La hija de la mafia

4- Dark nigth

La música estaba a todo volumen, los cuerpos de los adolescentes hormonales refragandose unos contra otros + alcohol + sexo con ropa sobre las mesas = as-co.
Travis se había quedado en el auto, era el único que se había dignado a acompañarme.
~Hola preciosa~ me hablo un hombre de unos 40 años que apestaba a alcohol. Definitivamente castraria a los 4 idiotas que se quedaron en casa.
~alejate~ le dije cortante en cuanto sentí su mano en mi rodilla. Me alejé antes de que pudiera hacer otro movimiento y camine al baño. No soportaría un segundo más en un lugar así sin arrancarle la cabeza a los idiotas borrachos cachondos que se hacercaran a mi.
~ mierda~ dije en cuanto entre al baño. Si creía que afuera estaban calientes, aquí adentro serían capaces de encender un volcán.
~ ha...ha...haa...mmhp.~ se escuchaban los gemidos de las putas. Carajo, voy a vomitar.
~ QUE EL BAÑO ES PARA CAGAR, NO PARA COGER. MIERDA!~ grité asqueada. Me labe rápidamente la cara y salí de ahí. Camine hacia la pista de baile, pero antes de poder llegar alguien me coguio el brazo tirandome escaleras arriba - lo cual es curioso ya que no sabía que está mierda tuviera un segundo piso-. Tiré de mi brazo para poder soltarme pero no lo logré. Hiba a propinarle un puñetazo a el idiota que me tiraba el brazo cuando este me soltó. Todo estaba oscuro y no podía ver nada, pero logré escuchar una puerta cerrándose. Mierda.
~tranquila~ escuché una voz masculina. En cualquier otra circunstancia parecida le hubiese mutilado el rostro a golpes, pero esa voz me era familiar.
~ ¿quien eres? ~
~Keith~ una luz se prendió y logré ver la figura de un chico alto, mucho más alto que yo. Su tez era pálida, sus ojos grices y su cabello estaba teñido de color verde. Logré reconocer el lugar, estábamos en una de esas habitaciones que usan para follar, con sólo una cama y condones.
~ ¿Keith?~ este chico se me hacía extrañamente familiar. Lo conocía de algún lugar, pero no recuerdo de donde.
~si. ¿Acaso no me recuerdas princesa?~ me pregunto mirando me directa mente a los ojos, de manera burlona.

Las lágrimas corrían por mis mejillas, dolía, dolía mucho.
~hey. ¿que tienes niña?~ me pregunto un niño de unos 10 años con el cabello castaño, es lo único que pude reconocer de el porque la lágrimas nublaban mi visión.
~ me caí~ llore más fuerte mirando mi rodilla que estaba ligeramente raspillada.
~tranquila. Sólo es un raspillon. No es para tanto~ me miro burlonamente arrodillandose frente a mi.~ mi nombre es Keith. ¿como te llamas?~ me pregunto con una sonrisa amable. Pero recordé lo que dijo papá " no confies en desconocidos" por lo que guarde silencio. ~ ¿no tienes nombre? Bien. Te llevaré a casa princesa.

La verdad me sorprendí. Keith Harris, mi mejor amigo de primaria.
~ estupido!~ le golpee fuerte en el pecho y brazos. ~ crei que hibas a violarme idiota~. La verdad me había asustado cuando me empujaron dentro de la habitación. Pero carajo, ¡era Keith! El idiota homosexual bien puto Keith.
~ llevo años sin verte y ¿sólo me golpeas? ~ pregunto sujetando mis brazos para que lo dejara de golpear, sonriendo con su típica sonrisa burlona.
~ ven aquí, idiota~ le abrace fuerte enterrando mi rostro en su camisa.
~ te extrañe~ me devolvió el abrazo.
~ okay~ dije separandome de el~ ¿cuál es el código? ~ le pregunté. Si, lo quería, pero había venido a este asqueroso lugar por una razón. El estúpido código.
~ no es un simple código~ dijo serio de repente. Se sentó en la gran cama y me hizo una seña para que me sentará frente a el, obedecí. ~ escuchame. A pesar de ser un simple número es muy importante, existen personas que han muerto tratando de conseguir este número. Por eso creo que eres la persona correcta, confió en que no se lo darás a cualquiera y...~
~ ve al grano~ lo interrumpí, ya me estaba comenzando a impacientar con tanto rollo.
~95B5108C~ habló, luego me dio una mirada molesta.
~valee~ me quejé, No me creía eso de que muchos murieran por ese simple código.
~ ¿viniste aquí sola?~ me pregunto observando sigilosamente  por la ventana. No entendí a que venía esa pregunta, pero de todas formas la respondí.
~No, el hijo de un amigo de mi padre me trajo~ me lancé a la cama, para ser un lugar pobre tenían buenas camas.
~ ¿dónde estaba ese tipo cuando yo te traje aquí ?~ se lanzó a mi lado en la cama.
~ se quedó esperando en el auto~ le respondi, este giro para poder verme a la cara y me sonrió.
~pues si su trabajo era cuidarte, es un asco como empleado~ no pude evitar soltar una risita.
~ No necesito que alguien me cuide, son independiente~ me quejé~ ya no soy esa niña de 6 años que lloraba por un raspillón.
~ lo se princesa ~ me miro con cariño~ pero se que te siguen encantando las paletas~ me miro con una sonrisa burlona.
~ No puedo evitarlo, son mi perdición !~ hice puchero, causando varias carcajadas de su parte.
~ cambiando de tema...¿aún vas a la escuela? ~ me preguntó.
~sólo cuando se me da la gana~ le respondí.
~ pues en ese caso...sal con migo, el martes después de la escuela~ me propuso con una sonrisa de oreja a oreja.
~ ¿que ocultas?~ pregunte directa. Este idiota sólo sonríe de esta manera cuando tiene un plan.
~¿por que debería ocultar algo?~ pregunto con inocencia sobreactuada.
~ idiota~ lo golpee .~ debo irme, antes de que el idiota de Travis crea que me fui a Narnia a casarme con el Príncipe Aslan.~ me despedí, le Di un gran abrazo y Camine a la salida de la habitación.
~ ten mi número~ Keith me entregó un papel con su número de móvil impreso en el~ Mándame la dirección de tu escuela, pricesa~ beso mi mejilla y desapareció por la puerta de salida.
Sonreí. Había extrañado a Keith, fue una verdadera sorpresa y un gran alivio que haya sido mi Keith y no otro Keith.

Baje las escaleras rápidamente, y corrí fuera de ese asqueroso lugar. Camine hasta llegar al callejón, en el cual entre. Pero ....¿que carajos ?....

     ¿donde mierda está el auto de Travis?

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