Historia Minima

una historia que contar

Papi cuentame sobre tu vida- decía mi hija Hade mientras la iba a acostar .

- bueno que quieres que te cuente

-sobre tu niñez, como fueron mis abuelos, como conociste a mamá.

-pues mi niñez fue normal hasta que tenía tu edad, fue en esa época que me operaron del corazón, recuerdo bastante bien ese día, tus abuelos me llevaron al hospital temprano, me despedí de tus dos tíos, nunca los había visto llorar con tanto sentimiento hasta ese día, me abrazaron y me dijera que fuera fuerte, después de llegar al hospital me internaron un día antes de la operación, me quedé solo esa noche para que tus abuelos no se preocuparan, me dormí bastante tarde, más o menos a las dos de la mañana, tu abuela me despertó con un fuerte abrazo.

-Y Mamá no te dio nada.

-no, en esa época todavía no había conocido a tu madre-

Seguí con la historia

- después del abrazo me bañaron como si fuera un bebé, siempre me río cuando recuerdo eso por que había una enfermera ayudando a mamá a bañarme me dio bastante pena, hasta me puse rojo, rojo como un tomate decía la enfermera, pero ahora me da risa, después me llevaron a una camilla donde el doctor explico el procedimiento a mis padres, vi a mamá llorar me hice el fuerte pero cuando pase la puerta donde ella no podía verme, bote una lágrima no quería llorar por ella quería ser un hombre fuerte, cuando la enfermera me vio con esa lágrima me la limpio con delicadeza y me dijo

- puedes llorar todo lo que quieras, hasta los hombres más rudos lloran por sus seres queridos-

Al escuchar esas palabras no aguante el nudo que tenía en la garganta y llore, pero iba a ser fuerte por mi hermanos, por mi papá y sobre todo mi mamá, me anestesiaron y desperté sin poder moverme, lo primero que vi fue la enfermera que me consoló.

Estaba revisando mi ritmo cardiaco, luego de eso vi a mi mamá y a mi papá lavándose las manos para poder acariciarme, después salí a los dos días no podía moverme parecía un robot, cuando llegue habían bastantes juguetes pero no pude jugar con ellos hasta tres días después de poder pararme, luego de eso mi infancia fue volviéndose normal hasta que llegue a bachillerato, fue cuando tu abuela murió de una falla respiratoria, fue uno de los días más oscuros de mi vida, mi papá entro en una depresión de dos meses y medio.

Yo y mis hermanos cuidamos la casa y ayudamos a papa.
-como era mi abuela- dijo Hade con curiosidad-

Pues era una mujer cariñosa, se enojaba con facilidad, le gustaba limpiar, nos apoyaba también nos regañaba por no tender la cama o si no le hacíamos caso, pero una mujer encantadora siempre nos defendía y se enfurecía si nos pegaban o nos molestaran.

Bueno después de eso cuando estaba en mi penúltimo año de escuela, conocí a tu madre una niña hermosa con la cara pálida y ojos oscuros, unos hermosos hoyuelos en cada mejilla, con gafas y un pelo crespo que combinaban con una noche oscura.

No fue hasta el último año de escuela que pude hablarle, por que ella era tres años menor que yo y en esa época molestaban mis amigos por salir con niñas tan pequeñas, al fin y al cabo pude hablarle y pude conocer mucho de ella como su banda favorita que era Guns and roses.

Siempre estaba escuchando esa banda, me gustaba mirarla mientras cantaba un poco desafinada pero el amor es ciego, sordo y mudo.

La primera vez que le hable estaba en un descanso vendiendo dulces con un amigo y como escusa de acercarme, le pedí que me diera unos dulces para vender yo solo, cuando estaba por hablarle, ella me miró yo quedé en shock no supe que decir y empecé a balbucear cosas como:

-oye eee pues vendo dulces y pues son a 100 pesos y si tu quieres, nose comprarme pues me avisas y yo te vendo por que pues yo soy el que vende los dulces a 100 pesos, pero si no quieres comprarme pues no hay problema, por que es tu decisión de comprarme dulces a 100 pesos.

-que bobo eras papi- dijo Hade con una sonrisa- y mamá que te contesto- dijo Hade cuando apenas se había calmado.

Pues ella no me entendió pero igual se rió bastante, fue la primera vez que la escuchaba reír, era una risa hermosa, coqueta y sobre todo encantadora.