Saludos, estimados lectores. Mi nombre es Alice, tengo siete años, y vivo junto a mi abuelo en una enorme casa a las afueras de la ciudad. Mi abuelo es ya muy mayor, pero siempre está activo y tiene el humor de alguien joven. Su casa, como él, es ya bastante vieja, y a pesar de ello la rengo mucho cariño y afecto.
Vivo en esa casa desde hace dos años, cuando mis padres desaparecieron en medio del océano mientras realizaban un viaje de negocios en barco.Pero esta historia no va sobre aquello, sino sobre qué pasó después. Sobre como un ser místico me salvó de la soledad, sobre ki mejor amigo, Deemo.
Hace un año caí muy enferma. Me hallaba en el hospital con mi hermano mayor y mi abuelo. Yo estaba apunto de morir, y muy bien lo sabía. En la camilla, con varias vendas y cosidas en distintas zonas de mi cuerpo, mi abuelo me tomaba de la mano. Sentía perfectamente su frío y arrugado tacto. Fue lo único que podía sentir, era como si casi todo mi ser estuviese dormido.
Mi hermano se estaba asustando, mi corazón palpitaba débil y caso no me movía. Pude ver como a mi abuelo se le caía una lágrima que se deslizaba por su rostro hasta llegar a su blanca barba. Mi hermano estaba tenso, no se mantenía quieto, no podía sentarse, y salió de la habitación deprisa. Unos instante después comencé a dormirme, cosa que a mi abuelo asustó, pero la enfermera afirmó que no sería un a última siesta, que solo dormiría normal, con el corazón débil. La oscuridad inundaba mi alrededor, casi no veía nada. Era un sueño... Observé mi alrededor atentamente y pude distinguir algo a lo lejos. Sonaba una canción. Salí disparada en dirección a la melodía que sonaba u cada vez el volumen subía.
Apareció un piano blanco asomado por un foco de Liz infinito en la superficie, y el que lo estaba tocando era un ser místico, totalmente negro, con unas extremidades anormalmente largas y finas y una cabeza redonda con ojos totalmente blancos. Tocaba la misma canción una y otra vez. Me acerqué a aquella criatura lenta y nerviosa, y, al intuir mi presencia me preguntó:
—¿Qué te ocurre Alice? —Su voz me resultaba muy familiar, pero en ese instante no pude pensar mucho, y lo único que pudo salir de mis labios fue una pregunta de la que no esperaba respuesta.
—¿Voy a morir?...
El silencio se apoderó de nosotros. Me miró a los ojos fijamente, como al me examinara. Y, aunque careciera de boca u otro compuesto facial que no fueran los ojos, bote como si me sonriera.
—No, precisamente por eso estoy aquí, para ayudarte.
Entonces el suelo empezó a brillar con un blanco apagado y misterioso y desperté de aquel sueño con una energía inimaginable. De repente me recuperé me recuperé. Me sentí más fuerte, mi corazón palpitaba con energía, mi piel había optado su color original y todo los cables, vendas e hilos se deprendieron de mi cuerpo. Mi abuelo se sorprendió muchísimo y se mantuvo paralizado unos segundos para después ofrecerme un cálido abrazo de alivio al que no contesté encantada. La enfermera de mantuvo pálida, con la boca abierta, en medio de la sala sin comprender nada.
Al día siguiente me dieron el alta, y en el hospital no se sabía nada de mi hermano. Nada más salir del hospital fui a buscarlo por todas partes, tanto en el edificio como de camino a casa. Max no dio señal de presencia.
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Mi Amigo Deemo Y Yo
FantasyHola amigos y amigas, hoy os voy a contar la historia de como mi amigo Demo y yo nos conocimos y descubrimos cosas misteriosos el uno del otro, aunque esta no sea exactamente la verdadera historia pero espero que os guste. ( acabado )