Capitulo 20

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Narra Esther:

Dormía tranquilamente pero escuche que azotaron la puerta de abajo, rápidamente me desperté y Alonso también hizo lo mismo, oh, me había olvidado de él.

— ¿Que fue eso? —Pregunte.

—No lo sé. Iré a ver.

—Te espero. —bajo para ver la causa del ruido, escuche que arranco un auto y salte de la cama hasta la ventana, a lo lejos alcancé a ver el carro de la mamá de Jos.

¿Y si Jos entro? No lo creo.

—No hay nada allá abajo. —Un par de minutos después ya estaba de vuelta.

—Está bien, de seguro fueron los vecinos y eso.

— ¿Ya estas mejor?

—Sí, gracias por cuidarme.

—Me tengo que ir. Adiós, ya sabes cualquier cosa me llamas.

—Si adiós Alón y de nuevo gracias.

¿Jos habrá entrado? ¿Me habrá visto con Alonso? ¿Y si venía a despedirse porque nunca lo volveré a ver?

No quiero llorar, no quiero llorar, pero no puedo evitarlo.
Lo amo, lo amo, lo sigo amando.

Jamás me enamore así. ¿Por qué ahora sí?
¿Qué hubiera sido de mi vida si no lo hubiera conocido? Nunca debí olvidar mi frase, esa la que me salvaba la vida de los corazones rotos.

Regrese a mi cama, no a dormir, solo quiero recostarme y pensar que fue lo que paso.

A mi mente llego el recuerdo de la primera vez que me dijo "te amo".

Acabábamos de cumplir un año, como era diciembre en un centro comercial inauguraron una pista de hielo temporal.

"— ¿Entramos?

—Si. —Respondí emocionada a pesar de que no sabía patinar.

Pago la entrada, me ayudo a ponerme los patines y nos dirigimos a la pista, apenas puse mis dos pies en ella me caí.

— ¿Estas bien, bonita?

—Si Jos, solo fue un pequeño golpe en mi trasero. —Sonreí.

—Vamos, levántate, te enseñare.

Coloco una mano en mi cintura, y empezó a indicarme como debía avanzar.

—Ahora te soltare, ¿sí? —Dijo cerca de mi oído, asentí con la cabeza. —Te amo. —Susurro antes de soltarme y darme un leve empujón.

¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?

Gracias a esas dos palabras logro desconcentrarme, no pude avanzar y al final me caí.

— ¿Qué fue eso?

— ¿Te molesta que lo diga? Está bien, ya no lo diré más. — ¿Se molestó?

Se dio la vuelta y empezó a patinar. —Jos. —Grite. —Ayúdame a levantarme. —Extendí los brazos.

Suspiro y regreso a ayudarme, sacudí el poco de hielo que tenía y empecé a avanzar.

En dos ocasiones casi caigo pero sin su ayuda logre salir de la pista.

¿Por qué se molesta? ¿Acaso hice algo mal? Agh, ¿acaso debía decirle algo en especial? Si siento lo mismo por él pero que lo dijera tan de repente me asombro demasiado.

Retire de mis pies los patines, volví a ponerme mis botas y empecé a caminar a la salida del lugar, ¿A dónde me dirijo? A la pizzería, si Jos quiere enojarse, bien, que lo haga y cuando se le baje el enojo que me vaya a buscar.

Estaba en una mesa comiendo mi deliciosa pizza, la música de fondo era tan aburrida, pero de un momento a otro se apagó, yo fui la única que le prestó atención a eso.

Trying hard not to fall. On the way home. —La voz de Troye Sivan hizo que dejara de comer.

— ¿Wild? —Dije y voltee a todas las direcciones, encontré a Jos parado frente al mostrador.

Con pasos lentos se acercó a mí. —Con un "yo más" hubiera bastado. —Estaba a tan solo tres pasos lejos de mí.

—No sabía que responder, fue tan rápido que cuando me di cuenta ya estabas molesto y a cinco metros lejos de mí.

—Creí que no sentías lo mismo. —Ahora ya estaba frente a mí a cero pasos de distancia.

—Tonto. —Las personas empezaban a decir "bésalo" hasta el encargado de la pizzería, siempre vengo a esta por eso el señor y su esposa me conocen muy bien, no dudo que ellos aceptaron poner "wild". —Está bien, está bien lo besare. —Las personas se callaron.

Acerque mi cara a la suya, me pare de puntillas para estar a su altura, Jos coloco una mano en mi cintura, termine acortando la distancia y lo bese, siempre era Jos quien tomaba la iniciativa, por primera vez fui yo.

Cuando nos separamos le dije. —Te amo también. —Él sonrió."

¿Existirá la manera de no llorar tanto por algo que ocurrió hace meses?

Estoy en el suelo, empecé a rodar por la cama hasta que caí, hasta la cama me recuerda a él, no lo piensen mal, es porque en varias ocasiones nos quedamos despiertos hasta altas horas de la madrugada viendo películas.

¿Enamorarme? Jamás; Jos Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora