O2

473 45 14
                                    


Los siguientes días parecen ser bastante normales considerando que las prácticas ya son menos exhaustivas pues la mayoría ha conseguido dominar la coreografía, un hecho que mantiene a Soonyoung con un humor brillante y al líder un poco más tranquilo. La convivencia en el departamento no parece presentar cambio alguno salvo por el evidente ambiente incómodo que se ha instaurado entre Wonwoo y Mingyu desde la tarde en los camarines, ninguno se ha dirigido la palabra directamente aun cuando el número de encuentros parece doblar al de evasiones, es claro que esta vez el menor no se molesta demasiado en disimular cuando su mirada da con la de su mejor amigo (realmente odia ese término) sin importar ganarse luego un par de reprimendas por parte de JiHoon porque "realmente eres demasiado evidente" y uno que otro comentario mal intencionado de Junhui alegando incomodidad. Ignorando ese hecho, ninguno de los dos es capaz de dar el primer paso, uno por temor a las posibles consecuencias; el otro por temor al rechazo definitivo. Aquella tarde el manager les ha informado la suspensión de ensayos, Chan es el primero en festejar seguido de un muy eufórico Seokmin al que se suma Seungkwan y Hoshi como si la reacción en cadena fuese cosa natural entre ellos.


Wonwoo se encuentra en su habitación reposando, ambos brazos tras su nuca mientras es envuelto agradablemente por la melodía de su canción favorita, mantiene los ojos cerrados para mayor concentración, sabe que nadie le incordiará pues ha informado que desea algo de calma debido a que su estómago está sufriendo las consecuencias de una mala alimentación últimamente, aunque se dice que no es nada grabe. Intenta distraer su mente de cualquier manera posible, desde activar el aleatorio a su lista de reproducción musical, hasta dejarse consumir en la lectura de gruesos libros con temática romántica y lamenta que nada sea aún efectivo para olvidar "ese momento". Desde aquella tarde el menor no ha vuelto a intentar acercarse siquiera, suele huir cuando intenta dirigirle la palabra sin siquiera molestarse en inventar alguna excusa, o bien, responder en un tono que a él personalmente no le agrada en lo más mínimo, ese mismo comportamiento le ha llevado a caer en una confusión aún mayor pues desconoce en la actualidad que tipo de relación es la que comparten realmente.


La puerta es abierta por un sonriente Junhui quien toma asiento al filo de su cama y deja reposar una de sus manos sobre la rodilla del azabache, el toque consigue despertarle de su ensoñación momentánea pues retira los audífonos de sus oídos pausando la música al instante, le dedica al mayor una sonrisa un poco menos amplia al incorporarse sentado en la cama lo que le permite zafarse del contacto que impone. El chino pasa por alto ese detalle y se dispone a ponerle al día de los nuevos acontecimientos.


—Tendremos el día libre. —Dice, y su voz suena con un toque de entusiasmo pocas veces visto—. Los chicos han planeado salir a beber algo, ¿Te apuntas? —Cuestiona casi al instante, su mirada expectante en el menor.


—Lo lamento, pero no me siento en condiciones hoy. —Su respuesta borra inmediatamente la sonrisa en el rubio, un puchero adorna sus labios esta vez—. ¿Por qué no vas tú y te diviertes? —Sugiere palmeando suavemente el dorso de la fina mano contraria.

—Pero no será divertido si no consigo estar contigo. —El otro insiste, tomando la mano del azabache para estrecharla entre la propia—. Anda, será solo un par de horas. Prometo no excederme al beber. —Intenta persuadirle, obteniendo como respuesta una sonrisa débil seguida de la negación de su cabeza.


—Realmente no quiero salir, Jun-ah. Ve, disfruta y al regresar me cuentas que locuras hicieron los chicos. —Su tono de voz parece convincente, o eso es lo que intenta. Sabe que su mayor tampoco es idiota, lo comprueba con su siguiente comentario.

Intertwined destiniesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora