Hoy es un día de esos en que crees que cualquier cosa puede suceder, y sinceramente casi estoy seguro. Si ya se, ustedes quieren saber que ha pasado con Candy y Al, pues nada del otro mundo, lo que todo par de enamorados hace, besarse, decirse cosas al oído, acariciarse, besarse, pelear, soñar despiertos, besarse, darse regalos y flores, besarse, aumentar la temperatura cuando se sienten solos, besarse, visitas nocturnas a los departamentos y carreras matutinas no sin antes despedirse con un buen beso. Hoy salieron temprano porque según escuche iban a recoger la cuna, porque ya habían pintado el cuarto del bebé.
Por mi espejo de la planta baja vi que dos mujeres muy elegantes llegaron al edificio, una de ellas era de edad mayor y la otra ¡ fiu, fiu!... ah justo como me la recetó el doctor, bueno el mecánico, ambas con el pelo de color rojizo. El olor a perfume parisino inundó mi cabina.
-Tía Elroy... y si es ella, ¿que le va a decir?- dijo la mujer joven que no le pedía nada a Eva Longoria.- la verdad no creo que sirva de mucho hablar con ella.
-Elisa...Según el investigador ya está saliendo con alguien más, pero tengo algunas dudas que debo de aclarar- dijo la mujer con su característica autoridad pero con un dejo de preocupación. Al abrir mis puertas que quedaban justo a la puerta 13, se encontraban Annie y George en medio de un beso creo que le llaman francés.
-Johnson- gritó Elroy, mientras Elisa ahogaba una sonrisa.
- Sra. Elroy, buenas tardes- dijo al separarse de Ann, como si fueran un par de adolescentes pillados por la directora de la escuela.
-¿Cómo es posible que usted esté haciendo este tipo de cosas a la vista de todos con esta... señorita?- enfatizando la última palabra dándole una connotación despectiva.
-disculpe señorita Andley, pero es algo meramente personal, que no tiene nada que ver con mi trabajo, la señorita Smith- dijo al señalarla- es una señorita decente
-si, Ann Smith y muy decente- secundó Annie con un gesto de orgullo
-además es mi futura esposa- agregó George al abrazarla
-si su futura ... ¿esposa?- volvió a repetir la chica sin darse cuenta de lo que estaba diciendo hasta que escuchó la palabra esposa, abrió los ojos esperando que no fuera solo una manera de defenderla de la perspicacia de la vieja...digo la mujer mayor.
George rió con un brillo en los ojos, -si tu aceptas
-¿Es en serio Goergie?- dijo Ann con emoción
-Nunca he hablado tan enserio en vida. Elisa le decía con señas a Annie que aceptara, ella había sido testigo de que el eterno empleado de confianza de los Andley nunca se el había visto tan feliz, y ella lo consideraba como a un tío.
- sí, claro que si
- Bueno, felicitaciones por su compromiso, escuché que su apellido es Smith, ¿se encuentra la señorita Candice White Smith?
George y Ann se miraron intrigados de que Elroy supiera el nombre de Candy y que fuera a buscarla.
El timbre de mis puertas sonó algo interrumpido y me abrí con un poco de dificultad, la verdad, tengo como tres días que no me he sentido muy bien, pero ya saben, la gente no deja que uno descanse, aun así Al no tenía opción Candy con su embarazo casi a término no podía subir por las escaleras trece pisos. Además traían la caja con la cuna.
-Te voy a dejar en tu piso porque voy por la caja de herramientas
-OK... Al- dijo Candy con su carita de niña que va a pedir algo- quiero invitarte a una noche romántica con cena y vinito y baile...calmado eh... antes de que el bebé nazca en cualquier momento... Porque sé que después va a ser muy difícil...
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Memorias de un Elevador
RomanceMuchas historias pueden nacer en un elevador, de vida o muerte, de amor y pasión, engaño y desilusión o en su caso de un amor más allá de los límites de la muerte.