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Después de hora y media desde un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, por fin llegue a casa a mi bella Anchorage, la cuidad más grande de Alaska, y una de las ciudades más al norte de la tierra. Abrí el garaje con el control remoto que tenía en mi auto, una vez que entre lo cerré con el mismo, entre a casa con las manos llenas de papeles, los estudios del joven Langdon .

¿pero qué es todo eso? -preguntó mi hermana viendo todo lo que llevaba en las manos.

¿recuerdas al psicótico que te conté que tendría que visitar a las afueras de la ciudad? -le dije mirándola.

Si, lo recuerdo. -dijo ayudándome a llevar todos los papeles a la mesa del comedor.

Bien, pues, es mi paciente ahora, lo han trasladado a el hospital donde estoy de "jefa". -hice comillas en la palabra jefa.

¿estas hablando en serio? -me pregunto horrorizada.

Muy en serio. -suspiré cansada.

¿no le tienes miedo? -me miró.

Nunca le demuestres a un paciente, que le tienes miedo. Aunque sea el peor villano del mundo, no va a poder conmigo. -dije tratando de tranquilizarla, a veces podía ser muy protectora.

Pero mató a sus padres, te puede ir peor a ti. -estaba horrorizada.

Tranquila, se lidiar con esto. -mentí para tratar de calmarla, pues ni yo misma sabia si podía con esto.

Psicótico. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora