Capitulo# 16 En quiebra

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Capítulo #16. En quiebra.

Abro los ojos con pesadez, me pican, es como si me hubiera ido a bailar y no hubiera dormido en toda la noche. Veo la hora en mi celular el reloj marca cuarto para las cinco de la tarde.  Me levanto con toda la pereza del mundo y me pego un baño, me preparo algo rápido y salgo de nuevo rumbo al hospital.


—Hola—beso la mejilla de Ariana y luego la cabecita de mi hijo—¿cómo la pasaron?

—Bien ¿y tú, dormiste algo?

—Acabo de despertar, gracias.

—Qué bueno saberlo. Elizabeth está en la ciudad y quiere pasar la noche con Erick espero y no te moleste.

—Para nada—sonrío.  Acaricio su cabecita, verlo así me duele tanto. Mientras Ariana va por café aprovecho y con una toallita húmeda limpio su cuerpecito, suspiro con melancolía—Erick si me escuchas quiero que sepas que te amo muchísimo.  Eres lo único que tengo, no te me vayas—limpio mis lágrimas.

ARIANA.

Le doy un sorbo a mi café caliente es el único que me ayuda a mantenerme despierta en toda la noche, me paro a raya al ver a mi mejor amiga llorar.  Sé que sufre en silencio por el estado de Erick, todos lo hacemos pero ninguno como ella. Siento pasos y me giro, sonrío al reconocer a esa personilla.

—Hola guapa ¿cómo estás?—me abraza como saludo. Esta chica se desaparece mucho tiempo.

—Ya sabes pasándola—me encojo de hombros y ambas miramos para dentro—hace mucho que no la veía sufrir de ese modo.

—Sí, desde la muerte de su padre no la he visto así—dice a mi lado.

—Tienes razón, no merece sufrir tanto.

—Sí,  y.... Si le decimos a Paul sobre Erick, sobre lo que está pasando—me giro para mirarla por su ocurrencia.

—Le prometimos no hacerlo—suspiro—ella es capaz de lo que sea con tal de que Paul no sepa de la existencia de Erick.

—Tienes razón. Pero él es su padre y algún día tiene que enterarse,  ambos necesitan saber del otro, no me parece buena idea lo que hace Ericka.

—Créeme amiga que a mí tampoco.  Ella no quiere que Paul se sienta amarrado por Erick, sabemos que Paul la ha buscado y eso, pero igual el no cambia y ella ya no quiere sufrir, es mejor y dejemos todo ahí.  Algun día ella misma se lo dirá. 

ERICKA.

Elizabeth se quedara esta noche con su ahijado, eso me hace sentir más aliviada. Que mi hijo este rodeado de personas que lo aman y se importan por él.  Ariana me pasa dejando por mi departamento antes de ir al suyo, quiere descansar en toda la noche no ha dormido. Al llegar a mi departamento me sorprendo al ver a Paul en la entrada de mi puerta.

— ¿Qué haces aquí?—es lo primero que digo al tenerlo cerca—¿cómo sabes dónde vivo?—abro la puerta y entra,  se sienta en el sofá y yo a un lado de él.

—Como te Localicé no importa lo que importa es que quiero pedirte que volvamos a casarnos—¿Qué?—quiero formar una familia contigo, perdóname por todo el daño que te he hecho pero yo te amo, nunca deje de amarte, nunca lo dejare de hacer—siento las lágrimas querer salir pero las contengo. Él quiere formar una familia conmigo y yo ocultándole a su único hijo. Dejo salir las lágrimas que tanto he contenido y niego.

—Te perdono en serio que lo hago, pero, yo ya no te amo—miento, esto es muy difícil para mí. Su expresión solo demuestra dolor y decepción, sé que esa respuesta no era la que él esperaba—no me busques, olvídate de mí. Ya es hora que hagas tu vida con otra mujer que te amé—me levanto y con las manos temblorosas abro la puerta—vete por favor. Se levanta y camina hasta quedarse al frente mío.

—Te amo ¿por me haces esto? Carajo—me sorprendo al verlo llorar no dice nada más y sale de mi departamento. Cierro la puerta y me deslizó por ella hasta llegar al suelo y unir mis piernas con mi pecho, abrazo mis piernas y me desahogo en muy de llanto. Los recuerdos llegan a mi mente dañandome y haciendome arrepentir por haberle dicho todo lo que le dije.  Sin más dejo que todas mis lágrimas salgan.

(...)

Un mes ha pasado desde que mi pequeño está en coma y me duele verlo así cada día.  Paul el pobre me ha llamado desde lo ocurrido en mi departamento pero el día que le conteste y con el dolor de mi alma repetí aquellas palabras no lo ha vuelto hacer. Los médicos dicen que gracias a la medicina el corazón de Erick está volviendo a su tamaño normal y que si todo sigue así no será necesario el trasplante. El sonido de mi celular sonando hace que salga de mis pensamientos.

— ¿Si?

—Buenas tardes señora Walker le llamamos del Banco Central de Chicago para informarle que su cuenta será cerrara por falta de fondos— ¿Qué?— haga sus depósitos o perderá su cuenta. Que tenga buen día.

Solo un mes y ya he gastado todo lo que tenía ahorrado en mi cuenta, si sigo así quedare en la ruina. Voy viajando a Chicago a una junta con mis socios espero y Paul no esté ahí. Al llegar a Chicago lo primero que hago es ir a mi empresa.

—Señores el motivo por el que he realizado esta junta es para darles una noticia que sé que no les gustara—suspiro es ahora o nunca—tengo un familiar muy enfermo, está debatiéndose entre la vida y la muerte he usado todos mis recursos y ahora estoy usando el dinero de la empresa y lamento decirles esto pero nos hemos quedado sin fondos—los murmullos se hacen presentes—debido a esto a partir de hoy esta empresa se cerrara.  A cada empleado se le pagara sus años de trabajo como lo mandan las leyes, solo les pido que no se alteren.

—Presidenta como nos pide que no nos alteremos si nos está diciendo que la empresa está en quiebra. ¿Qué pasará con nuestras acciones, con nuestro dinero?

—Señores créanme que esto será solo por unos meses. Comprare las acciones de aquellos que deseen darme la espalda y los que no, estaré eternamente agradecida. La junta ha terminado señores.

Salgo de la oficina con Carmen a mi lado.

—Habla con cada uno de ellos y el que acepté mis términos que se quede y el que no,  que se vaya.

—Si señora—salgo de la empresa y cojo rumbo a Nueva York, mi hijo me espera.

(...)

Ver las noticias a ocasionado que mi celular reviente en llamadas, la quiebra de mi empresa salió en las noticias y eso fue un golpe bajo.  Las críticas no faltan pero eso es lo de menos en ente mundo empresario. La cuenta del hospital sube cada día, más las recetas y de más cada vez gasto más dinero del que tengo.  No sé hasta cuando podre tener en pie la única empresa que me queda, pero si es necesario cerrarla como la de Chicago por mi hijo lo hare. Obvio que lo hare así me quede en la calle levantare a mi pequeño de ahí.

Un Matrimonio Forzado  (1° Libro) (Terminando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora