Psicótico.

3.

Doctora Ashley -me saludo nerviosa Brooke, la recepcionista.

Buenos días Brooke -dije sonriendo pasando frente a ella, justo antes de pasar frente a ella.

Oh una cosa más -dijo nerviosa antes de que continuara mi camino.

¿Qué sucede? -me pare en seco al oír el tono de su voz.

Llego el paciente -dijo pasando los dedos por su larga y obscura melena.

¿Paciente? -pregunte un poco confundida, pues los traslados se hacían el martes, y hoy era miércoles. 

El joven Tate -dijo con un semblante pálido, pobre chica, ¿qué habrá visto?

Muchas gracias Brooke -sonreí tratando de calmarla- ten un lindo día -dije pasando por el gran mostrador de mármol. No entiendo porque la actitud de Brooke respecto al chico, me quede pensando mientras el elevador me llevaba al piso 5, mi piso. Todo estaba echo un desastre, enfermeras y guardias entrando y saliendo de las habitaciones, papeles por todos lados.

Marisa ¿qué esta pasando aquí? -dije deteniendo a Marisa, una de las enfermeras más importantes en mi piso, quien llevaba consigo un sedante.

Es el joven Langdon  -dijo nerviosa, ¿causará el mismo efecto en todas las personas?

Denme dos segundos, no le pongas eso -dije señalando el sedante- átenlo en su habitación, de pies y manos. -Marisa asintió y fue a la habitación. Cuando entre le dije a los guardias y enfermeras que salieran, el chico estaba bastante alterado.

Tate -le llame por su nombre, el chico inmediatamente se calmo.- ¿todo bien? -pregunte sentándome en el sofá a lado de la cama.

¿Por qué me ataron? -pregunto mirándome.

Mi seguridad -le hable con la verdad.

Pero no sería capaz de hacerte daño,  no a ti -dijo mirando el techo.

¿A qué te refieres? -dije mirando nuevamente su expediente.

Ellos me dijeron que tu podías salvarme, que eras como mi chaleco salvavidas, que no me dejarías ahogar. -sonrío mirándome.

¿Ellos? ¿Quienes? -pregunte anotando cada una de sus palabras.

Ellos. -dijo nuevamente mirando al techo.