gemidos al mismo tiempo que yo metía mi lengua en su entrada.
— Si sigues así, acabaré pronto...– me dijo mientras yo tocaba la punta de su miembro, éste se sacudía un poco, lo que significaba que ya estaba en su punto.
—Anda, córrete y veras que sucede.– Sonreí para mis adentros y comencé a masturbarlo más y más rápido.
— ¡Mierda, me corro, Tay...!– y antes de que lo hiciera, coloqué mi palma encima de su punta para que difícilmente saliera su semen y así gimiera como nunca antes.
— No aguanto más, chúpala...–  tomé su nuca al ver que se había caído en sus rodillas por el repentino orgasmo, y acerqué mi polla a sus labios. Al principio abrió los ojos como platos ya que obviamente mi ereccion era mucho mas grande, pero luego comenzó a lamer la punta y después, el tronco. Mordió suavemente la palpitante punta y yo movía mis caderas de forma que cada vez que se tragaba todo, yo daba un grave gemido haciendo que me mirara.
Siguió con ese movimiento de arriba a abajo, arriba y abajo, y luego me masturbaba con sus dos manos a la vez que succionaba hasta el punto en que tal presión me hizo correr en toda su pequeña boca.
— Evan...eres lo más hermoso y atractivo que he visto en mi vida...– decía yo mientras lo alzaba para ponerlo delicadamente en la cama, su pequeño cuerpo es... Tan pero tan precioso, seguí lamiendo sus pezones y escuchando sus finos gemidos, lamía lentamente uno y a la vez pellizcaba otro, como él ya se había quitado la corbata de sus manos y hacia rato, arañaba mi espalda aunque no le di importancia si dolía o no. Estaba mas concentrado en rozar mi intimidad contra su entrada, haciéndolo gemir aun más fuerte.
—Por favor Tay, házlo, mételo... No puedo resistir.– rogaba, no escuché nada tan excitante como sus ruegos y gemidos, éste chico me volverá un loco.
—¿Cuànto tiempo haz estado imaginando esto?– pregunte con una sonrisa pícara a la vez que comenzaba a entrar en él, era tan estrecho que ya me hacia gemir otra vez.
— Ah...Ahh... Desde, desde que te conocí, siempre quise hacer ésto contigo..Tay!– gritó mi nombre cuando la metí completa en su interior. Me quedé quieto por un momgnto.
—Muévete, por favor...– decía Evan con lágrimas en los ojos, sus caderas se movían haciendo de ésto lo más placentero posible pero yo me limité a bajar mi rostro, besé sus dos mejillas y luego continué con su boca, moví lentamente mis caderas pero luego de unos minutos él beso apasionante iba aumentando al igual que mis embestidas, nuestros cuerpos húmedos y él juego de nuestras lenguas no paraba.
—Tay, me voy a correr, a-ahh...más, dame más por favor!– tomé sus caderas y lo puse en "cuatro" dejándome ver más aún su roja entrada, entré rápidamente sacándole un gemido fuerte.
— Yo también estoy a punto de correr me... Ahh, tu trasero...es tan apretado.– desde mi punto de vista, veía como mi polla entraba y salía de su trasero, hasta que un escalofrío nos recorrió nuestras espaldas y los dos acabamos al mismo tiempo, yo dentro de él, sintiendo cómo mi hombria palpitaba dentro de mi Evan. Y él en mi mano, por masturbarlo rápidamente.
—Tay... Te amo– dijo él mientras nos echábamos en la cama y nos besábamos.
—Yo te amo y te amare aun más, pequeño.– lo abracé mientras lo tapaba con sus sábanas y  corría con mis pies sus carpetas.
—Abrir la puerta y no quedarme escuchando fue la mejor decisión de mi vida.– reíamos los dos, avergonzados y cansados, antes de caer dormidos.

Fin.

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2016 ⏰

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