Drofus desenvainó su espada pues el peligro era inminente. El enorme Owler lanzó un terrible gruñido y acto seguido se lanzó hacia el elfo. Drofus hizo lo propio y respondió al ataque.
Una garra monstruosa avanzó hacia él mientras el Owler se mantenía en el aire, el elfo esquivó el golpe pero la tarea de herir al búho gigante era harto difícil ya que la mayoría del tiempo el ave se mantenía alejado de los estoques y tajos que Drofus lanzaba.
En un instante el Owler se elevó en las alturas y se lanzó en picado hacia el elfo pero éste rodó por el suelo y esquivó la acometida. El enorme búho volvió a elevarse para caer de nuevo sobre él, instante que usó nuestro amigo para lanzarle su espada a modo de puñal. Pero justo cuando se disponía a realizar el lanzamiento una pequeña luz se interpuso entre ambos y creció como un fogonazo. La luz cegó a ambos.
El Owler optó por abandonar la lucha, la luz nunca ha sido del placer de estos búhos y no iba a serlo ahora, con un aleteo sonoro se alejó volando y lanzando gruñidos. Drofus sabía que eso no le detendría, que si volvía a encontrarse con él la lucha continuaría. El problema es que no había solo un Owler en esas montañas.
La luz volvió a encogerse y se dirigió hacia el elfo.
-Veo que tienes problemas con los pajaritos elfo.
(Los elfos y las hadas tienen un vínculo muy fuerte y pueden comunicarse sin problemas, en realidad, los elfos pueden relacionarse con cualquier criatura ligada a la naturaleza)
-¿Quién eres? Tenía la situación controlada, no deberías haber intervenido.
-Sí, ya. Se te veía muy concentrado y tenías todas las de ganar.
-Muchas gracias por tu ayuda, pero no vuelvas a hacerlo. En estas montañas existen muchos peligros y tú no deberías estar en esta parte de la isla. Las hadas y los seres telúricos pertenecéis a bosques y jardines. No a montañas y lugares oscuros.
-Sé defenderme sola elfo. Yo tengo los asuntos en este lugar. Y podría hacerte la misma pregunta, los elfos tampoco pertenecen a este lugar. Ni siquiera a esta isla.
-Yo también tengo mis asuntos en este lugar. Y muy importantes además. Y no solo para mí, sino para todas las islas.
-Está bien. Dejémoslo así. Y no ha sido nada. Para mí ha sido un placer ayudarte elfo, los telúricos debemos ayudarnos los unos a los otros. El caso es que necesito descansar. Como bien sabes, yo también he hecho un viaje muy largo.
-¿Largo? Con esas alas y tu magia nada está lejos para ti -Drofus se preguntaba qué asuntos podrían traer a un hada a ese lugar-.
-No vengo de los bosques de esta isla. Y con estas alas y mi magia un hada puede cansarse.
-Está bien, está bien. Entra en mi tienda. Podrás dormir en un rincón. Afuera hay muchos peligros para un hada.
El elfo y la pequeña hada entraron en la tienda.
-Mañana ten cuidado. No sé qué asuntos te traen aquí pero tu aventura es muy peligrosa.
-Si me permites dormir aquí mañana te contaré mi misión en compensación por tu hospitalidad, pero deberás mantenerla en secreto.
-Está bien, pero no hace falta que me cuentes tu misión por darte hospitalidad, para mí es un placer ayudar al hada que me ha salvado la vida. ( Drofus podría haber vencido al Owler, pero optó por ser amable con ella. Hacía mucho que no veía a un hada y esta parecía estar en un grave problema para abandonar su isla).
El hada sonrió y se puso colorada.
-Muchísimas gracias, aunque no fue nada. Mi nombre es Nya.
-Mi nombre es Drofus. Encantado de conocerte.
Tras esto, Drofus apagó la luz del candil. Quedaban pocas horas para el amanecer y el día siguiente prometía ser muy duro. Enseguida ambos se durmieron.
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Drofus el elfo
FantasyMellyfest es un mundo fantástico compuesto por varias islas flotantes. En cada una de ellas conviven diferentes criaturas y razas. Todos sus habitantes vivían en armonía hasta que el mal surgió y amenazó la paz. Sólo Drofus puede detenerlo...