Capítulo 1

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El verano ya estaba en su cenit. Millones de surfistas abarrotaban las playas intentando pillar una buena ola. Y yo... Yo hablaba con Kath, bendito WhatsApp, no me faltes nunca.

Vivir en una casa llena de chicos es algo horrible

Kath: No sería tan malo si esos chicos no fuesen tus hermanos. Imagínate esa misma casa con chicos desconocidos 😏 si están buenos mejor.

Te vendrías aquí XD seguro

Kath: viviría ahí.

Kath: etermente

Kath: ME LOS COLECCIONARÍA A TODOS

¿Cómo los Pokemon?

Kath: hazte con todos, efectivamente, me pega ese lema 😂😂

Hablar con Kath es lo único que hay divertido en el verano. Ninguna de las dos sale de su casa y nos pegamos hablando todo el día.

—Se te quedará la cara cuadrada— se mofaba Carl

—Se te pegará la silla al culo y tendrá cuarto patas—comentaba Dylan

—Espero que dejes alguna bolsa de patatas para los demás— Percy fue el único que no se burló. Pero él solo piensa en la comida.

—Te quedarás ciega y andarás como los murciélagos— Thomas me tiró de un mechón de mi pelirrojo cabello—papá te pondrá gafas de culo de vaso

—¡Lo haré!—se lograba escuchar desde la cocina—¡Y RECOGE LA POCILGA QUE TIENES POR CUARTO!

—Mira lo que lograste—con un puchero en los labios dejé a mi amiga en visto y le pegué un empujón a mi hermano

—Vamos Sarah, que ya era hora de ordenar la cuadra... Tienes todo desordenado.

—¡TENGO MI MALDITO SISTEMA!—y a base de empujones conseguí sacar al hermano mayor de los cinco

Puse el pestillo y miré mi maravilloso desorden. ¿Para qué ordenar lo que luego volveré a desordenar?

Bueno, ya conocéis a mis cuatro hermanos...y a mi padre. En realidad somos siete hermanos, cuatros chicos y tres chicas. Pero mi madre y mi padre tomaron caminos diferentes y... Bueno, yo prefería quedarme con mis hermanos y mi padre.
De pequeña todo era puro lujo, mis hermanos me trataban como una princesa (una princesa que eructaba y decía barbaridades, pero hay princesas guerreras ¿no?) y era el ojito derecho de papá.
Pero cuando entré en la pubertad ese castillo de hadas y princesas se tiñó de rojo. Literalmente. Era todo un chiste verme corretear de un lado a otro gritando sobre lo que me ocurría.

—¡Voy a morir papá!

—No es eso cariño, eso se llama mens--

—¡FUE POR LA PATADA DE DYLAN!¡ME DIÓ UNA PATADA JUSTO AHÍ!

Y la reacción de mi padre no fue el continuar su explicación, no, si no el ir a buscar a mi hermano Dylan para reñirle sobre la patada. Mientras tanto, yo, manchaba el sillón mientras esperaba a mi padre. Pasaron varias horas y mi padre seguía sin aparecer. Tanto tardó que ese hermoso e impoluto sofá crema parecía una bandera de Japón algo sucia.

—¡PERO CARIÑO!

—¿¡QUÉ!?¡¡ME ESTOY MURIENDO Y TÚ ESTÁS PERDIENDO EL TIEMPO HACIENDO ESTUPIDECES!!

—¡Sarah Hydenford!¡No te estás muriendo!¡TIENES LA MENSTRUACION!—gritaba histérico mi padre a la par que mis hermano bajaban por las escaleras a carcajada limpia

—¿Y eso que es? ¿Una enfermedad?—recosté mi cuerpo en ese manchado sillón haciendo pose de enferma—por eso me encuentro mal, papi...¿verdad?

—Sarah, eso significa que ahora puedes quedarte embarazada...y...

Como mi padre no se sentía cualificado había llamado a mis hermanos. Thomas, estaba por aquel entonces estudiando medicina, y era el más apropiado.
Después de varios minutos de charlas explicativas y un sermón infumable sobre métodos anticonceptivos me dejaron libre.

Y me dijeron que sangraré por "ahí" una vez al mes.

Como si fuera una carta de mi cuerpo para decirme que no estoy embarazada

Kath: Mi mamá me lo explicó igual

Kath:¿y no podría enviar esa carta de verdad?

¿Los ovarios sabes escribir cartas?

Kath: podríamos enseñarles

Puede...

Bueno, es es mi historia e, irremediablemente, la de mis hermanos.

¡Bienvenid@s todos a la masculina familia Hydenford!

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