¿Estas Chicas Pueden Tener Novio?

6. Las Vegas, Cena y Avada Kedavra

Las Vegas, Cena y Avada kedavra.

Amber POV'S 

— ¡Mamá! —suplico a mi madre arrastrándome por las escaleras.

— ¿Qué tiene de malo? Son nuestros vecinos, tenemos derecho a invadir su casa.

— En realid...

Mi madre le lanza una mirada asesina a Sophia. Ella se calla.

— ¿Cenar con ellos? ¿¡Te volviste loca mujer?! —grita mi padre a través de la línea telefónica — Hoy es viernes por la noche, ¿lo olvidas? ¡Pizza!

— Cuando te casaste conmigo te tendías a las consecuencias —sentencia ella — oh, ya estoy en la puerta; te espero aquí cariño... —toca el timbre — si o si debes venir; tengo las llaves, y no podrás entrar—las hace sonar—,si te vas a otro lugar... no duermes en casa, puto —rie como maniática y luego cuelga.

La expresión de mis hermanas y mía sólo demuestra un sentimiento: horror.

Una castaña oscura nos recibe sonriente.

— ¡Miller! ¡Vecina! —chilla.

— ¡Amiga! —le sigue el papel mi madre.

Empiezan a hablar en la puerta todas normales, y mi mamá no se da cuenta aún -espero que sea porque no sabe- que tiene a sus tres hijas afuera, mientras llueve, con un viento que se está a punto de llevar al poodle que tienen de mascotas los vecinos.

Yo sólo me dedico a ver los vellos del brazo de Sophia que se mueven por el viento.

Ugh, necesita depilarse.

Papá llegó.

Papá entró.

Queríamos entrar.

Papá nos cerró la puerta en la cara diciendo "voy a convencer a su madre para irnos, quédense ahí"

Papá no volvió.

April POV'S

Estamos en la casa de los vecinos y mamá nos dejó afuera en lluvia y viento. De pronto escuchamos unos pasos que se dirigen a la puerta y las tres nos abrazamos por si es mi madre. Pero hay una discusión que parece que es de dos chicos, cuando abren la puerta y podemos ver de que se trata: gemelos.

—No, tenemos que ir a la fiesta de Marilyn —dice uno.

— No, tenemos que ir a la fiesta de Drake— propone el otro.

—Marilyn.

—Drake.

—Marilyn.

—Drake.

Nosotras sólo giramos la cabeza de uno a otro.

—Marilyn.

—Dra...—lo interrumpe Amber.

— ¡CÁLLENSE MALDITOS! —chilla ella.

Los dos la miran incrédulos.

—Tú eras la que iba a venir hoy— asimilaron al unísono.

Las tres los miramos boquiabiertas.

—Nosotras somos trillizas pero nunca hacemos eso—digo mentalmente, o al parecer no tan mentalmente porque todos me miran. Especialmente los gemelos, que están con la boca abierta.

Me sonrojo mientras todos estamos en silencio. Y el silencio es interrumpido por uno de los chicos que le "susurra" "disimuladamente" a su hermano: