Me haces más falta que nunca,
tus abrazos me hacen falta, tu mirada me hace falta,
me hace falta hacerte sonreír.
Observo en cielo,
e imagino que todo es como antes,
cuando tenía tu amor y la dulce pizca de felicidad en las palabras.
Sin ti ya nada tengo,
un gran vacío habita en lo más profundo de mi débil ser.
Ese es el vacío que dejaste al marcharte, y no se llenará si no vuelves a mi vida.
Todos los días pienso en ti,
¿Cómo estarás? ¿Pensarás en mi?
Una fría tristeza invade mi corazón,
miles de recuerdos rotos mi cabeza
y algunas lágrimas mis ojos.
Esto es tan doloroso, como si ya nada tuviera sentido...
Como si la vida que tengo no fuera mía, porque la vida que tenía contigo te la llevaste y la entregaste a otra persona, sin siquiera pensar que a mi me dolería.
Y las ansias de mirarte crecen a cada segundo, tu ausencia le quita el sentido a todo.
No me hagas pensar, no me hagas recordarte, porque las ganas de seguir adelante sin ti se deterioran con cada lágrima caída.
Quiero que vuelvan las sonrisas, que vuelvan los momentos, las alegrías, quisiera que volvieras a amarme y hacerme más fuerte...
Pero desgraciadamente, no es así.
