Capítulo 52

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-Claro que quieres estar conmigo, me amas tanto como yo a ti...- se puso de pie -Pero como siempre tu estúpido orgullo no te deja escucharme- aumentó el tono de su voz y atacando a mi sensibilidad en estos momentos, mis ojos en automático comenzaron a inundarse y a derramar lágrimas en una gran cantidad. Subí los pies al asiento y así poner mis brazos sobre mis rodillas y ocultar mi rostro empapado.
Estaba de acuerdo en que estaba siendo muy dura en la forma de tratar a Rubén. Pero que otra reacción esperaba que tuviera si él me había destruido. Así que no tenía el mínimo derecho de gritarme.
-___ perdóname no quería gritarte...- acarició mi cabello -Pero es que no tienes una idea de lo que siento- levanté mi mirada y la fijé en sus ojos -Te necesito.
- ¿No tengo una idea de lo que sientes?- dije irónica -El sujeto del cual me enamoré, por el cual tantas veces di mi brazo a torcer por no perderlo, por el que me tragué mi 'estúpido' orgullo cientos de veces, al cual me le entregué por completo, física y mentalmente. Ese, ese estaba en mi casa con su ex novia y se volvió un mar de nervios cuando le pregunté qué era lo que sucedía y jamás me dio una respuesta coherente- lo miraba duramente
-¡Claro que lo hice!- dijo con desesperación - ¿No te llegó tan siquiera UNO de los MILES de mensajes? - Sacó su celular de su bolsillo derecho - ¿No te llegaban las MILES de llamadas?- eso era algo que no podía negar, las llamadas de parte de Rubén al igual que los mensajes, nunca habían parado de llegar a mi celular. Esa fue la razón por la que los últimos tres días no lo saqué para nada del cajón de la mesa de noche. -Ah! Pero lo olvidaba... aquí solo importa lo que sientes ¡tú!- dijo irónico señalándome con su dedo índice, yo lo miraba tratando de controlar mi enojo, ya no tenía lagrimas de tristeza, ni dolor, se habían convertido en lagrimas de coraje mezclado con rabia. ¡Habíamos cambiado los roles de un momento a otro! Ahora yo era la 'mala de la historia'. Se dio la media vuelta paso sus manos por su cabello y lo escuché maldecir en susurro, nada claro excepto el -¡Mierda!- que agrego al final. Yo seguía mirándolo incrédula por la forma en la que me había hablado. Volvió a girar hacia mí y me miró con arrepentimiento -Tienes que entenderme...- me dijo tratando de tomar mi mano pero rápidamente la quité
-No te atrevas a tocarme- le dije firme y salí del auto -Quiero que me lleves a mí, a mi estúpido orgullo y a mi egocentrismo por mi auto- limpié con coraje mis lágrimas -Y discúlpame por hacerte perder el tiempo, nunca creí ser tan PÉSIMA persona- comencé a caminar hacia la heladería, sin importar lo hinchado y rojo de mis ojos. Al menos dejaríamos de discutir.

Narra Rubén

Nuestros carácteres eran tan parecidos, por más que trataba de mantener la calma ¡no lo lograba! Solo terminaba empeorando aún más la situación. En menos de tres minutos le había gritado que era una orgullosa y egocéntrica. Cuando era más que obvio que no era así. Ella había dado mucho de si por nuestra relación. Si discutíamos tuviera yo o no la razón ella estaba ahí tratando de evitar las discusiones.
Lo había arruinado. Había tirado a la basura la mejor relación que hasta ahora había tenido. Que a pesar de que la manteníamos en secreto, era completamente increíble.
-No te atrevas a tocarme- su voz dura apuñaló mi pecho -Quiero que me lleves a mí, a mi estúpido orgullo y a mi egocentrismo por mi auto- eliminó las lágrimas de su rostro, inútilmente ya que estas en segundos eran remplazadas por otras nuevas, me dolía tanto verla llorar y sufrir por mi culpa. Me destrozaba por completo.
-Y discúlpame por hacerte perder el tiempo, nunca creí ser tan PÉSIMA persona- enfatizo la penúltima palabra. Nada había sido una pérdida de tiempo. Desde que nos conocimos fueron los mejores momentos de mi vida y era simplemente estúpido pensar que era una pésima persona, siendo que es perfecta. Caminé detrás de ella sin emitir un solo sonido más que el de mi caminar. No tenía palabras, había actuado como un idiota.
Ella se sentó en la mesa donde estaban Jazzy y Ana. Yo me dirigí a la caja para pagar lo que habían ordenado, fui a la mesa.
-Listo- les avisé y se pusieron de pie
-Gracias Rubén- dijo sonriente Ana
-No es nada preciosa- le contesté, era imposible no sonreír. Era tan parecida a su hermana.
Salimos y subimos al auto, adelante íbamos en un silencio sepulcral al contrario de la parte trasera del auto. Llegamos a casa de ___, haríamos lo que había dicho. Dejar a Ana, después a Jazzy y luego la llevaría por su auto. Aunque ya no tenía sentido. Había arruinado mi plan.

Narra ___

Llegamos a casa, bajé del auto para acompañar a la puerta a Ana y así regresar para ir por mi auto
- ¿___?- preguntó Ana mientras caminábamos hacia la puerta
- ¿Si?
- ¿Estas molesta con Rubén?- las llaves cayeron de mis manos al escuchar a mi hermana de solo seis años preguntarme eso
-No- mentí tratando de hablar lo más creíble posible
-Que bueno...- dijo sonriente -Él me cae muy bien
-Solo lo dices porque te compró un helado- le dije riendo
-También es divertido- rio junto conmigo -Me gusta que sea tu novio...- mi cuerpo se paralizo, tenía que hablar con ella, mas no era el momento.
-Él no es mi novio, Ana- reí nerviosamente -Bueno avísale a mami que llegaste, yo iré por mi auto, no tardo ¿sí?- le dije y ella asintió con la cabeza.

Regresé al auto de Rubén y volvió a ponerlo en marcha hasta llegar a su casa donde bajó Jazzy. Y así finalmente llevarme de vuelta al parque. Se estacionó detrás de mi auto. Tomé la manija de la puerta para bajar pero esta no abría. Nuevamente, seguro para niños. Volteé a verlo para que bajara a abrirme o tan siquiera que bajara el vidrio.
-Me vas a escuchar- pronunció con ambas manos sobre el volante mirando hacia el frente.

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Holaa..!! Hoy les traigo dos capítulos, si, dos. ¿Por qué? Porque me apetecía y además se los debo por todas mis impuntualidades

El Niñero *Rubius Y Tú* (Adaptada) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora