Capítulo 1: "Felicidades"

67 10 2
                                    

Sábado. 

03:37 a.m

Sin abrir los ojos sabia quien estaba a mi lado. Sentía su calor corporal y su mano sujetando mi cintura fuertemente. Suspire y me senté en la cama tapando mi pecho desnudo con la sabana.

— ¿Qué pasa, nena?—Su voz ronca y algo distorsionada por la borrachera que todavia llevaba encima me sacaron de mi ensimismamiento. Acaricio con sus nudillos mi brazo derecho desnudo y un escalofrió recorrió mi cuerpo.

—Nada—conteste y me levante buscando mi ropa—. Deberías regresar a tu casa Keith, aun sigues ebrio—Él soltó una risita y me observo. Las luces de la habitación estaban apagadas, pero la poca luz de luna que entraba me hacían distinguir su rostro con perfección. 

—Cariño esta fraternidad es mía, esta es mi casa y esta es mi habitación—Sonrió con cada uno de sus dientes.

—No lo sabia, idiota.

—Creo que seria al revés ¿no?—fruncí el ceño—. Digo, follaste conmigo y ahora te vas dejándome solo y con ganas de llorar—solté una carcajada demasiado fuerte—. Dime tu verdadero nombre—Susurro lo suficiente fuerte mientras tomaba mi muñeca. Suspire.

—Skylar—Dije.

—Ahora, ¿me darías tu numero?—Negué con mi cabeza y él asintió.

—Dame tu móvil—Me paso su Iphone desbloqueado y coloque mi numero.

—Gracias nena—Me guiño un ojo.

Rodé mis ojos y cuando termine de abrocharme mis botines me levante de un salto.

—Adiós Keith—Dije cuando abrí la puerta de la habitación.

—Adiós Sky—Lo escuche decir cuando salí completamente. 

Baje las escaleras con cuidado porque el alcohol todavia corría por mi sangre y tenia miedo de dar un paso en falso y caer como una estúpida para que luego todos los universitarios se rieran en mi cara. 

Bueno tal vez exageraba un poco.

Salí de la casa dejando atrás a Meg y Kels, tal vez los universitarios con los que estaban pasando saliva las alcancen hasta sus casas.

Saque las llaves de adentro de mis botines y subí a mi jeep, tome mi móvil del bolso que había dejado dentro y le mande un mensaje a Megan.

Tu: Cariño lo siento, pero me siento mal. Tomen un taxi o pídanle a sus sexis universitarios que las alcancen hasta sus casas. Las amo.

Conduci hasta mi casa despacio y con cuidado de no chocar contra un árbol o simplemente contra la acera. 

Intente abrir la puerta de entrada de mi casa cuando llegue y baje del jeep, pero la maldita cerradura no se quedaba quieta.

Estúpida cerradura ojala que te prendas fuego. Juro que te odio.

Unos minutos después en los que no pude abrir la estúpida cerradura, la puerta se abrió bruscamente haciéndome pegar un pequeño saltito.

— ¿Donde estabas?—Pregunto mi hermano mayor con sus brazos cruzados sobre su pecho y su ceño fruncido.

—No te importa—Conteste y imite su pose.

—No te pases de lista conmigo, idiota. Entra ya antes de que mis papas despierten y te castiguen por llegar a las cuatro de la madrugada ebria, con la falda puesta al revés y el labial corrido—Me encogí de hombros y se hizo a un lado para dejarme entrar. Quite mis botines antes de comenzar a subir las escaleras y luego lo hice corriendo. Cuando llegue a mi habitación no me moleste en sacarme el maquillaje ni la ropa, me desplome en mi cama y sin saber por qué dormí feliz.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 06, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PregnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora