Eran las 04:00 de la madrugada cuando un fuerte olor a humo inundó sus fosas nasales provocando que el menor de los Horan despertará de golpe. Como si el sueño jamás hubiera estado en su cuerpo se levantó lo más rápido que pudo tomando su oso de felpa.
Caminó aferrándose a el pequeño peluche como si su vida dependiera de ello. Giró el pomo de la puerta soltando un quejido al sentir su mano arder y su vista comenzó a nublarse debido a las lágrimas que comenzaron a formarse en aquellos orbes azules.
Frente a él se encontraba su casa cayendo a pedazos, fuego por todas partes iluminaban el primer piso y por consiguiente, éste no demoraría en arrasar con el segundo. Escuchó la voz de su madre gritando el nombre de su hermano mayor; Greg. Notó como una sombra alta y fornida se acercaba con rapidez en su dirección y casi al instante sus pies dejaron de tocar el suelo al ser levantado y cargado como un bebé, observó una última vez la puerta de su habitación por sobre el hombro del mayor. Pedazos de paredes en llamas cayeron obstruyendo la escalera y por consiguiente dejando a la familia sin escapatoria. Escuchó como un gruñido escapaba de los labios del adulto antes de dirigirse a la habitación donde se encontraban los otros integrantes de la familia.
Una vez ahí vio a Greg intentando contener a Maura a la vez que desgarradores gritos de auxilio salían de la boca de ésta en dirección a la ventana. Se acercó a ellos y observó como algunos vecinos intentaban extinguir el fuego en un intento desesperado por ayudar a la familia. A lo lejos se oyó la estrepitosa sirena que anunciaba la llegada de los bomberos y no demoraron demasiado en hacerse presente las fuertes luces que éste poseía al igual que la sonrisa esperanzada del menor de los Horan.
—¡Atrás! —gritó Bobby estirando los brazos en un intento desesperado por alejar a la familia del fuego que comenzó a adentrarse en la habitación.
Un fuerte ruido en la ventana llamó la atención de todos provocando que voltearan. Una escalera había sido puesta a la vez que uno de los bomberos subía para ayudarlos a salir de la casa. El fuego extendiéndose cada vez más por el cuarto causaba que los nervios y miedo aumentarán con la misma velocidad en la que sus esperanzas desaparecían.
— ¡Rápido! —llamó su atención el bombero que acababa de llegar a su lado. Bobby tomó a Niall en brazos antes de entregárselo al hombre con urgencia.
Éste lo tomó en sus brazos recibiéndolo con cuidado para posteriormente comenzar a bajar. Un fuerte estruendo hizo que detuvieran sus movimientos notando como un pedazo de pared o techo caía ardiendo y tapando la única escapatoria que la familia tenía.
Sintió como sus mejillas comenzaban a empaparse por las lágrimas y todo a su alrededor perdió relevancia, no podía concentrarse en nada más que los gritos de auxilio y los desgarradores sollozos que provenían de la casa. Comenzó a removerse intentando soltarse del agarré claramente fallando en el intento a la vez que el bombero corría con él aún en brazos hasta la ambulancia más cercana.
— Cálmate, niño. Estarán bien.—susurró sentándolo en la parte trasera donde una enfermera los esperaba para comenzar a revisar que no tuviera ningún tipo de hematoma.
El hombre no se alejo en ningún momento, permaneció junto a él durante todo el proceso de revisión e incluso luego permaneció ahí intentando lograr que el menor le diera al menos su nombre, para desgracia del mayor, Niall parecía no tener intención de intercambiar palabra alguna. Sin embargo, minutos más tarde cuando el incendio había sido extinguido y uno de sus compañeros lo llamó para informarle lo que había pasado, el más bajo le tomó la mano como si no quisiera que se alejara. Dirigió su mirada hacía él haciendo que la tierra y agua chocaran, como si estuvieran creando un nuevo mundo, un nuevo planeta, una nueva Tierra.
— ¿Quieres que me quede? — murmuró cerca de su oído, observo de reojo como el menor asentía de manera lenta y sonrío con compasión—. Bien.
Los policías no demoraron en llegar hasta ellos dedicándole con muy poca sutileza miradas lastimeras al rubio.
— ¿Niall? —cuestionó uno de los oficiales intentando llamar su atención, el nombrado volteó hacía ellos mirándolos con intensidad como invitándolo a seguir—. Lo lamentamos demasiado pero tu familia no logró salvarse —soltó de golpe. El bombero frunció el ceño en dirección a ambos insensibles para luego suavizar su expresión y mirar en dirección a Niall esperando alguna reacción de su parte, sin embargo, ésta jamás llegó. Sólo se dedico a mirar un punto fijo en el suelo al mismo tiempo que ejercía un poco más de fuerza en la mano de aquel amable joven—. Necesitamos saber si tienes algún pariente que pueda hacerse cargo de ti, pequeño. ¿Tíos?—negó— ¿Abuelos?—volvió a negar— Si no es así deberemos mandarte a un hogar para menores—subió su mirada horrorizado para luego posar su vista en el moreno como pidiendo que no lo dejase—.
— ¿Puedo hablar con él unos momentos? —preguntó invitándolos amablemente a dejarlos a solas. Asintieron dándole unas cuantas palmadas al menor para luego retirarse no sin antes murmurarle un leve "Consigue que te hable de algún familiar". Una vez solos se posicionó frente a él aún con el menor aferrándose a su mano—. Lo lamento—fue lo primero que dijo antes de abrazar al otro. Se separó con cuidado para luego conectar sus miradas—. Niall ¿No? —Asintió— Bien, no me he presentado. Yo soy Zayn. Pequeño, lo único que quiero es ayudarte y realmente necesito que me digas si tienes algún familiar con el cual quedarte —hablo dejando notar un deje de preocupación en su voz dándole así más confianza a el rubio, sin embargo, volvió a mover su cabeza en señal de negativa—. Está bien... Supongo que debemos ir a avisar esto —susurró recibiendo una pequeña sonrisa que más bien parecía una mueca por parte del niño, éste asintió tomando su mano y levantándose de su asiento aún con una manta cubriéndole los hombros y espalda.
Se dirigieron hasta el carro policial donde los oficiales se encontraban anotando algunas cosas y Zayn carraspeó consiguiendo así que estos miraran en su dirección.
— No tiene familiares —dijo en seguida—.
— Y no podemos llevarlo a un hogar aún —añadió el más alto de los policías— Quizá podríamos llevarlo a patrullar hasta que amanezca... —sugirió mirándolos de reojo.
— ¡Es un niño, no podemos llevarlo ahí! —exclamó el hombre de no más de cincuenta años— Quizá deberíamos ir a la comisaria, aunque no es el mejor lugar para un menor como Niall —Tomó el brazo del recién mencionado intentando separarlo de Zayn, el niño comenzó a patalear a la vez que se aferraba con más fuerza, incluso hasta llegar al punto de abrazarlo.— ¿Cómo es que te tomó tanta confianza? —cuestionó a lo que el moreno se encogió de hombros. Intercambió algunos murmullos con su compañero antes de acercarse al ojimiel con la intención de que el rubio escuchara lo menos posible—. Sé que esto está fuera del protocolo, pero... El niño ha tenido un día horrible, ¿Sería demasiada molestia si se queda contigo? Me refiero a que, has sido el único con el que ha sentido cómodo.
— No creo que sea buena idea —gruñó el joven, sin embargo, sólo bastó una mirada de reproche para hacer que cambie de opinión. Este último dejo escapar un suspiro antes de darse por vencido, le entrego papel y lápiz antes de volver a hablar—. Anotarás aquí tu número de teléfono, dirección y nombre. Iremos con una asistente social a buscarlo más tarde ¿Queda claro?
— Claro, por mi está perfecto pero... ¿Te gustaría quedarte conmigo, Niall? —se agachó hasta quedar de a la altura del recién nombrado, éste asintió con rapidez al saber que no tendría que ir a un hogar y que en su lugar podría quedarse con el señor que lo salvó. Zayn sonrío con amabilidad a la vez que escribía todo lo que le habían pedido anteriormente, posterior a ello devolvió las cosas y acarició suavemente el cabello de Niall antes de comenzar a caminar.
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Fireman || z.h
FanfictionUn incendio arrasa con la casa de los Horan, dejando a un niño de tan sólo trece años a la deriva.