Solo, solo, solo... No había ni un alma que se pudiera ver en esas negras y temibles calles. Ni un ruido, la soledad era tan pesada como el mismo Titanic sobre el cuerpo de un pequeño y débil infante.
Miedo al ruido tan calante en los oidos, ¿pero p...
Noticias de la mañana - Se suman tres víctimas más a la lamentable lista de víctimas por Ghoul's - aquella diminuta persona en la tele daba aquella información sobre los asesinatos que pasaban durante la noche en aquella ciudad que se convertía en una pesadilla de noche... Pero en un sueño de día.
- A continuación daremos a conocer el nombre de las víctimas para que sus familiares puedan hacer los trámites necesarios y darles un entierro dignos a sus - seguía, las personas parecen no hacer caso a lo que las autoridades dicen, era bien sabido por el mundo lo que pasaba en Tokio, su lamentable... Situación. - Moozuna Kirito, Shiriko Yiota, Victoria Sulman...
(...)
Narras tú
Estaba totalmente cansada, debido al trabajo que me han estado dando no eh podido alimentarme bien y ni un segundo de sueño eh podido tener, pero como siempre para darme ánimos... " Si no descansas, serás la líder de todos ellos" Alguien más debería darme ánimos... Si lo sigo haciendo yo moriré en poco tiempo.
Había llegado... El cielo seguía nublado y ni una pista de que el sol fuese a salir ese día; saqué el reloj de bolsillo, 06:13... Tenía tiempo, no tanto como hubiera querido pero tiempo es tiempo.
Apagué el carro y con dolor en mí espalda me apresuré a abrir la puerta, al hacerlo un dulce y embriagante olor fresco que se aproximaba a decir que venía a purificar el aire me inundó, inhale lo más que pude para que el fresco y puro aire entrara por mis pulmones refrescando mí interior. Un rato estuve así sin percatarme que las pequeñas gotas que caían a la tierra se hacían cada vez más pesadas, reaccioné gracias a que una fría gota calló justo en la punta de mí nariz haciéndome volver en si. Bajé del carro y me apresuré a la entrada de mi casa, presione el botón y el auto quedó seguro.
Metí las llaves en aquella puerta de madera procediendo a entrar en aquel refugio llamado hogar, me gustaba... Mí casa se ubicaba a las afueras de la ciudad, dándome Paz y tranquilidad, y lo mejor... No había vecinos molestos.
(Ubicada así como la casa de de Edward Cullen, o sea... Alejada de la civilización en un bosque, y el tipo de casa ustedes imaginen la casa)
Al entrar mí estómago volvió a gruñir pidiendo algo de atención, dejé mis llaves en el pequeño buró al lado de la entrada y proseguí a quitarme la chaqueta y colgarla en el perchero, acto seguido me quite mis botines colocándolos aún lado de la puerta y caminé rumbo a la cocina para calmar los berrinches de mí estómago.
Un café frío y unos Waffles con fresas frescas y unos cuantos arándanos era lo que necesitaba.
Encendí la televisión y busque algo de mí interés, parando en la caricatura de Coraje, el perro cobarde.
Narrador omnisciente
Aquella chica se encontraba tan entretenida en la caricatura y en la preparación de aquel delicioso desayuno, tanto así que no puso atención a lo que sucedía tras ella. A sus espaldas, la ventana se abría lentamente en un intento por no hacer ruido, mientras se asomaba algo o alguien en ella dispuesto a entrar en aquella cocina...
- Konichiwa, Konichiwa~ - llamó una joven sentada en el marco de aquella ventana en la que minutos antes había entrado, - Es hola en coreano por si no lo sabías... Ahum, hay que practicar el idioma de allá si no quiero que me vean raro - informó la joven de aspecto desalineado a su amiga que seguía sin voltear a verla.
- No creo que Konichiwa signifique Hola en coreano, Liriana... Y de todas formas si te equivocas en eso no creo que sea por eso que te mirarán raro. - habló la chica girando en su propio eje para ver mejor a su amiga.
- ¿Ah no...? De todas formas Tokio está cerca de México... Y es Liri Liri, no Liriana - la primera chica soltó una pequeña carcajada ante el comentario de su desalineada amiga, acto seguido tomó los dos platos con el desayuno y los puso en el comedor, seguido sirvió su café frío y el chocolate de su amiga en diferentes tazas.
Ambas jóvenes se sentaron en aquel comedor para poder comer lo que su estómago tenía tiempo exigiendo. Minutos después la puerta de la entrada se abrió, entrando por ella una joven con sudadera de panda, se dirigió al comedor en donde saludó a sus dos amigas que ya habían empezado a desayunar.
- ¿Me dejaron algo, cierto? - Preguntó la tercera chica vestida de panda a sus amigas - claro, en la waflera y en la tetera - respondió la primera chica.
- Estoy taaan cansada, no eh dormido y ni hablar de la comida, Maximus nos está explotando gravemente... Va a perder a sus mejores trabajadores - comentó la chica de suéter panda.
- Es cierto, solo espero que acá mis ojos cuando sea la líder de la comisión no se olvidé de nosotros los guapos - habló la segunda chica mientras le daba una merecida mordida a su waffle.
- No lo vean así - habló la primera chica viendo comer a su amiga tan salvaje.
- No te capto - la primera chica dió un suspiro y habló, - Las peores batallas van para los mejores guerreros, por eso nos mandaron a Tokio - finalizó la primera chica.
- mmmm no, sigo sin captarte - la primera chica giró su cabeza en dirección a su amiga con una expresión de que era tan obvio - Panda, la razón por la que Maximus nos encarga los trabajos más difíciles es porqué el ya no está en condiciones y sabe que su tiempo como el líder de la comisión está por terminar, por esa misma razón manda a los mejores de la comisión a los trabajos que nadie más puede y como la sede de Tokio está colapsando de trabajo... Nos mandó a nosotros a hacernos cargo -
Aquella chica de cabellera negra, aspecto suave y delicado pareció entender lo que su amiga le había explicado.
- ¿Hay más? - Habló la segunda chica peliblanca con la boca totalmente llena de Waffles.
Las dos chicas que anteriormente habían estado conversando miraron a su amiga sorprendidas y conteniendo la risa al comparar a la peliblanca con una ardilla glotona y drogada.
- No hay más Liriana - Soltó la primera chica intentando no reír tanto.
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Me tomé la libertad de buscar una casa que se asemeje a lo que yo me imaginé que viven ustedes.
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Esta es la de los culones... Los vampiros esos que brillan con el sol.
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