—Con este proyecto, lo que espera el grupo Kim es aportar con el crecimiento y mejorar el estilo de vida de las personas. Soy Kim Joonmyeon y fue un placer darles a conocer una pequeña muestra de los que a pocos meses será algo que ustedes como beneficiarios podrán disfrutar. Que tenga una buena tarde.
Joonmyeon Junto a su costosa americana azul, su lisa camisa blanca y su pantalón en tono verde fango, terminó la exposición del proyecto con el éxito que esperaba desde el podio principal del auditorio dando una pequeña reverencia sonrió ante los aplausos y elogios del alcalde con el asentimiento de cabeza de Baekhyun quien resultó ser el encargado del gobierno de aprobar la presentación de la edificación que se estaba a punto de comenzar.
Miró a su amigo que también le sonreía aplaudiendo desde su asiento en primera fila junto al hombre llamado su marido y el alcalde del pueblo.
Aun no podía creer que hubiera terminado un proyecto de tal magnitud. Fue en el momento que explicaba en qué consistía su creación que se dio cuenta que tan gratificante se sentía realizar algo de suprema dificultad sin saber si sería aprobado o rechazado por no abastecer las expectativas de los muchos dueños que estaban, como lo eran los habitantes del lugar.
Joonmyeon decidió disfrutar del resto de la tarde respondiendo algunas preguntas curiosas de las personas quienes querían saber un poco más y fue en alguna pregunta fácil de contestar de alguien que se dio cuenta de algo que hizo retorcer a su estómago.
Sus ojos viajaban de vez en cuando por todo el salón muy bien decorado y cuando se detuvieron en la silueta bien vestida de Jongin a unos metros de él quien estaba conversando con algunos ancianos y a su lado estaba Baekhyun no fue difícil averiguar el sucio sentimiento que se instaló sobre su piel.
Envidia. Y se dijo mentalmente que debía acostumbrarse de ahora en adelante a ya no verlo solo y que ya no serían compañeros de travesuras nunca más, no al menos como lo eran antes. Jongin había decidido dejarlo atrás en algún segundo mientras él se perdía en su propio mundo demasiado intenso para el gusto de algunos y con los recuerdos de años atrás junto al moreno pasó la tarde de la presentación del proyecto, con saludos, charlas pulcras y profesionales sobre la obra mientras tomaban copas de champagne.
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Todavía con los pensamientos de nostalgia inesperada que rondaban su mente, Joonmyeon se puso a pensar en que Jongin era menor con casi seis años y había decido empezar a asentar cabeza, no de la manera en que todos esperaban pero estaba tratando, sin embargo él. Estaba por cumplir treinta y no podía encontrar los trazos correctos de su camino y mucho menos los colores de su futuro. Y no sabía porque.
Joonmyeon cerró los ojos tratando de disfrutar de la brisa fresca que golpeo su rostro segundos antes, nunca pensó en que aquellos lugares que tanto detestaba sin algún motivo, le hubieran cautivado también sin ningún motivo. Ahora estaba disfrutando más de ver los colores de los atardeceres, en como la luna y las estrellas brillaban con el contraste de la oscura noche o ese viento que lo relajaba al conjunto de la tranquilidad que despegaba el ambiente, como a esas horas de la madrugada.
Pero todo eso fue interrumpido por el sonido de unas llantas que se arrastraban por el enripiado camino y tierra seca para que segundos después unos tenis que se asentaban sin cuidado en la grama verde que rodeaba la casa le causaron curiosidad de quien podría estar llegando a casi las tres de la mañana.
Su amigo no podía ser ya que después de haber llegado de la presentación informo que estaba cansado, marchándose escaleras arribas junto a su esposo que iba una grada arriba luego de desear buenas noches a todos con una agitación de manos y un gran bostezo.
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Colorea mi mundo | Sulay
FanfictionKim Joonmyeon siempre ha detestado el campo o lugares sumamente pequeños sin embargo aquí está, y no entiende en qué momento fue que aceptó este trabajo. Y sobre todo, ya no tiene la edad para estar sobrellevando a un joven hormonal como es el niet...