CAPITULO 1 INICIO

528 20 3
                                    

Helga regresaba de la escuela, como siempre un día en el que Arnold no la notaba, no entendía nada, últimamente notaba que el niño le miraba de una manera extraña pero decidía no hacer el menor caso, aunque aquel día la miraba más extrañamente que otros días, pero también decidió no darle importancia, lo que no pudo dejar a un lado fue el hecho de que había rechazado a Lila, quien después de lo Industrias futuro ella se mostró más amable y dulce con él, pero ¿Qué era lo que pasaba a Arnold? Por primera vez Lila le hace caso y la rechaza, digo es algo extraño ¿No creen?
Después del "calor del momento" Arnold y ella apenas si habían cruzado una palabra, no porque no deseara hacerlo, sino porque realmente Helga quiso ser como siempre y Arnold en vez de molestarse le sonrió tiernamente algo que no pudo comprender la rubia nunca.
-¡Demonios Arnoldo ¿Por qué me confundes tanto?! -Grito la joven molesta y confundida antes de ingresar a su casa, pero... -¿Por qué la puerta está abierta?
La rubia asustada ingreso lentamente y cautelosamente observo que la sala estaba desordenada, asustada vio marcas de sangre en el sofá. -¿Qué...?
La joven no termino de terminar la palabra pues su padre estaba en su sofá pero...él estaba ensangrentado, no entendía, no entendía nada, quiso gritar, gritar tanto pero no le salía el grito solo las lágrimas. -Papa...
Volteo hacia las escaleras y observo que había también sangre, no quería subir pero respirando fuertemente subió lentamente hacia las habitaciones donde encontró un cadáver...no solo un cadáver, era... -¿Mama?
Miriam también estaba en el suelo, sin vida, solo había un charco de sangre, Helga comenzó a hiperventilar, no entendía que había pasado, fue bajando lentamente por las escaleras, sin saber realmente que había pasado, hasta que encontró un pequeño medallón de color plata en forma de corazón el cual estaba abierto, al ver la fotografía de adentro fue todo lo que soporto y lentamente cayó en un hoyo negro y sin fin.
.
.
.
Olga se encontraba en el hospital viendo a su pequeña hermana, ella estaba lastimada pero gracias a dios había logrado escapar de la gran matanza que había sucedido aquel terrible día en su casa, estaba destrozada y nunca volvería a ser la misma pero la que realmente le preocupada era su hermana.
El hecho de que una niña de nueve años haya encontrado los cadáveres de sus padres en casa, debió de ser un golpe realmente fuerte, pero esperaba que su hermana se recuperara y dio gracias a dios que aquellos hombres ya no estuvieran en casa y no lastimaran a su pequeña hermana.
-Mama...Papa... -Susurraba mientras unas lágrimas salían de sus ojos hermosos que se mantenían cerrados -Shortman
-¿Shortman? -Susurro su hermana un tanto confundida y preocupada pero decidió no darle importancia pues ahorita lo que importaba era que su hermana y ella comenzaran de nuevo, ahora estaban solas, solo se tendrían una a la otra.
-¿Helga?
La rubia se movió un tanto inquieta en la gran cama del hospital, no sabía dónde estaba ni tampoco le importaba realmente, solo deseaba ver a sus padres pero ahora ya no estaban y eso su cerebro lo tenía muy bien grabado... -Olga
-Hermanita -Olga comenzó a dejar escapar unas lágrimas de sus hermosos ojos azules y abrazo a su hermana quien comenzó a llorar desesperadamente.
-Mi mama Olga...y mi papa ¿Qué fue lo que paso...? ¿Qué?
-Tranquila hermanita no pasa nada, todo estará bien, yo te cuidare, nos iremos lejos -Susurro mientras la abrazaba -Todo estará bien comenzaremos desde cero lejos de Hillwood
-Si... -Fue todo lo que la rubia pudo decir, era todo lo que deseaba alejarse de todo esto y sobre todo alejarse de...Arnold.
.
.
.
Semanas después en Hillwood, Arnold y los demás se preguntaban de la pequeña desaparición de su amiga rubia pero sobretodo sobre la matanza que hubo en casa de los Pataki y no solo en ella, sino también en casa de los Lloyd, aunque no entendía porque no hacían tanto caso a esto, ya que Rhonda también desapareció y por lo que sabían su familia también había sido masacrada cuando ellas estuvieron en clases.
Arnold se sentía destrozado, al no saber nada de Helga, aquel día esperaba poder decirle muchas cosas y sobretodo invitarla a salir pero al llegar a su casa se encontró con patrullas y ambulancias, una Olga lastimada y a Helga saliendo en una camilla.
-Debemos buscarla -Le comento a su amigo Gerald quien llevaba de la mano a Phoebe
-Si pero ¿Dónde? -Preguntaba la joven oriental -Se fue y no dijo nada, no me hablo ni nada... -Comenzó a sollozar un poco
-Hay Arnie, creo que lo mejor es que la olvides -Murmuro nervioso, aun le costaba un poco de trabajo aceptar que su mejor amigo amaba o le gustaba su abusadora personal.
-No lo sé yo... -De pronto se quedó callado bruscamente pues acababa de ver como un automóvil se estacionaba justo enfrente de su casa, dos personas bajaron ahí, dos personas que conocía perfectamente bien y nunca se equivocaría con ellos -¡¿Mama?! ¡¿Papa?!
.
.
.
En la gran ciudad de New York, se encontraba una rubia hermosa caminando hacia su nueva escuela, la verdad era que esas semanas al lado de su hermana y de Rhonda le habían sentado bien y aunque no olvidaría nunca lo que aquellas personas le hicieron, entendía que por ahora no podría hacer nada, pero Rhonda y ella tenían perfectamente claro que debían vengarse, vengarse por haber matado a sus padres, por haber destrozado su familia, eso era lo único que tenía en claro la rubia, pese a que su hermana Olga estaba haciendo todo lo posible para que ella superara lo sucedido en su interior, en su corazón, sentía la gran sed de vengarse, vengarse por lo que le habían hecho.
-Algún día volveré...volveré y podre vengarme por fin de todos ustedes -Decía mientras se limpiaba las lágrimas sosteniendo el medallón plateado -Me vengare Shortman y desearas nunca haberme conocido ni tu...ni tu familia, pagaran lo que me hicieron...lo que nos hicieron -Susurro mirando al cielo y jurando que cuando volviera a Hillwood seria para poder vengarse si...vengarse de Arnold Shortman quien sería el que pagaría por los errores de su familia.

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO SOLO HAY UN PASO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora