Capitulo 1

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*llamada telefónica*

— ¡Odette! —llevaba media hora parada en el mismo lugar y quince minutos esperando a que mi mejor amiga respondiera mi llamada.

¿Que ocurre Esther? ¿Por qué gritas? —se escuchaba muy tranquila.

— ¿Dónde estás? Te estoy esperando. —Mi paciencia empieza a agotarse.

—Diablos. —Creo que me olvido, de nuevo. —Lo siento, Esther. No podré ir contigo a comer. —Si no lo menciona no me doy cuenta. — Estoy con Bryan. Perdón. —lo que me faltaba.

Suspire para tranquilizarme y no decirle mil formas en que la puedo matar. —Está bien. Luego nos vemos. —Soné como si no estuviera enojada.

*Fin de la llamada*

No lo puedo creer, ahora me deja sola. Bueno, ¿Por qué me asombro? Ya no es nada nuevo, últimamente me hace lo mismo.

Pero ya Esther, tranquilízate, ves a comer tu sola; me decía mentalmente.

Comencé a caminar, es obvio que ya estaba en el centro comercial, supuestamente iríamos a McDonald's.
Pase por el lugar y se me quitaron las ganas de comer ahí, así que me dirigí a la zona de la comida, donde están varios negocios alrededor y mesas en el centro. Es como el paraíso con mucha comida.

Camine en dirección a la pizzería más cercana a mí, la que en su logo tiene una pieza de domino; después de comprar una pizza mediana de pepperoni y una Coca-Cola, fui a buscar una mesa.
Solo había un espacio disponible y era junto a una parejita demostrándose cuanto se quieren.

Horror.

— ¿Puedo sentarme? —Pregunte y el chico solo asintió, ni se preocupó por ver a la persona que le hablo, así que yo me senté.

Solo tengo una cosa que decir al respecto, son solo dos palabras:

¡Que cursi!

Me dan diabetes.

Intentaba disfrutar tranquilamente mi sabrosa pizza pero jamás logre hacerlo, pase la mayoría del tiempo viéndolos y escuchándolos, pero llego un momento en que ya no lo soportaba más.

¿Qué hice? Tome mi pizza y me fui.
¿A dónde? A mi casa.
¿Como? En un taxi.
Así de fácil, si me quedo un minuto más posiblemente caeré en un coma diabético y no, eso no puede pasar, ¿Qué harían sin mí? Aunque pensándolo bien, Odette estaría más tiempo con su novio y yo ya no sería un mal tercio con ellos.

- - - -

—Hija, ¿Tan pronto llegaste? —pregunto mi madre, cuando me vio entrar.

— Ody, me cancelo para irse con su novio. Otra vez. —No necesitaba hablarle más sobre lo que paso, ya debe de saberse la historia de memoria.

—Ay, Esther. Algún día te enamoraras y serás igual o peor que ella.

Volvemos de nuevo a lo mismo.

—Enamorarme no está en mis planes mamá. Y jamás seré tan cursi.

— Ya saldrás de la preparatoria hija. Créeme que cambiaras cuando conozcas a la persona indicada.

— ¿Y? ¿Es necesario tener novio? antes cuando quería no me dejabas, ¿por qué ahora sí?

—No me salgas con eso ahora, antes no tenías edad suficiente. —me está regañando.

— ¿Y ahora sí? ¿Crees que soy lo suficientemente madura para tener una relación? —suspire. —Mamá, ya sabes lo que pienso. —dije más calmada.

—Sí, ya se. Saldrás de nuevo con tu frase '¿Enamorarme? ¡Jamás!' Créeme que ya hasta la sueño. Espero que no tarde en llegar la persona que te quite esa tontería. —Dijo lo último un poco más bajo pero aun así logre escucharla.

—Sonaste como Odette, siempre me dice eso. —Me senté en el sofá y cruce los brazos.

—Perdón pero es que nos tienes hartas con eso. —lo dijo y me miro como si no lo quisiera haber dicho. Tenía una mirada llena de remordimiento.

—Iré a mi habitación. —dije decepcionada. Me levante de donde estaba sentada y me dirigí a mi habitación.

Sinceramente me dolió escuchar eso. En mi habitación, me termine las dos rebanadas que me quedaban de la pizza.

Me mire en el espejo y me dije:
—No necesito a nadie, soy feliz soltera. —Intente sonreír pero fracase.

Mentira. Dije mentalmente.

¿Enamorarme? Jamás; Jos Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora