Esto no es un cuento de adas

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Celeste

Miedo, una palabra común, una palabra que significaba el alivio de poder describir el sentimiento de desesperación ante algo o alguien, una palabra que yo no me podia permitir.

Crecer sola, sin ser escuchada e invisible hacia los ojos de las personas era algo en lo que me especializaba.

Ahora me encontraba... Se puede decir midiendo mi terreno, yo provenia de una raza que comúnmente creemos puramente mitologica "Los hombres lobos" aunque tecnicamente yo era una "mujer lobo" y aunque lo que se espera es que halla un "alfa", un "beta", una "luna" y para generalizar una "manada", esto no era necesario, por lo menos para mi, pero claro que existen esas dichosas manadas, sin embargo yo no pertenecia a ninguna y tampoco tenia una estrecha relación con los de mi especie, así que me limitaba a permanecer desapersivida lo que significaba que nadie sabia más que lo indispensable y si me vieron, ni se acordarian y hemos de atmitir que era buena siendo invisible.

Ahora estaba en una de las filas intermedias del aula de Ciencias Sociales y realmente me parecia fascinante este extraño ritual, a lo que yo le llamaria la adaptación, dado que todos parecian extrañamente preocupados por una posición relevante en esta comunidad de adolescentes humanos, yo habia pasado la mayor parte de mi vida conviviendo con ellos y aun no los comprendia, según entendia debía de haber más personas de mi raza en academias como esta y tambien vampiros, brujas y demonios entre otras cosas. Por supuesto yo no sabia quienes, ni cuantos, ni nada.

Un aroma peculiar llamo mi atención, a decir verdad podria jurar que estaba exactamente detras mío, eso queria decir, que habia más lobos en esta habitación, me parecia que eran 2, al menos no era una manada, podria manejarlo y para mi mala suerte no podia saltarme esta materia, devido a que nuestro docente era suplente y conociendo a los suplentes que aunque varían usualmente marcaban cosas incomprensibles de un dia y de las cuales no es facil recuperarse... ¡Esto es joderme bien! Felicitaciones a los conspiradores del universo una vez mas.

La clase transcurria bastante bien, hasta que esos peculiares aromas parecieron intensificarse a lo cual decidí emprender mi escape, despues de todo solo faltaban algunos minutos y era mejor que ariesgarse a meterse en problemas de territorio con bestias con las que ahora no podia lidiar sola.

Me levante silenciosamente y esperando no delatarme, llegue al profesor por suerte nadie había levantado la vista, ellos solos se delatarian, por que el aroma no era de chica, a demás que normalmente ellas no vienen a estas escuelas si no a las del sur.

-Profesor, nececito salir antes, es urgente.

-¿A que se debe? <<Rayos, no lo pense exactamente bien>>

-Me visito San Andres y al parecer nececita atención. <<El profesor me miro un tanto preocupado hasta que asiente desconfiado>>

Sali con mi mochila colgada en mi espalda caminando lo más rápido posible en cuanto me percató de que me están siguiendo, maldición su aroma esta cada vez más cerca, miro por mi hombro y no encuentro a nadie, me meto en un pasillo solitario, en cuanto el avanza unos metros más de mi escondite y antes de salir noto al segundo causante de ese olor y justo detras mio se encuentra esperando atacarme como factor sorpresa, sin embargo y antes de que esto ocurra salgo corriendo hacia la salida de emergencia

- Me parece que alguien quiere escapar de clases <<Santa Madre de los Escaparorios ¡Por que!>>

Decido ignorarlo y salir de una buena vez, como es de esperarlo aun me sigue, corro hacia uno de los jardines que dan directo al estacionamiento y me subo en un arbol esperando a su aparición
Él por su parte maldice al no encontrarme por su puesto aun sintiendo mi olor, calmo mi ritmo cardiaco esperando a mezclarme poco a poco con la mezcla de olores que desprende el jardín, aunque el aun no se va, si no que grita

Tan Invisible Como Yo QuieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora