Para cuando regresaron al apartamento las luces se encontraban apagadas y el silencio reinaba en la instancia, condición que no duró demasiado pues Seokmin y Soonyoung bajo la afluencia del alcohol parecían incluso más habladores de lo usual. Por supuesto nadie se molestó en prestarles atención, lo que dejaba a un cansado Seungcheol obligándoles a dormir con la amenaza de informar al manager de su falta de criterio e irresponsabilidad al beber, naturalmente la amenaza no pasaría de eso pues el responsable a cargo del estado de los menores no era otro si no él faltando a obligación moral de líder por ir cantando canciones de girl's band junto a un muy fabuloso Seungkwan quién por cierto era arrastrado hasta su habitación por un malhumorado Hansol pues "sabes que mis rap's no son lo tuyo, Boo"; fue Jeonghan quien palmeó su espalda suavemente como intentando transmitirle apoyo moral junto a una sonrisa que fue correspondida con todo y encías asomando antes de desaparecer junto a Jisoo por el pasillo. Su ángel era realmente el mejor transmisor de calma del mundo.
Mingyu y Wonwoo habían ordenado y limpiado todo antes de ir a descansar cada uno por su cuenta, finalmente aún si su amistad estaba "allí" intacta, habían ciertas limitaciones en la actualidad como que el mayor de los dos se debía una charla formal con Junhui y no sería bien visto que les encontrasen acurrucados a media sala en el sofá, compartiendo miradas tímidas y sonrisas cómplices. El revuelo de los recién llegados se extendió por la siguiente media hora todo por culpa de un caprichoso Chan quien se negaba a dormir alegando que él ya no era un niño pequeño para recibir órdenes, para tranquilidad de todos fue el mismísimo Jihoon quién tomó las riendas del asunto amenazando con llamar a la madre del menor para consultar su opinión; como era de esperarse en menos de un parpadeo el bailarín se encontraba siendo cobijado por un maternal Jeonghan quien tras una bochornosa escena del 'beso de las buenas noches' se retiró a su habitación una vez más.
Los pequeños ojos de Minghao se entreabrieron buscando enfocar su entorno sin demasiado éxito, de pronto la música había cesado y él se encontraba en su cama con ropa de calle aún pero cubierto hasta el cuello y descalzo. Lo último que recuerda es haber hablado con Junhui antes de jugar con su móvil y finalmente tomar una pequeña siesta que al parecer se prolongó más de lo debido, restado importancia al asunto no se molestó siquiera en vestir su pijama para volver a dormir; la inquietud sin embargo vino cuando al cerrar nuevamente sus ojos la voz del rubio mayor hizo eco con palabras que solo en sueños podría llegar a oír. De ser así, esperaba no despertar aún.
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La mañana da inicio con los gritos de un muy risueño Soonyoung quien personalmente se encarga de despertar a todo mundo ya fuese lanzándoseles encima, picando sus mejillas hasta hacerles incomodar o bien, arrojándoles agua directamente al rostro como método infalible, a su pequeña jugarreta matutina se suma el vocal pelirrojo quien además les dedica un concierto personalizado con canciones de la respetada artista Son Dambi. El menos complacido con la voz chillona por la mañana del de mejillas grandes es Jihoon quien no pierde oportunidad de dar a conocer su opinión por medio de una llave al más alto, finalmente todo retorna a la calma cuando interceden Seungcheol y Hansol en ayuda de un sofocado y arrepentido Boo.
Mientras emplean turnos de tres en tres para ocupar el baño y agilizar el proceso de aseo e higiene, Wonwoo aprovecha de entrar hasta el final junto a Junhui, los comentarios naturalmente no se hacen esperar, entre ellos el más destacado es el de Jisoo quien para sorpresa de los presentes pronuncia algo parecido a "no olviden que sus gemidos no son aptos para Chan", el aludido se limita a rodar los ojos y desaparecer por la puerta de la cocina refunfuñando amenazas de abandono debido al maltrato sufrido por sus mayores mientras la pareja se encierra dando paso segundos más tarde al sonido de la regadera. La atención de Mingyu ha permanecido desde el primer momento en el menor de los miembros Chinos, había oído como la noche anterior todos habían ingresado a sus respectivas habitaciones y el que una silueta esbelta se abriese paso a la propia cargando a su amigo sin duda le había sorprendido bastante, principalmente porque desde la confesión fallida ninguno intercambiaba palabras más que los saludos matutinos o sílabas puntuales cuando era netamente necesario.
