La última lluvia

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Nada servía cuando las políticas de estado eran destruidas y desplazadas por la importancia que había cobrado la ciencia mortífera que causaba estragos cada cierto tiempo y desesperaba a toda su población mundial.
Enzo, el científico más viejo, con acento británico y encargado de dirigir la cumbre Cienácida, miraba una pantalla con datos estadísticos.Negaba una y otra vez con su cabeza.

Enzo, el científico más viejo, con acento británico y encargado de dirigir la cumbre Cienácida, miraba una pantalla con datos estadísticos.Negaba una y otra vez con su cabeza.

     —Es algo incorregible —dijo—,entiendo que quisieran experimentar con nuevas tecnologías pero los científicos de aquella época por un lado hacían el bien mayor mientras que a sus espaldas cargaban a escondidas, con pleno conocimiento, el daño de trasfondo que habría en el futuro.Y ahora somos nosotros quienes cargamos con su peso.

     —¿De qué época me habla doctor? —dijo la morena que vestía también con bata blanca.

Los veinte años de experiencia que tenía Nadira en la organización le hacían recordar que Enzo a veces hablaba más para sí mismo que para otros. Aunque a veces la sorprendía con preguntas que no respondía creyendo que el discurso que oía no era con ella.

     —¿Cómo que de cuál? Obvio que hablo lo que comenzaron en la tierra desde el año 1900.

     —Pero está culpando a personas que dejaron de existir hace mucho —dijo Nadira—, estamos en el año3154 —el dato le pareció innecesario ¿era posible que Enzo hubiera perdido la noción del tiempo por unos segundos?

     —No se documentó bien colega —le reprochó Enzo levantándose de la silla giratoria—. Todo comenzó en el siglo XVIII cuando las personas ociosas,como nosotros, comenzaron a usar la ciencia para diversas cosas que al principio no estaba mal, el error fue que todo trascendió...

—¡Es lo hermoso de la ciencia! —exclamó Nadira interrumpiendo la idea. Miró los ojos azules aguzados de Enzo.

—No digo que la trascendencia sea mala. Solo que esto parece darse con más probabilidad cuando los resultados son negativos. Y ni siquiera a futuro lo hará.

—Pero recuerdo que en muchos casos de la historia existieron fracasos que luego fueron retomados por otros y éstos segundos o terceros fueron sumamente exitosos, y de dichas personas salieron ideas grandiosas que son nuestro pilar para nuestros trabajos y análisis actuales.

—En parte, aunque ya redundé mucho; mira como está el mundo ahora ¿Qué ves?

Nadira guardó silencio por unos segundos, no estaba segura si era una pregunta lanzada al aire o había sido formulada para ser respondida. Evitó hacer cualquier comentario y se sentó donde hacía segundos estaba Enzo, éste soltó un gruñido, ruido que su percepción auditiva le había enseñado hacía más de dieciséis años que denotaba insistencia por parte de su colega.

—Superpoblación y temor a la última lluvia con Ph “0”siendo el más, el descontrol de las natalidades y mortalidades —dijo Nadira. Parecía que hubiera soltado lo primero que pensaba, en realidad durante el silencio había formulado una respuesta, al menos para sí misma—, la invasión de los espacios geográficos, la contaminación del aire, la quema de combustibles que causó la liberación de químicos y ahora también sufrimos la contaminación visual, el humo que generan los flotamóviles, además poseen gran cantidad de gases invisibles que perjudican a nuestro moribundo medio ambiente, a esto se une la extinción de vegetación, escasez de agua... —la mujer se detuvo para respirar, la lista era larga.

—¿Y sabes qué es lo peor? —interrumpió Enzo exaltado— Ojalá la escasez hubiera sido por la sed del bienestar de la humanidad ¡Pero no! Todo fue por la evaporación junto con la multiplicación de la producción en las empresas, se obsesionaron más en crear limpiadores, sprays y demás productos a base de potentes fusiones químicas, mientras los producían también contaminaban¡Imbéciles! El calor aumentó, las nubes se cargaron y ahora... —suspiró— no podemos permitir que llueva porque si pasa nos morimos —dejó caer su mano a centímetros de la de Nadira quien no dijo nada.

La última lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora