42. Te perdono

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—¿A dónde piensas ir?—le preguntó su amigo oscuro mientras subía al auto del más pálido. Luke no respondió enseguida, solo seguía observando la oscura calle que estaba siendo iluminada por unos débiles faroles.

—No lo sé, a donde sea—dijo encogiéndose de hombros—¿Acaso importa?—cuestionó girándose un poco para encarar a su acompañante. Calum levantó sus manos en derrota y negó con la cabeza.

—Tú eres quien manda aquí, yo solo vine a asegurarme de que no cometieras una locura.

Oh Calum, pensó el rubio de ojos azules, el amor nos hace hacer las más grandes locuras, aunque uno no quiera.

No muy lejos de donde se encontraban, dos chicas abordaban un auto color blanco. Una era de cabello pelirrojo y la otra de cabello castaño. Mientras que la pelirroja conducía la castaña seguía preguntando a donde irían. No era normal salir de su casa sin saber a dónde se dirigían.

—Solo confía en mí, ¿sí?—se giró a ver a su insegura amiga.

Valeria no estaba convencida del todo, ¿pero qué perdía con no dejarse llevar? Si Emily la invitó a salir es por algo, no debería de preocuparse.

—Hemos llegado—le sonrió la pelirroja a su acompañante.

Valeria, quien tenía recargada su cabeza de la ventana del auto, levantó la vista para encontrar un bar repleto de gente. La música retumbaba por todo el lugar como cañones y las luces la cegaban haciéndole difícil distinguir a las personas.

—¿Qué esperas? ¡Vamos!—le animó Emily la cual ya estaba saliendo del auto.

—Yo...no lo sé—negó Vale un poco asustada—No es mi tipo de lugares.

—Estamos aquí para hacerte olvidar esos mal de amores, déjame ayudarte—hizo puchero haciendo que la castaña riera un poco.—Además de que necesito que alguien me vigile por si me paso de copas.

—Esta bien, como sea—gruñó Valeria bajando del auto. Su amiga le sonrió y la tomó de la mano guiándola al lugar.

Cuando Emily abrió las puertas del bar, no pudo contener el arrugar su nariz para luego hacer una mueca de asco. Olía a alcohol, a cigarro y a sudor, una mezcla para nada placentera. La gente bebía sin parar y bailaban al ritmo de la música. También cantaban sobre las mesas y reían ante las baboseadas que hacían los más borrachos.

En definitiva no es para nada un lugar de los cuales Valeria visita.

—¿Sabes Em? Creo que dejé mi bolso en el auto, vuelvo ensegui...—pero antes de que pudiera completar la frase sintió como un pesado cuerpo caía sobre el de ella. Valeria chilló de horror, pues la persona parecía no estar completamente estable.

—¡Luke! Maldición—gritó un chico de tez oscura. La chica castaña que estaba siendo aplastada abrió sus ojos sorprendida ante el nombre que acababa de escuchar y observó quien estaba sobre ella.

Era Luke.

—¿Luke?—preguntó un poco dolida.

—¿Valeria?—preguntó este ahora abriendo sus ojos ante la sorpresa.—¡Valeria!—exclamó y se abalanzó para abrazarla. Valeria sin embargo lo alejó con brusquedad dejando al rubio sumamente confundido.

—¡No me toques!—chilló ella señalándolo.—¡No me toques! ¡Y no me busques! ¿Oíste?—sintió sus ojos arder, sus lágrimas no tardarían en salir y lo menos que quería era llorar frente al chico que le había roto el corazón en pedazos.

—Valeria...—dijo con voz suplicante. Los ojos de este también comenzaban a cambiar a un color rojizo.—Por favor...

—Luke, vámonos—le dijo su amigo tomándolo por el brazo pero este se zafó.

—¡No me iré a ninguna parte hasta que Valeria me perdone!—gritó llamando la atención de los más cercanos. Emily pudo escuchar el nombre de su amiga y se giró para ver de qué se trataba el escándalo.

—Puedes irte entonces Luke—le dijo ella con suavidad.—Porque ya yo te perdoné.

—¿E-enserio?—preguntó el rubio incrédulo—Oh, Valeria—extendió sus brazos para envolverla en un abrazo pero la castaña se alejó.

—Dije que te perdono, no que volveríamos a lo que teníamos antes—comenzó intentando no romper en llantos—Me hiciste mucho daño Luke, no sólo te acostaste con mi hermana, si no que también me mentiste, me dijiste que no sabías quién era ella, me dijiste que no la tocaste, me dijiste que no le hiciste nada, y lo peor de todo, es que tú solo la utilizaste—limpió algunas lágrimas que querían escapar y luego continuó—solo la utilizaste para olvidarme, ¿a eso llamas amor Luke? Si, te perdono, pero no esperes a que volvamos a lo que teníamos antes, porque de ahora en adelante sólo serás lo eras desde el principio o como siempre debiste ser, un completo extraño.

Dicho eso, Valeria salió corriendo fuera del lugar siendo perseguida por su amiga Emily, la cual había escuchado todo. Emily jamás pensó que Luke le importara tanto su amiga, y tampoco pensó que a Luke le importara tanto su amiga. Ambos parecen estar sufriendo al no estar el uno con el otro, y es una desgracia que dos personas que se amen no puedan estar juntos. Es una desgracia que dos personas quienes estuvieron tan cerca de la felicidad ya estén tan lejos de ella. Emily jamás a experimentado un sentimiento tan grande como el cual está experimentando su amiga, y no permitirá que acabe, no permitirá verla sufrir más.

Ella haría lo posible para hacer sonreír nuevamente a Valeria, de una forma u otra.

Text | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora