Capítulo 19.

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Tal vez era hora de hablar con Matteo. No lo sé, quizá.

No sabía qué debería hablar con él exactamente, así que mejor no. Dejaría las cosas así. Porque estaban bien así, ¿cierto?

—Amor. -Matteo me besó. -Estás hermosa hoy. -volvió a besarme. Sus besos no solían ser así de posesivos. Él solía ser más dulce.

—Matteo. -lo llamé pero tenía toda su atención en devorar mi boca. Coloqué mis manos en sus hombros tratando de alejarlo, pero se apretó más a mi.

Me empujó de un tirón a la cama. Caí sobre mis codos.

—¡Matteo! -¿qué sucedía con el?

—Te amo, Janeth. -se subió a horcadas en la cama acercándose a mí, cuando estuvo sobre mí colocó ambos brazos a cada lado de mi cuerpo y volvió a besarme. –Dime que tú también me amas, Jane.¡Dímelo! -gritó mirándome cuando no obtuvo respuesta de mi parte.

—¿Qué te sucede, Imbecil? Deja de comportarte de esa manera conmigo. -golpeé su pecho. Tomó mis manos y las besó. Fruncí el ceño. ¿Qué carajo...?

—Pequeña, entiendo si no sientes lo mismo. Está bien, solo necesito que sepas lo que siento. -volvió a besarme, mucho más fuerte que antes. Mordió mi labio fuertemente y antes de que pudiera soltar un pequeño grito de dolor tapó mi boca con la suya.

Introdujo su lengua dentro de mi boca repentinamente. Jadee. No me estaba gustando esto.

¿Por qué no? Debería gustarme. Es mi novio.

Quise alejarme pero no lo hice. No porque no quería o porque él me lo estuviese impidiendo sino porque era lo que debía hacer.

Sus besos bajaron hasta mi cuello. Apreté los ojos.

No quería. Pero debía...

Desabrochó su camisa ágilmente y dirigió su boca hasta el dobladillo de mi blusa. La tomó con sus dientes y lentamente fue subiéndola hasta dejar todo mi vientre a su vista.

Sentía su mirada en el. Quería cubrirme.

Besó cada parte de mi vientre lentamente y metió su lengua en mi ombligo.

Podía escuchar su fuerte respiración. Estaba excitado. Lo raro era que yo no lo estaba, para nada.

Quería que terminara rápido con esto para darle la excusa de que estaba cansada para dormirme y no mirarlo.

Desabrochó mi sujetador y tomó mis senos con sus dos manos. Mis senos rellenaban sus grandes manos a la perfección. Jugaba con ellos, los apretaba, tiraba de ellos. Hacia lo que quería.

Me besó y se desabrochó el pantalón, repitiendo el mismo proceso pero esta vez con el mío.

Me besó y apretó nuestros cuerpos. Gimió cuando empezó a frotar su cuerpo con el mío. Sentía su ereccion sobre mis bragas.

—Oh, Jane. -me miró a los ojos para luego besarme.

No podía decir nada, sentía mi garganta seca. Ninguna palabra salía de ella.

Me sonrió pícaramente. Veía la lujuria en sus ojos. Separó un poco nuestros cuerpos y tomó una de mis manos para introducirla dentro de su bóxer.

—Vamos, cariño. Hazlo por mí. -sonrió abiertamente. Tragué duro.

Sentía asco. Repulsión. No quería hacerlo, no.

Sentí mi mano congelarse cuando estuvo dentro de su bóxer. Él gimió cuando rocé uno de mis dedos con su pene. Cerró los ojos.

Abrí la boca para tomar aire. No estaba segura de lo que estaba a punto de hacer.

Aléjate de mi ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora