3.

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Me levanté del asiento en el que me encontraba y paseé con calma alrededor de la habitación, inspeccionando todo con la mirada.

Paré mi caminar justo detrás de su silla, él solo me observaba atento sin decir palabra y mucho menos borrar aquella sonrisa de oreja a oreja tan característica de su rostro.

Alargué mi mano hacia el bolsillo de mi bata, en este se encontraba el manojo de llaves que podrían despojarle de su camiseta de fuerza, jugué con este durante unos segundos hasta que me decidí por dejar las llaves sobre la mesa y que el destino decidiera.

Y el destino decidió que la mejor idea era que me enamorara de él.

-¿Vas a soltar a este loco por ti,muñeca?- Dijo con voz rasposa pero increiblemente sexy.

Su pregunta me dejó helada. No debería. Pero lo hice.

Y ahora su cuerpo estaba contra el mío.

Acostada en la mesa y acorralada contra ella.

No tenía miedo.

Él lo sabía.

Pero el no quería violarme.

Tampoco matarme.

Solo quería hacerme mucho...

Mucho...

Daño.

H De Harley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora