Hoy sería un gran día para Brooke Coward, marcaría una nueva etapa en su vida. Salió de su departamento con un rumbo a un conocido teatro de la ciudad. Necesitaba salir de su zona de "confort", ella irá a encontrar su nuevo destino.
El sueño de Brooke, ser una actriz reconocida y al fin tiene una oportunidad para hacerlo. Jesse Eisenberg era la respuesta. Un atractivo joven que había sobresalido en la actuación por sus maravillosas interpretaciones en la pantalla grande. El habría convocado artistas jóvenes para aventurarse al mundo de la fama, con suerte y mucha dedicación al menos uno de ellos sería el afortunado.
Por mucho tiempo lo pensó e hizo su retiro del mundo del espectáculo de la pantalla grande para poder pasar más tiempo con su familia, para tener algo más discreto en su carrera como lo es el teatro. Necesitaba algo mucho más reconfortante, la actuación: lo que más amaba en su vida. Sería ahora o nunca.
Brooke salió de aquel lugar con la esperanza de que tocara los corazones de millones de personas, sin embargo su blanco era Jesse.
Llegó al hermoso teatro de la ciudad de LA. Realizó una profunda respiración para calmarse antes de continuar caminado. Entró con las manos temblorosas y jugando con sus mechones alborotados se sentó y espero las indicaciones. Pensaba en ese momento que su objetivo que era muy claro cuando realmente no lo era en lo absoluto.
De lo profundo del teatro vio como Jesse Eisenberg caminaba hacia el centro de escenario, él era el centro de la atención por mucho. Aquel elegante lugar pareció quedarse todavía mas silencioso al escuchar sus palabras y si imponente presencia en el escenario.
Podría escuchar los latidos de su corazón retumbante en sus oídos. Brooke no podía apartar los ojos de él, por un momento trato de cerrar los ojos y apretó los hombros para escapar de esa realidad con la que había soñado. Ese momento se volvió eterno al parecer, sus palabras habían pasado desapercibidas bajo el nerviosismo que abundaba en ella. Todo lo que había hablado Jesse por completo no le tomo la mínima tención. Su aparición a su lado le tomó por sorpresa.
Jesse estaba confiado con lo que hacía, todo era planeado y su objetivo sería Anne Stuck. Brooke había decidió cambiar su nombre por Anne un nuevo futuro se acercaba. Por un momento quería olvidar su pasado aun que eso sería imposible. Sería un reto para esos jóvenes actuar con madurez sin sentirse atraídos mutuamente.
-Anne necesito que subas al escenario. Ella miró al rededor buscando alguna persona con su mismo nombre, pero se percató que se dirigía a ella... Estoy preparada - Anne apareció de pronto delante de el con su libreto en la mano. Sus movimientos expresaban su nerviosismo -. Adelante. Lo miró detenidamente, su rostro, sus ojos, sus labios ... Anne se limitaría a fingir que no sentía una irresistible necesidad de besarle ¿En que estaba pensando?. Por un momento sintió una pulsada al corazón cuando el la tomó de los hombros y sus delicadas manos bajaron hacia sus codos, casi rozando sus senos. El la miraba con atención y trago saliva, sintió un escalofrío en todo su cuerpo. Sus mejillas sonrojadas y su cabello rubio hacían una perfecta combinación. La mirada penetrante y misteriosa de Jesse le hizo sentir una incomodidad tremenda. Esta era la primera vez que ella lo podía ver tan de cerca lo cual causó que olvidara por completo su linea. Brooke se llevó sus manos a la boca desconcertada, había trabajado duro en esto y en un segundo lo arruinó todo. -Esto es un desastre, ¿Podemos parar por un momento? Cómo puede ser posible que lo haya olvidado-. Balbuceo y levantó una ceja molesto. Todos la miraban atónitos y confundidos, parecía una chica con gran potencial, Brooke estaba deseando terminar con esto.
-¡Tengo una idea! Levantó su perfecta barbilla y con voz alta lo anunció. Se escuchó en cada rincón del lugar. - ¿Sabes qué? Te parece si te sientas un minuto a ver el trabajo de tus demás compañeras ¿Comprendes?-.
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Burlándose entre dientes, obviamente indignado la tomó del brazo llevándola a un asiento en un costado del escenario. Mas humillación no era posible lo único que pudo hacer fue que asentir con la cabeza sin decir una palabra, más su rostro que expresaba desconcierto y tristeza. ¿Qué no podía hacer por ese hombre?
Jesse iba a convertir de su vida un paraíso y un infierno.
