Un Inesperado Caramelo

Media noche, el calor en Karakura estaba al límite, las ventanas de la habitación abiertas de par en par pero igual ni una ínfima brisita llegaba, era terrible aquel verano y en las noches peor aun ya que todo el calor del día se desprendía de la tierra en la noche así que como un radiador encendido se sentía la ciudad entera. Silencio total, solo las respiraciones un tanto jadeantes a causa del mismo calor, el cuerpo pegajoso y la molestia de la ropa, todo era insoportable pero más aun lo era la situación en la que se encontraba ahora alguien en especial dentro de su habitación, sentado en el suelo junto a un montón de papeles y libros gracias a un desgraciado trabajo del instituto.

Por dios Kurosaki abre la puerta de tu habitación.... Esto es el mismo infierno!. - objeto un pelinegro sentado no muy lejos del mencionado. -

No puedo abrirla porque vamos a despertar a mis hermanas con la bulla!. - gruño fastidiado y dándose aire con una revista que encontró tirada por allí. -

Es inhumano que no tengas aire acondicionado aquí. - el Quincy se acomodo la montura de sus lentes mientras echaba una mirada seria a la habitación de Ichigo. -

Es cierto Ichigo!, Hasta cuando estaremos sin aire en este sauna?. - de quien sabe donde salto Kon cayendo sobre la cabeza de Ichigo para molestarle. -

SI TU FUISTE QUIEN DAÑO EL AIRE!. - se quito al peluchito de la cabeza y lo estrello de una contra la pared. -

FUE SOLO UN ACCIDENTE!. - chillo adolorido y recordando como daño el aparato en uno de sus intentos de hacer que Rukia se diera calor abrazándolo a él muy cerca de sus pechos y eso lo lograría poniendo el aire al máximo hasta que ya el pobre aparato no dio más. -

El ambiente era tenso y con Kon fastidiándolos estaba seguro que no terminarían ese trabajo pronto, el calor los ponía irritables y en especial a Ichigo, ya para cuando daban la una de la mañana aun no llegaban a la mitad del trabajo, Uryu hacia lo humanamente posible por adelantar la labor pero con aquel calor su ropa molestaba, en más de una ocasión se abrió uno tras otro los botones de su camisa azul cielo con la cruz Quincy estampada en su espalda en azul marino, se sentía incomodo y presionado, y no solo por el trabajo, también la mirada irritante de Ichigo sobre él le hacía sentirse intranquilo, notaba la inquietud en el Shinigami sustituto, eso de dos hombres en un espacio reducido y agregado el calor que hacía no traía paz.

Oye Uryu... - Kon se le acerco al pelinegro con una mirada maliciosa. -

Estoy ocupado. - ni si quiera miro lo que escondía el peluchito en sus patitas. -

Quieres caramelo?. - de quien sabe donde saco una especie de envase como el de las "soul candy" -

No gracias.

De donde demonios sacaste eso?. - Ichigo le cogió de la cabeza y lo alzo hasta que el león de peluche quedo al nivel de su cara. -

Me los regalaron!. - apretó el envase con fuerza. - mi querida Nii - san... me los dio!

Rukia?. - miro con seriedad aquel envase que era de color rojo oscuro y con algunas letras ininteligibles grabadas en un costado del mismo. -

Quieres probar?.

No voy a comer esa co...mmmm! - en un segundo Ichigo tenía la pata Kon en su boca y con ella también estaban los caramelos del envase. - COF! COF! COF!

Trato de quitarse la pata de Kon pero le fue imposible hasta que a la fuerza trago varios de esos extraños caramelos, en un segundo ya Kon había logrado que el pobre Ichigo se atragantara de dulces así que se soltó del peli naranja y salió disparado por la ventana con rumbo desconocido.