No era la primera vez que sus padres le compraban esclavos por un capricho, y tampoco esperaba que fuera la última, pero ver que habían elegido a estadounidenses en lugar de cualquier otra nacionalidad lo llenó de curiosidad. Eran ellos los que siempre se oponían al nuevo continente, nunca habían tenido a algún latino o norteamericano porque los consideraban de otro tipo de raza, pero aquel muchacho rubio de su lista provenía de américa, cosa que ninguno otro había hecho.
-¿No te emociona que sean del otro continente? –Interrumpió su hermano con una sonrisa jocosa-, a mí también me ha tocado uno, al parecer son parientes.
Volvió a leer el nombre y la nacionalidad para estar seguro, pero aquel chico llamado Naruto no podía pasar como otra raza más que la blanca. Se le notaba en el porte de la fotografía, aquellas expresiones y rasgos que solo se conseguía si habías nacido al otro lado del mar. Él, como un ruso de nacimiento y orígenes americanos, conocía muy bien aquel aire extranjero, era un deleite para sus ojos saber que tendría a un rubio bajo su mando, como su sirviente personal.
-¿También te tocó un estadounidense? –inquirió, fingiendo desinterés total en su voz.
Entró por el vestíbulo principal seguido de cerca por las sirvientas, mujeres que en algún momento habían pasado por él o por su hermano y que ahora debían encargarse de la limpieza del hogar. Era su manera de pagarles el tener un techo donde vivir, una forma de contribuir a la ocasión de que seguían vivas y respirando cuando podrían estar muriendo en alguna parte de las calles rusas.
-¿Quiere que le prepare un baño joven Uchiha? –preguntó una de ellas, una chica que hace solo tan poco había sido removida de esclava a sirvienta y que ahora vivía en el ala norte en lugar de los cuartos para el consorte. Sus cabellos, como al resto de ellas, se le había sido cortadas hasta el ras del cuello, dándole la impresión de tener una cabeza mucho más grande de lo que debería.
Sasuke negó antes de seguir avanzando, y la chica volvió a armas filas detrás de las demás sirvientas en un silencioso paso.
-No te hagas el desinteresado, que tú también querías uno desde hace mucho tiempo.
Busnó ante la idea de no ser el único con un extranjero de mar en sus esclavos, pasando la mirada en las imágenes del resto de personas que sus padres le habían comprado por la estación. Tenía de todos los países posibles, y si no era así, tenía de la gran parte de Asía y Europa. En esa temporada un par de franceses, alemanes, españoles, húngaros y japoneses; pero uno solo debía decirle un país al azar que se encontrara en ese fragmento de mar y en cuestión de días tendría a un esclavo nuevo.
-¿Cómo se llama el tuyo? –le preguntó mientras subía al segundo nivel.
Itachi lo siguió de cerca, ordenando con la mano al resto de sirvientas que se retirara porque tendría una reunión con su hermano y quería tranquilidad. No solo le había llegado la lista de nuevos esclavos, sino que la mayoría de ellos ya se encontraba en la casa esperando ser visitados por sus compradores. Solo aquellos, como los estadounidenses y los de los países con un tráfico aéreo más complicado no se habían presentado todavía, pero solo debían ser cuestión de horas para tenerlos con ellos en su casona.
-Es un tal Deidara, rubio de larga melena, parece un poco afeminado –contestó en un jaleo-, al parecer virgen, por lo que no me sorprendería si intenta algo la primera noche.
-¿No es acaso que todos deben ser vírgenes para ser comprados?
Rió ante las palabras, dándole la razón. Sus padres jamás le habían comprado esclavos que no fueran puros, por más apetecibles que se encontraran. Hubo una ocasión, hace un par de años, cuando una de las chicas había sido ultrajada antes de llegar a ellos. No tuvieron piedad con el acusado ni con ella, fue casi devuelta al instante, despojándola de todos los beneficios que pudo haberle llevado a su familia. Porque los Uchiha solo compraban esclavos de personas que necesitaban dinero urgente, o que tenían problemas con la mafia rusa.
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Misión Clase S
FanfictionLa familia Namikaze Uzumaki es especial. Sus padres no se aman, sin más no fueron obligados a casarse. No, su mamá nunca se embarazó antes de tiempo y no fue nada producto de una borrachera. Simplemente... una misión. -Cómo se lo dijo el agente Uzum...