Eran ya las cuatro y media de la tarde; usé algo casual: unos jeans, polo negro y una casaca azul que nunca solía usar.
Habíamos quedado en el café del centro, así que tuve que tomar el metro, cosa que nunca hago ya que paro encerrado en mi cuarto con mis proyectos; demoré media hora en llegar ¡Justo a tiempo! Aún no había llegado, así que fui reservando los asientos para poder charlar.
—Se le ofrece algo. —Dijo el mesero que me había visto entrar y fue hasta mi lugar.
—Dos frappuccinos de mocca, por favor. —Para mi sorpresa, a mí y a Amanda no encantaban los frappuccinos.
—Enseguida se los traigo. —Fue corriendo a colocar la orden.
El lugar era bastante pintoresco, estaba lleno de cuadros y en vez de sólidas paredes, había brillantes lunas de vidrio que mostraban la transitada avenida del centro.
Sonó la campanilla que suena al entrar al establecimiento, era Amanda, llevaba puesto unos blue jeans y un top con flores apretado (lo cual nunca usaba prendas así). Me reconoció al instante y se fue acercando a la mesa.
—Hola. —Dijo sonriendo mientras se sentaba. —La verdad me tomaste por sorpresa, no pensé que iba a salir hoy, y no tenía nada que ponerme así que perdón por la demora.
—No te preocupes. —Dije riendo. —Yo tampoco pensaba salir hoy, pero surgió algo imprevisto y necesitaba contártelo; igual estás hermosa.
Su tez comenzó tonarse de un color rojizo, creo que nunca había sido tan directo con una chica.
Apareció el mesero con los dos vasos de frapuccino.
—Aquí está su pedido, y justo a tiempo por lo que veo. —Me guiño el ojo.
No sé si sentirme intimidado o agradecido.
—Oh vaya, gracias. —Dijo Amanda en tono sarcástico. —Y bueno ¿Qué es lo que querías contarme?
Para mi buena suerte (o quizás no) comenzó a sonar Let her go de Passenger.
— ¡Oh! Adoro esta canción. —Dijo esbozando una hermosa sonrisa, me sentía seducido por sus labios. — ¿Te acuerdas cuando cantamos esta canción?
—Sí. —Dije avergonzado. —Como no olvidar cuando por tanta emoción me quedé sin aire y me estaba ahogando.
—Pero lograste recuperarte. —Dijo entre risas. —y cerraste con broche de oro.
— ¡Tu cantaste la parte final! —Dije sonriendo.
—Lo sé, pero somos un equipo ¿No? —Me guiño el ojo y bebió un sorbo del frappuccino.
Quise evitar mirarla y también tomé un sorbo del mío. Ya habíamos entrado en confianza, sólo hace falta dar el 'gran paso'. Volví a mirarla, sus ojos color miel son tiernos pero lo noto algo oscuros, como si trataran de ocultarme algo.
Terminó la canción y toda la escena estaba en silencio, la tome de sus manos, se dejó llevar y me siguió la corriente. Perfecto.
—Sabes... —titubeé, no había marcha atrás. — ¿Te acuerdas de la promesa que hicimos de niños?
—Sí, apoyarnos uno al otro y no ocultarnos secretos, ¿Por qué la pregunta?
—Es que, hay algo que no te he dicho todo este tiempo.
Sus manos comenzaron a sudar...
— ¿Y por qué? Prometimos no guardarnos secretos.
— Si, pero es algo que no se puede decir a la ligera, verás...te conozco desde que éramos niños, cuando te vi llegar en el auto de tu padre sonriendo y jugando, desde ese día no dejo de pensar en ti, todos los momentos contigo la paso genial, y te veo y no puedo aceptar el hecho que no te puedo tener en mi brazos, y todo este tiempo pude decírtelo, pero a veces la timidez me gana, me gustas mucho Amanda ¿Quieres estar conmigo?
Hubo silencio, los empleados del lugar habían estado escuchando, estaban tan nerviosos por la respuesta como yo.
Amanda estaba sonrojada, sus manos estaban sudosa y su respiración agitada.
—La verdad, estoy bastante sorprendida, siempre idealicé este día, y ahora que lo estoy viviendo es cien veces mejor, tú también me gustas mucho, si quiero estar contigo.
Se recostó sobre mi pecho, como una niña indefensa buscando protección de su padre, y me dio un beso en la mejilla muy cerca de mis labios. Las meseras estaban cotilleando sobre lo bello que nos veíamos y los hombres me miraron con un signo de aprobación en la mano.
Ese día, fue el mejor día de mi vida, y lo daría todo por volver a vivirlo...
Y como diría la canción:
'Well you see her when you fall asleep. But never to touch and never to keep.
Because you loved her too much and you dived too deep".
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Princesa
General FictionUna obsesión puede llevarte al borde de la locura y guiarte directamente a la perdición. ---- #442 en "Ficción general" - 03/11/2016 #425 en "Ficción general" - 04/11/2016