Conexiones

IV

Capítulo 4

—Trina. —Llamo Cat, cuando habían subido para ir a sus habitaciones la morena se había desviado y la pelirroja la siguió, sintió curiosidad al ver a la mayor ir hacia otro lado.

—¿Pasa algo Cat? —Preguntó Trina observando el mar y la luna desde la terraza, ya solo faltaba una noche más para la luna llena. Tenía que prepararse mentalmente.

—¿No irás a dormir?

—Aún no. —Dijo Trina, iba a agregar el "y tú" pero sintió como Cat se ponía a su lado y el aroma de esta golpeó su nariz dejándola completamente absorta. La morena sabía que tenía que aprender a controlarse más.

—¿Por qué actúas así frente a todos? —Preguntó la rojita.

—¿Así como? —Trina no entendía

—Cuando estás con el grupo siempre estas tranquila, serena pero luego vuelves a ser aquella persona de la que todos hablan en Hollywood Arts, aquella persona que solo se interesa por sí misma. Tú no eres así pero no entiendo porque lo haces. —Explicó Cat apoyándose en el barandal buscando de entender el comportamiento de la mayor, pero habian ninguna explicación lógica. Todo eso la frustraba.

—Es difícil de explicar Cat. —Dijo Trina mirando al cielo.

—¿Por que?

—Soy diferente. —Dejó salir la mayor en un suspiro.

—¿Diferente en qué sentido?

—Como dije antes no me gusta que las personas se me acerquen.

—¿Pero por qué dejas que yo lo haga? —Cat la estaba poniendo entre la espada y la pared, Trina suspiro cerrando los ojos dudando si decirle o no la verdad a Cat.

Quería decirle todo, pero tenía miedo al rechazo. Su padre había dicho que cuando un lobo se enamoraba era para siempre, ella se había enamorado de Cat como nunca lo había hecho y no quería sufrir, no quería llorar. Pero despues venian a su mente las palabras de su hermana diciéndole que Cat era diferente, que a la pelirroja lo único que le importa es lo que hay dentro de las personas y eso ella lo había notado desde el principio quizás por eso se había enamorado

—Promete que no te asustaras, que no me odiaras o decirle a alguien más.

—No tengo porque odiarte. —Dijo Cat, a ella le gustaba la morena mayor quizás por lo misteriosa que a veces era, quizás porque solo algunas personas conocía la verdad sobre ella, quizás porque Trina era diferente, quizás por el color de su piel y ojos, quizás por esa sonrisa que pocas personas tenían la dicha de ver, esa sonrisa sincera, contagiosa, tierna y suave.

—Prometelo.

—Esta bien lo prometo.

—Antes de decirte la verdad, ¿por qué te importan tanto las lobos del bosque? —Preguntó Trina, al parecer las hermanas querian saber lo mismo.

—Es un poco difícil de explicar, la primera vez que las vi fue cuando seguí a Jadey al bosque, al principio sentí miedo pero después me sentí segura. No lo sé, me sentía tranquila. —Comentó Cat mirando al cielo, Trina sonrió. —Ahora me dirás el porqué es diferente.

—Bueno...mmm..por donde empiezo. —Dijo Trina poniendo su mano derecha en su barbilla. —Recuerdas que cuando subí al RV de Beck. —Cat asintió. —Sé que notaste mi reacción, la verdad es que ese lugar tenía un olor desagradable.

—¿Por qué los demás no sentimos nada? —Preguntó Cat.

—A eso voy, Tori y yo tenemos el olfato más sensible podemos sentir cualquier olor a metros de distancia, cuando entramos al RV este olía a sexo y alcohol lo cual nos dio asco.