CAPITULO 1

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Efraín no entendía por qué en vez de vivir en un pequeño apartento, no vivía en una casa con jardín.
No hay jardines aquí.
En la ciudad, lo importante es tener un sitio donde dormir.
Cuando entra la noche, obedeciendo a una orden silenciosa, las luces de los apartamentos se apagan poco a poco. Los hombres, las majures y los niños cierran los ojos. El silencio que acompaña a la oscuridad es a veces interrumpido por alguna alarma o por la sirena de una patrulla policial.

Un Caballo En La CiudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora