Tu Amante

III

cambiaba de canal cada 5 minutos, era época navideña y como de costumbre solo daban musicales, cosa que odiaba con mi vida. apague la televisión quedándome en un completo silencio hasta que mi teléfono vibro con un mensaje.

‘amiga! hoy en la tarde voy a tu casa tenemos muchas cosas que hacer…mi boda se acerca! Si no es molestia estaré allí en 2 horas, y como se que no soy molestia entonces ire! byee!’

sonreí y mire el reloj, era aproximadamente las 5 de la tarde y había pasado todo el día sentada comiendo porquerías. No tenia ánimos de hacer nada, y menos con la fuerte discusión que había tenido con michael el día anterior, aun no sabía nada del…y aunque muriera por saberlo no lo llamaría ni contestaría el teléfono. me levante y camine hasta el baño, estaba destruida, con unas grandes ojeras… se notaba que casi no había tocado la cama. Me di una ducha para relajarme, dejando que los chorros de agua cayeran por mi cuerpo…quitando toda tención que había en este. al terminar me puse una de mis pijamas favoritas y sin darme tiempo a peinarme sonó el timbre. abrí extrañada y era un hombre con un enorme oso de peluches y chocolates.

- señorita clark cierto?
- sí, soy yo…-dije confundida
- un hombre me ha encargado darle esto…
- un hombre? cual?- que tonta, era michael obviamente-
- no puedo decirle…-sonrió

dejo el peluche y los chocolates en el suelo y se iba a marchar.

- espere! no desea propina?
- gracias, pero ya me han dado…que tenga buenas noches.
- igual…

tome el peluche en mis manos y entre a la casa, en un lado tenía una pequeña tarjeta, la tome y no era la letra de michael.

“tamara la bella tamara espero que estés bien no sabes cuánto te extraño. desde la última vez que te vi eras una pequeña y ahora…estas bastante buena déjame decirte. posiblemente no me recuerdes, pero no te preocupes preciosa de eso me encargo yo…solo quiero que sepas que soy un viejo amigo, uno que quiere recuperar a su hermosa tam.’’

deje la carta a un lado y me senté un poco preocupada, quien podría ser? trate de hacer memoria pero ni una sola persona llegaba a mi mente. eso era lo que me faltaba, un loco maniático siguiéndome…estaba muy asustada de eso no cabía duda.