Una mañana Efraín entró al cuarto de su madre.
-Plata se fue-dijo.
La madre sintió como si le hincaran una pequeña aguja en el pecho.
Recordó de nuevo el paisaje de su infancia:la casa grande, las acequias que regaban los sembradíos de tabaco, los potreros donde pastaban los caballos, con la misma mansedumbre del aire que movía las copas de los árboles en el mes de enero.
El dolor del niño era mayor y a nada podía compararsele.
Viendo a su hijo, la madre no sabía què decir, todas las palabras le parecían huecas.
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Un Caballo En La Ciudad
Научная фантастикаHola chicas y chicos les traigo esta historia que es muy bonita. Es de la escritora Yolanda Pantin.