Mi despertador sonó justo a las siete y lo apague estirando un poco mi brazo, estaba muy agotada , dormir a las tres de la madrugada no era una buena idea. Camine al baño y comencé a ducharme, al salir me puse delante del espejo y lave mis dientes. Regrese a mi habitación y me vestí con lo primero que encontré, cuando termine de vestirme y secar mi cabello comencé a recordar lo que tenía en mis maletas, asegurándome de que no faltaba nada.
"Hija, anda se te hará tarde y debemos de llegar al aeropuerto temprano". Dijo mi madre desde abajo. Tome mis dos maletas, las rodé y colgué mi mochila en la espalda, baje las escaleras sin la ayuda de mi madre porque ella siempre pensaba que su manicura se dañaría. "Tu padre no está, salió al trabajo por una emergencia". Ni siquiera se despidió. Mire a mi mama que ya estaba arreglada y nos subimos al auto, ella subió a su asiento mientras yo subía las maletas a la cajuela. Subí al auto y partimos.
Tardamos unos minutos en llegar al aeropuerto y no había mucha gente, mi mamá se fue a comprar mi boleto y yo solo tome asiento. Llego y me entrego mi boleto y yo lo tomé y lo guarde en mi bolsillo.
"Pasajeros del vuelo 12 abordarán en unos minutos" dijeron por los altavoces. Mire a mi mamá tenía una pequeña sonrisa y lagrimas rodando por sus mejillas, yo solo la abracé y ella me correspondió.
"Mamá tranquila, estaré bien". Trate de tranquilizarla.
"Lo sé pequeña, es solo que me harás mucha falta en la casa". Se abrazo a mi y continuó llorando, después de que se tranquilizó un poco dijo "Dios me siento tan idiota llorando así". Solté una risita, mi mamá arruina los momentos. Deshicimos el abrazo.
"Bueno, descuida volveré para Navidad". Ella sonrió de lado y yo también, la extrañaría mucho. "Te quiero mucho mamá, te extrañaré". Le besé ,la mejilla. "Cuídate, si ocurre algo solo llámame. Debo irme, no quiero perder mi vuelo". La abrace de nuevo, muy fuerte y se me escapó una pequeña lágrima.
Corrí hasta la puerta que me indicaron y le di mi boleto a una señorita que me sonrió, me explicó cuál era mi asiento y yo entre, subí al avión y me senté en mi lugar correspondiente al lado de una ventana, sonreí, por fin empezaría de nuevo.
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Qué Bonita Casualidad
RomanceNo soy cruel, soy realista. Fui dulce una vez y me lastimaron, Fui cariñosa y no lo valoraron.